"Sometimes it's not the End"

Capítulo Veinticinco

Diciembre,

Jaejoong no había contado tener de amigo a James Du Val. Durante los últimos tres meses se podría decir que se la habían pasado demasiado juntos. A decir verdad, al principio no fue de ese modo, pues se sentía un tanto nervioso cuando él estaba a su alrededor. Nadie podía negar que James Du Val, era el hombre perfecto y muy a pesar de su aspecto físico su lado humano era casi tan bello como el exterior. Siempre se preguntó cómo después de tanto tiempo James había elegido dejar de lado su profesión como modelo de alta costura. Pero James le decía que sobrellevar la industria de la moda era casi tan cansado como jalar un elefante de toneladas con tan solo una carreta pequeña.

Y de cierto modo, Jaejoong había llegado a entender al misterioso James Du Val. Ambos eran algo similares en cuanto a sus actitudes. Y ambos congeniaban bastante bien.

Algunos meses atrás, cuando tanto Jean Paul como Sebastián volvieron de sus vacaciones no se sorprendieron al saber que lo que deseaba James extender su visita un 'poco' más. Los siguientes meses no fueron tan solitarios, con la llegada de James, Jaejoong se había visto envuelto en todo tipo de invitación a la casa de sus amigos. Eso lo distraía de su soledad y lo alejaba de los pensamientos sobre Yunho. Ya en muchas ocasiones Jean Paul, le había dicho que James había decidido quedarse porque tenía un fuerte motivo. Jaejoong no entendía a lo que se refería pero se alegraba de pasar tiempo con James. Quien no solo le había demostrado ser un tipo atento y amable sino que también era muy consciente de que trataba de cuidarlo.

Inclusive habían hecho de los jueves, el día en el que podían salir a divertirse. Pero eso casi siempre terminaba en un día de campamento a la luz de una fogata caliente con malvaviscos y leche caliente. Jaejoong había recuperado parte de su sonrisa, se sentía diferente ahora podía sonreír sin sentir culpa por lo sucedido con Yunho. Y aunque no podía olvidarlo, se estaba resignando a tener que dejar ir su amor por él. El nuevo mundo de posibilidades que le estaba brindando James, lucía tan prometedor y casi mágico que casi deseaba poder pasar mucho más tiempo con él.

James era como un bálsamo para sobrellevar su dolor. Él lo hacía sonreír sin problemas. Pero aún después de todo se sentía culpable por mentirle acerca de su identidad. Pues para James como para Jean Paul y Sebastián, él no era nada más que: Eric Kim. Muchas veces se preguntó si realmente esa persona había existido pues Eric distaba mucho de lo que era Jaejoong. Mientras que Jaejoong lloraba por los rincones por Yunho, Eric deseaba tanto poder pasar más tiempo con James. Eran como dos partes luchando por salir. Y últimamente Eric había sido el que había dominado su vida. Se sentía incorrecto el empezar a tener ilusiones por una nueva persona que no sea Yunho pero era mucho más tranquilo y diferente. Jaejoong pensaba que jamás superaría todo lo que pasó con Yunho pero cuando veía a James acercarse a él y ofrecerle ir a algún lugar, sentía como si pudiese comenzar de nuevo.

***

Sung Ryung había estado en cada paso en la recuperación de Sang Woo. Y hoy, después de tantos años de casada por fin podría decir que no estaría atada a Sang Woo. Hacía un par de días había hablado con él acerca del divorcio y aunque al principio se negó, luego de unas horas tuvo que firmar. Sung Ryung nunca le escondió los motivos por los que regresó a Corea. Desde el inicio, fue clara con Sang Woo, que por ese entonces estaba en cama. Así que ahora, precisamente hoy, sería el día en el que ambos estaban formalmente separados. Ella estaba preparando todo para su regreso a California.

Sang Woo, por su lado, aún tenía en mente recuperar el amor de su esposa. Se dijo que bien podría ceder con lo del divorcio pero aún tenía planes para reconquistarla. Inclusive, planeaba ir a Estados Unidos para hablar seriamente con Yunho. Pues quien mejor que él para convencerlo de volver a su país. Tenía a un grupo de abogados trabajando para recuperar su empresa. Que por lo que sabía estaba en la más absoluta ruina. Gracias a sus medidas preventivas aún tenía el suficiente dinero para recuperar todo lo que una vez le perteneció.