Después de hacer el amor por tercera vez, Norman se quedó dormido.
Yo no. Yo no podÃa dormir; me daba la sensación de que, si cerraba los ojos, él desaparecerÃa y no podÃa hacerlo.Me pasé horas viéndolo dormir, con su cabeza en mi pecho, tan pacÃfico.
¿Cómo se puede amar tanto a una persona?
Sé que me ha hecho daño; mucho, bien lo sabe Dios, y todos pensarán que estoy loca por meterme en una relación tan complicada como la que tiene, lo sé también.
Pero cuando le miro mi pecho duele, duele de todo el amor que tengo por él y no me importa nada más.
No sé si él siente lo mismo, me es indiferente; sé que todavÃa me queda por sufrir, lo sé. No me importa nada de eso, sólo quiero poder capturar éste momento, ésta sensación en mi memoria y no olvidarla nunca.
Porque todavÃa nos queda mucho por luchar, su novia no va a soltarlo asà tan fácil, si lleva aguantando cuatro meses sin que la toque, desde luego que lo debe de querer.
No podemos decir a nadie que estamos juntos otra vez, alguno podrÃa irse de la lengua sin querer y arderÃa Troya.
No, ésto tiene que ser algo clandestino, mucho más estando ella aquÃ. Debe ser un secreto hasta que nazca su hijo.
Al final me quedé dormida, a las seis sonó mi despertador como siempre. Busqué a Norman y no estaba en la cama, levanté la cabeza y vi allà sus zapatos y solté el aire que no sabÃa que estaba aguantando en mi pecho.
Me puse su camiseta que me llegaba un poquito por debajo del culo y salà a buscarlo.
Estaba en la cocina, preparando café y unas tortitas, de esas tÃpicas que salen en las pelÃculas americanas, y lo estaba poniendo todo en una bandeja.
-Buenos dÃas amor -dije desde la puerta.
-¡Mierda! ¡No me ha dado tiempo! -Contestó alzando la cabeza.-Si, yo también he pasado buena noche, gracias por preguntar. -Contesté riendo.
-Intentaba llevarte el desayuno a la cama, como todo un buen novio. Pero te has levantado antes de que terminase. -Dijo haciendo un puchero.
¡Joder! ¿PodÃa ser más tierno? Yo creo que no, ni aunque lo intentara.
-No te preocupes, desayunamos aquÃ. No me gusta hacerlo en la cama, luego estoy toda la noche quitándome migas del culo, por mucho que sacudas las sábanas. -Expliqué divertida.
-¿Sabes que me encanta que
seas as�-Dijo sirviéndome un café.
-¿AsÃ, cómo? -Pregunté comiendo una tortita. Deliciosa.-AsÃ, no me exiges gestos románticos. Me comprendes cuando te hablo de mi hijo, comprendes mi trabajo y que tenga que atender a millones de fans enamoradas de mà sin hacerme un escándalo cada vez que me tenga que hacer una foto. No me echas en cara nada, y te lo he hecho pasar muy mal.
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Despertando De Un Sueño ||Norman Reedus||
FanfictionPorque los sueños son sólo eso, sueños. ¿O no?