-17- Duele

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Llevaba mucho tiempo en el bar, bebiendo un whisky tras otro. Alguien se puso a mi lado y me habló:

-¿Qué solito te ha dejado esa señora no? Si estuvieras conmigo, no te dejaría solo ni un segundo. -Susurró coqueta.

La miro con ojos ahogados en alcohol y creo que la conozco de algún sitio pero mi cerebro no coordina ya, y sólo sonrio.

-Creo que te conozco, pero es que hoy he conocido a muchas personas. Eres la traductora pelirroja, lo siento pero no recuerdo tu nombre.- Dije al tiempo que la echaba un vistazo.

-No importa, me puedes llamar como tú quieras. -Dijo acercándose más a mí. La miré y me dije a mi mismo: ésta misma servirá, a Sonia no le caía bien.

Y, pensado ésto, asalté sus labios y ella correspondió gustosa.
Estuvimos besuqueándonos un largo rato hasta que la dije con voz pastosa producto del alcohol:
- volvamos al salón de la cena - a lo que no se negó.

Mientras íbamos andando abrazados me contaba que quería ser actriz y que si yo la llevaría a Estados Unidos para ayudarla a triunfar, a lo que la contesté que por supuesto.

Entramos en el salón y la busqué, estaba bailando con Jeffrey. La ira y los celos me invadieron ¡maldito hijo de puta! ¿Por eso me decía que la dejara? Y a ella tampoco la veía muy triste por que yo no estuviera allí.

Pues ya está, hasta aquí hemos llegado. Me tiraré a la pelirroja y así aprovecho el viaje. Llegué hasta dónde estaban con bastante dificultad y presenté a mi acompañante.

Todos me miraron mal, pero a mí no me importó yo sólo miraba a Sonia que se escondía detrás de Jeffrey. ¿Con que esas tenemos? Tomé a la pelirroja de la nuca y le metí la lengua en su boca sin pedir permiso mientras clavaba mis ojos en Sonia.

En un momento dado nos llamaron para hacernos unas fotos y ver a algunas personas. Cuando volví Sonia ya no estaba, la pelirroja se enganchó de mi cuello en cuanto me puse a su altura y la pregunté en dónde se había ido ella.

-¡Yo que sé! Ni lo sé, ni me importa y pensaba que a ti tampoco te importaba - dijo. -Salió de aquí corriendo hace un rato - y dicho eso intentó besarme.

En ese momento me dí cuenta de mi error, yo no quiero estar con ésta chica, ni con Diane, ni con ninguna otra mujer en mi vida que no sea Sonia.

La amo, la amo tanto que duele y yo soy tan imbécil que no lo he visto hasta ahora, que es tarde; es tarde porque no le dije la verdad desde el principio y ahora Diane está embarazada y no puedo decírselo a Sonia porque entonces le haré mucho más daño del que le haré cuando la deje y ella no se lo merece.

Me deshice de la pelirroja y eché a andar completamente destrozado hasta que llegué a la puerta de los baños donde Sonia y yo estuvimos juntos y entré, era el de mujeres pero no me importó, llegué a nuestro cubículo, me senté dentro y comencé a llorar por mí, por Sonia, por ese niño que aún no había nacido y que tenía a un cabrón como padre.

Seguí allí un rato hasta que escuché a alguien entrar al baño pero yo no podía parar de llorar, entonces abrieron la puerta y era ella...

-¿Qué te pasa Norman?- Me preguntó.
-La he cagado Sonia, soy un cabrón de marca mayor - Expliqué volviendo a llorar. Puto alcohol.

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Despertando De Un Sueño ||Norman Reedus||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora