Despertando De Un Sueño ||Norman Reedus||

-34- ¿Soy tonta?

(Narra Norman)

Ví a Sonia escabullirse de la fiesta, no quise ir tras ella. Sé que la debo mil disculpas por insultarla, y lo haré. Me disculparé porque no hice bien, pero no volveré con ella.

Ya he visto que, por mucho que nos amemos, no estamos destinados a estar juntos. Sólo nos hacemos daño mutuamente, y la quiero demasiado para hacerle daño a propósito.

Sé que ahora estará sufriendo, lo sé porque yo siento lo mismo. Es cómo si algo hubiese atravesado mi pecho y me hubiera arrancado el corazón de cuajo. Ya no tenía nada; mi corazón, mi alma y mi vida entera se habían ido con ella y ya no había solución.

Era mejor que estuviese con Jeffrey, él sabría hacerla feliz. Y yo... Había estado toda mi vida sólo, no podía echar de menos lo que nunca tuve.

Lo último que me dijo ella (buff, no soy capaz ni de decir su nombre) no se me iba de la cabeza, pero no podía ser verdad... ¿O tal vez sí?  Yo le había dicho a Diane más de una vez que no la veía vientre de embarazada y ella decía que era normal porque era modelo, saldrá más tarde, decía.

Pero la sombra de la duda hizo mella en mí, Helena también era modelo cuando se embarazó de Gus, supermodelo, y ella a los tres meses y medio ya tenía su vientre redondeado. A Diane la veía cada día más delgada.

Bueno, ya era más tarde, debía ir al médico con ella.
Mañana sin falta, iremos.

(Narra Jeffrey)

Colgué el teléfono después de hablar con Sonia, pensé en ir hasta su casa pero lo descarté enseguida. Ella me había pedido que no fuese y también que no la agobiase y, si quería que me viera como algo más que su amigo sexy, debía dejarla su espacio.

Desde luego que estaba alucinando por haber conseguido la bendición de Norman para intentar algo con Sonia, pero no debía confiarme, él tenía el amor de Sonia en su poder, si él cambiaba de opinión era más que posible que ella lo aceptara.

No debía perder el tiempo.

Me tumbé en una hamaca y cerrando los ojos me dispuse a descansar un poco. No me dió tiempo a nada cuando sentí que alguien se sentó a mi lado. Ni siquiera abrí los ojos, me haría el dormido.