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-No, Norman - me aparté sin dejarlo profundizar el beso, si lo hacía no habría vuelta atrás.
-Nena, por favor -murmuró acercándose más a mí.-No, es no, Norman -Volví a repetir intentando liberarme de sus brazos.
-He oído tus explicaciones pero cómo comprenderás, no me voy a tirar a tus brazos alegremente.-Dije -Si quieres podemos ser amigos, pero nada más. -Proseguí.
-¿Amigos con beneficios? -Preguntó esperanzado.
-¡Por supuesto que no! -Contesté al tiempo que le daba un golpe en el pecho. -Amigos de los normales, de los que no se acuestan juntos -Expliqué.
-Amigos de los aburridos está bien, si es lo que quieres... - dijo soltándome de mala gana
-Y ahora, si no te importa, tengo que ir a ducharme y prepararme para ir a trabajar. -Le indiqué al tiempo que lo llevaba a la puerta.
-¡Uhhh! Sólo pensar en ti desnuda y mojada hace que me excite -dijo con una mirada pícara que, para que negarlo, me encantaba.
-Pues lo siento por ti, busca por ahí alguna que te alivie o siempre puedes optar por los trabajos manuales. -Le dije riendo y cerrando la puerta en su cara.
Había llegado pronto al pequeño despacho que me habían proporcionado. Hoy tenía tres entrevistas: Emily Kinney, Steven Yeun y Michael Cudlitz.
Eran personajes que ya habían fallecido en la serie, pero todavía estaban muy vinculados a ella y tenían millones de fans.
Estaba mirando el dossier sobre Emily, ya que era la primera que estaba citada, cuando llamaron a la puerta. Miré el reloj y era demasiado temprano para que fuese ella.
Me levanté a abrir y me encontré con la imponente presencia de Jeff sonriendo.
-¡Jeff!¿Qué haces aquí? No te toca entrevista hasta la semana que
viene.-Dije consultando la agenda que tenía en la mano.-No vengo a que me entrevistes - y me besó.
No me dió tiempo ni a reaccionar, cuando quise darme cuenta estaba sentado apretando mis pechos por encima de la blusa que llevaba, en el sillón del despacho, conmigo encima.
Subió mi falda hasta mi cintura y metió la mano por debajo de mis braguitas, metió un dedo en mí y las pocas reticencias que tenía se fueron volando por la ventana.
Al ver que no me negaba, me apartó un poco y bajó la cremallera de su pantalón, sólo lo justo, para sacar su miembro. Yo lo miré y relamí mis labios inconscientemente, sin mirarle a él, lo tomé con mi mano y lo llevé a mi entrada y me senté de golpe en él.
Los dos gemimos a la vez, y me sujeté a sus hombros para poder moverme más deprisa, en un momento dado, él me levantó y me puso en cuatro en el sillón y volvió a penetrarme con fuerza, sujetaba mi pelo en su puño y me hizo incorporarme sin salir de mí. Me besó con deseo y ambos culminamos a la vez.
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Despertando De Un Sueño ||Norman Reedus||
FanfictionPorque los sueños son sólo eso, sueños. ¿O no?