-26- Dudas existenciales

242 29 30
                                    

2/5

-No, Norman - me aparté sin dejarlo profundizar el beso, si lo hacía no habría vuelta atrás.
-Nena, por favor -murmuró acercándose más a mí.

-No, es no, Norman -Volví a repetir intentando liberarme de sus brazos.

-He oído tus explicaciones pero cómo comprenderás, no me voy a tirar a tus brazos alegremente.-Dije -Si quieres podemos ser amigos, pero nada más. -Proseguí.

-¿Amigos con beneficios? -Preguntó esperanzado.

-¡Por supuesto que no! -Contesté al tiempo que le daba un golpe en el pecho. -Amigos de los normales, de los que no se acuestan juntos -Expliqué.

-Amigos de los aburridos está bien, si es lo que quieres... - dijo soltándome de mala gana

-Y ahora, si no te importa, tengo que ir a ducharme y prepararme para ir a trabajar. -Le indiqué al tiempo que lo llevaba a la puerta.

-¡Uhhh!  Sólo pensar en ti desnuda y mojada hace que me excite -dijo con una mirada pícara que, para que negarlo, me encantaba.

-Pues lo siento por ti, busca por ahí alguna que te alivie o siempre puedes optar por los trabajos manuales. -Le dije riendo y cerrando la puerta en su cara.

Había llegado pronto al pequeño despacho que me habían proporcionado. Hoy tenía tres entrevistas: Emily Kinney, Steven Yeun y Michael Cudlitz.

Eran personajes que ya habían fallecido en la serie, pero todavía estaban muy vinculados a ella y tenían millones de fans.

Estaba mirando el dossier sobre Emily, ya que era la primera que estaba citada, cuando llamaron a la puerta. Miré el reloj y era demasiado temprano para que fuese ella.

Me levanté a abrir y me encontré con la imponente presencia de Jeff sonriendo.

-¡Jeff!¿Qué haces aquí? No te toca entrevista hasta la semana que
viene.-Dije consultando la agenda que tenía en la mano.

-No vengo a que me entrevistes - y me besó.

No me dió tiempo ni a reaccionar, cuando quise darme cuenta estaba sentado apretando mis pechos por encima de la blusa que llevaba, en el sillón del despacho, conmigo encima

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No me dió tiempo ni a reaccionar, cuando quise darme cuenta estaba sentado apretando mis pechos por encima de la blusa que llevaba, en el sillón del despacho, conmigo encima.

Subió mi falda hasta mi cintura y metió la mano por debajo de mis braguitas, metió un dedo en mí y las pocas reticencias que tenía se fueron volando por la ventana.

Al ver que no me negaba, me apartó un poco y bajó la cremallera de su pantalón, sólo lo justo, para sacar su miembro. Yo lo miré y relamí mis labios inconscientemente, sin mirarle a él, lo tomé con mi mano y lo llevé a mi entrada y me senté de golpe en él.

Los dos gemimos a la vez, y me sujeté a sus hombros para poder moverme más deprisa, en un momento dado, él me levantó y me puso en cuatro en el sillón y volvió a penetrarme con fuerza, sujetaba mi pelo en su puño y me hizo incorporarme sin salir de mí. Me besó con deseo y ambos culminamos a la vez.

Despertando De Un Sueño ||Norman Reedus||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora