Dos días después. Y este jodido martes no podía estar peor. Había más trabajo que nunca y tenía el estrés ocupando cada parte de su tenso cuerpo.
Observó la pantalla de la computadora y revisó las estadísticas que estaba analizando desde hace un buen rato. El sonido de la lluvia le acompañaba. ¿Es qué no había un solo día en el que en New York dejara de llover? Justo hoy necesitaba un día lleno de sol y un poco de buen humor. Pero encontraba todo lo contario.
Esto era pesado y frustrante.
Soltó aire y recostó su espalda en el asiento. Joder… este definitivamente no era el ideal de nadie. Jamás pensó llegar a estar encerrado en una oficina, con un ordenador al frente y con muchos folios a su alrededor.
¿Era esto lo que siempre había deseado? No podía quejarse. Le pagaban tremendamente bien… pero si alguien, unos años atrás, le preguntaba qué futuro tendría, definitivamente nunca hubiera respondido que tendría ese tipo de vida.
A veces llegaba a pensar que le faltaba más adrenalina a toda su vida. A él mismo. Es que después de tantos años en Tentation su cuerpo se había acostumbrado a eso. Y a veces… a veces de verdad llegaba a pensar que extrañaba toda esa jodida mafia y lo implicaba esta. A veces… de verdad, sentía que toda esa mierda le hacía falta. Que era parte de su vida. Que de alguna manera se había convertido en parte de él y que todavía estaba impregnada como una plaga a su cuerpo. Tal vez sí… tal vez Tentation sí era parte de él. Su parte oscura. Una parte que nadie conocía, ni siquiera Valentina…
Solo había alguien que de verdad lo había amado en ambas facetas.
Y ahora que la recordaba… no la había vuelto a buscar más, desde la última vez que fue a su departamento.
El recuerdo le atormentaba. Mierda… tal vez se había portado mal con ella y había interpretado las cosas equivocadamente. Podía recordar la estúpida escena que él mismo montó antes de despedirse de ella. Una escena de celos equivocada. ¿Y si ahora estaba enojada con él?... ¡Que no te importe! Gritó su subconsciente. "Has llegado tan lejos como para flaquear por una tontería"… y sabía que su interior tenía razón. "Vamos Ruggero, has pasados dos años sin ella y no ha sido tan malo, puedes con esto, solo un día más" … solo un día más… pero… ¿Y si ella se había ido de nuevo? ¿Y si le había dejado una vez más? ¿Y si tenían que volver a pasar dos años más para poder verla? Su cuerpo entró en desesperación y reaccionó contra el estrés acumulado durante los últimos días.
- No. - susurró agitado. No podía haberse ido de nuevo. No otra vez.
Pero cabía en las posibilidades. Hace una semana que no sabía de ella… ¿Por qué no lo había buscado? ¡Joder! ¡¿Por qué tendría que buscarte?!
- Mierda. - se quejó. ¿Por qué era tan vulnerable? Estaba creando una versión en su cabeza que le destruía.
Si Karol volvía a irse otra vez… Dios mío… sonaba tan doloroso en su propio interior.
Se puso de pie y abandonó la oficina aun con Karol en los pensamientos. Necesitaba verla solo una vez más. Pero se aseguraba y creía en sus propias mentiras, al decir que solo iría a cerciorarse si seguía en New York…
***
- Mesa dos, Karol. Hay un hombre que acaba de llegar. - le indicó Ana, llegando a la cocina. Karol asintió y se amarró el delantal por la espalda.
Hoy sí que había bastante trabajo. Lo cual definitivamente le favorecía.
Tomó la pequeña tabla de apuntes y caminó hasta la mesa que Ana le había dicho.