NARRA JAMES:
Regrese de comer hace media hora, no quería que la Señorita Elizabeth Salvatorre llegara y no me encontrara, mi secretaria tiene indicaciones que la deje pasar en cuanto llegue.
Mientras espero, observo la ciudad, esta oficina me gusta por su gran vista de la ciudad, aunque no es tan grande como la de mi papa, me gusta, me da cierta intimidad, la única modificación que le hice hace tiempo fue derribar toda la pared de detrás de mí, para sustituirla con un gran cristal, aunque tiene cortinas, corredizas, y la mayoría del tiempo permanecen cerradas, por que entra mucha luz.
En momentos como estos la abro un rato para perderme en la gran ciudad, desde aquí no se ven los problemas de los demás, solo son pequeñas hormiguitas yendo y viniendo de un lugar a otro por toda la ciudad, me gusta observar, e imaginarme la vida de los demás, así me olvido que soy heredero de una gran cadena de hoteles a nivel mundial, me hace olvidarme que pronto seré padre, el sábado fue a hacerme el estudio, para evaluar si soy fértil o no, aunque nunca antes quise averiguar, porque siempre he usado protección, jamás me he dejado llevar aunque, hubieron mujeres que me juraron que tomaban píldoras, nunca me quise arriesgar.
Y según hoy me llamarían para darme los resultados, de ser positivo, el día viernes irá la mujer quien me rentara su vientre para que yo pueda tener a mi hijo.
Realmente me gusta la idea de ser padre, llevo un par de años planteándomelo, pero no he encontrado a la mujer perfecta para madre de mis hijos, realmente me emociona la idea de cargar a un pequeño ser en mis brazos, llevarlo al parque, jugar con él, siempre me imagino que será un varón, no quiero una niña, y no porque no me gusten, las niñas, solo que no me agrada la idea que se encuentre a alguien como yo, que solo la use para su placer personal, y hiera sus sentimientos, Santo Cielo, qué patético me escucho ya celando a una hija que no se si tendré.
Escucho un pequeño ruido en la puerta, miro mi reloj y me doy cuenta que son las 4 empunto, asumo que debe de ser la Señorita Salvatorre, le digo que pase, mientras cierro las cortinas, escucho como se abre la puerta, escucho el ruido de unos tacones entrar, giro mi silla mientras me pongo de pie, alzo mi vista,
Y ahí está ella, Liz, la mujer que me dejó abandonado en una habitación de hotel hace 2 años, a quien busque hasta el cansancio, pero pareció que se la tragó la tierra, ahora está aquí, en mi oficina, más guapa de lo que la recuerdo, creo que el asombro es mutuo, porque no dice nada, mientras yo intento recobrar la compostura, doy la vuelta a mi escritorio y me pongo frente a ella, ya había cerrado la puerta
- ¿Liz? – es lo único que puedo decir
- James – dice con su dulce voz, cuantas veces me he llegado a masturbar de solo recordar su voz gritando mi nombre mientras llegaba ella al orgasmo aquella noche
- ¿Liz es diminutivo de Elizabeth? – vuelvo a preguntar, aun no salgo de mi asombro
- Si – dice en un susurro
- ¿Por qué me dejaste en aquella habitación con solo una nota con tu nombre? – digo – y ahora me doy cuenta de que ni siquiera es tu nombre completo
- Perdón – dijo mientras tragaba en seco – no creí que te importara – hizo una pausa mientras tomaba aire- según tu amiga de aquella noche, siempre acostumbrabas a pasar la noche con mujeres distintas, así que no le vi caso que nos volviéramos a ver
- ¿tienes idea de cuanto te busque? – digo, sin hacerle caso a lo que me dijo
- Pues veo que no lo suficiente – dice formándose una pequeña sonrisa burlona, al parecer recordando algún chiste – porque mira, que pequeño es el mundo – dice extendiendo sus manos alrededor – al parecer nuestros padres se conocen desde hace mucho
- Claro, el señor Adrián construyó todos los hoteles desde que mi padre está al frente de todo
- ¿tu también conoces a mi padre?
- Si, lo he visto en más de una ocasión- intentó recordar en alguna ocasión que la haya visto junto a su padre, pero no, hace años asistí a su cena aniversario de 35 años de antigüedad de la constructora porque mi padre me obligó a ir, pero no, estoy seguro de que ella no estaba ahí, es imposible olvidar esa mirada -ven, siéntate – digo mientras voy saliendo poco a poco del estado de shock, ella se sentó en las sillas frente a mi escritorio, y yo la imite, quería estar al lado de ella.
- ¿así que si me buscaste? – dice con una pequeña sonrisa
- Si, y no tienes idea cuanto, pero esa nota, no decía más que tu diminutivo, pero – hice una pausa – ahora me doy cuenta de que siempre busque mal
- ¿Por qué? -dice ella con cierta curiosidad en su mirada
- Porque di por hecho que Liz era diminutivo de Lizeth o Lizbeth o algo similar – explique- además también busque a las personas que habían adquirido un BMW serie 5 en los últimos meses, y las pocas mujeres que salieron, resultaron ser mujeres casadas o muy viejas, así que en definitiva no eras tu- le tome las manos con las mías, mientras me apoyaba un poco sobre mis rodillas para acercarme más a ella, vi como ella se tensó ante mi tacto – respóndeme algo ¿sí?
- Pregunta
- No, pero quiero que me respondas con la verdad y solo la verdad
- Sí, prometo responderte con la verdad
- ¿Por qué te fuiste? ¿porque no me diste tu número? ¿o tú nombre completo? – rio ante este último comentario – no sé tú, pero yo estoy convencido que lo que hicimos esa noche fue más que sexo – respiro profundo, si quiero que ella sea sincera conmigo yo también tengo que serlo, así que continuo – jamás antes me sentí tan conectado con una mujer, fue como si nuestras almas ya se conocieran, como si estuvieran reencontrándose – cierro los ojos, intentando recobrar la cordura, nunca lo había expresado tan claro
– si no fuera porque me conozco, y sé que como dices tu soy un hombre que acostumbraba a pasar cada noche con una mujer distinta, pero créeme cuando te digo, que después de ti el sexo no volvió a ser el mismo, no voy a decir que deje de ser un mujeriego, pero después de ti, siempre busque que las mujeres con las que estaba me llevaran hasta donde llegue contigo esa noche, hasta podría decir que me enamore.

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EmbarazaDos
Romansa-Elizabeth escúchame por favor- dijo James - ¿que quieres? no tenemos nada de que hablar- contesto Elizabeth entre dientes, pues estaban en el lobby de la constructora de la cual ella era la directora general - sé que la última vez que nos vimos no...