Capitulo 26

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NARRA JAMES:


Roberth y Samantha habían accedido a hacerle un tipo de emboscada a Elizabeth, se negaba a verme, o si quería hablar conmigo, y dado todo los problemas y juicios legales en los que nos hemos metiendo, debíamos hablar antes de que fueran más graves sobre todo porque deberíamos de estar de acuerdo en lo que procedería contra la clínica.

- Mira – tomé un largo respiro y solté el aire y continúe hablando – la prensa esta sobre nosotros, y estan hablando, sobre todo cosas que no sucedieron jamas–

- Me importa un popote lo que la prensa diga o deje de decir

- No es eso, a mí también me vale lo que hablen de mí, pero no permitiré que hablen mal de ti, de la madre de mi hijo

- Que aún no sabemos...

- Si, si, que no es seguro que yo soy el padre, bla bla bla- le dije mientras la cortaba, ya estaba harta de ese comentario – el punto aquí en que tu padre tiene razón, si en verdad resulta que soy el padre de tu bebé, sabes que legalmente te exigiré que me des los derechos de darle mi apellido, y sinceramente me gustaría tener una buena relación contigo, sé que no te gusto porque me lo has dejado muy claro cada vez que puedes, y quiero que entiendas que tampoco te quiero, es más ni siquiera me gustas – dije secamente, y aunque si me gustaba pero no podía admitir eso ante ella que ya suficiente me había humillado hace casi 2 meses – pero quiero ser partícipe del proceso de tu embarazo, ya sabes acompañarte a tus citas, ultrasonidos, acompañarte a escoger la cuna, ayudarte a pintar el cuarto del bebe y otras cosas mas, pero para eso tendríamos que vivir en un lugar

- No, yo no me iré de mi casa, ahí me quedaré –

- Y no te estoy pidiendo que te vayas de tu casa, pero quiero que entiendas el punto al que quiero llegar, quiero estar contigo – dije viéndola a los ojos mientras la tomaba de las manos, sentí como ella se estremecía, seguro no se esperó ese detalle- quiero que nuestro hijo cuando crezca y todo este rollo legal sea un simple mal chiste del pasado él sepa que jamás deje sola a su mamá, a pesar de que jamás nos casemos

- ¿Cómo? Ya no estoy entendiendo, ¿quieres o no casarte?

- No, no me quiero casar, esa idea jamás ha estado en mi mente y el hecho de que tú seas la madre de mi hijo no lo cambia – vi como su rostro se ensombreció

- ¿Entonces? – dijo secamente

- Quiero que nos comprometamos, yo te entregaré un anillo, te pediré que te cases conmigo y de esa manera estaremos comprometidos, así tu padre se tranquilizara y la prensa dejara de hacer fogaradas para ajusticiarte- vi como ella meditaba lo que le estaba diciendo

- ¿Quieres decir que nos comprometeremos, pero nunca nos casaremos?

- Exacto, asi cuando nazca él bebe y resulta ser mi hijo, ya veremos en ese momento si nos casamos o no, pero hasta entonces y todo lo que dure el embarazo estaremos comprometidos, y como dices tú, puede que no sea el padre de tu hijo, así que, si eso resulta ser, terminaremos el compromiso argumentando que, al no tener hijos en común, nuestro matrimonio no puede llevarse acabo

- Tengo que reconocer que no es tan mala idea – dijo al fin Elizabeth

- No lo es, ya lo he dicho

- No viviríamos juntos ¿correcto?

- Exacto, aunque si te iría ver a tu casa, y a tu oficina y para eso tendrías que restablecer mi entrada en el edificio- ella rió por debajo

EmbarazaDosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora