Capitulo 28

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NARRA ELIZA:



Después de que James me dejara en mi casa, subí hasta mi recamara, ya había cenado así que hoy no haría nada, me cambie la ropa que había traído todo el día y me metí a bañar y al salir de baño solo me puse una bata, después de todo vivía sola y podía usar lo que yo quisiera, las casas vecinas no estaban tan cerca, así que me daba privacidad suficiente para pasearme desnuda si yo quería, me acosté en mi casa, y mis párpados poco a poco se iban cerrando, pero ahí entre el sueño y la realidad oí el timbre de la puerta.

Me levanté un poco somnolienta, espié por la ventana y vi el carro de James afuera de mi casa, a que abra venido, será que olvide algo en su auto, me dispuse a bajar, hacia un poco de ruido mientras bajaba las escaleras, era el precio a pagar por querer escaleras de madera. 

Me acerque a la puerta quite el cerrojo y abrí.

- ¿Qué haces aquí? – le dije, no podía creer que tan sexy se veía el sin traje, aunque el traje le acentúa bien, las playeras marcan todo su trabajado abdomen

- Elizabeth, quiero hablar contigo

- ¿Y no pudiste esperar a que fueran horas más decentes? – dije fríamente, y era la verdad si no mal recordaba la última vez que vi la hora eran las 11:30pm

- No, lo que tengo que hablar no puedo esperar – dijo con una tenue voz

- ¿De que se trata? – me apoyo en el marco de la puerta esperando a que hable

- ¿Podrías dejarme pasar?

- ¿Es mucho lo que vas a decir? – no quería sonar grosera, pero mañana tengo mucho que hacer en la oficina y me gustaría ir descansada

- No tanto, pero noto que tienes frío – veo que su mirada baja un poco, la sigo para ver que es lo que está viendo, y ¡Oh por Dios!, mis pezones están erectos, se me había olvidado que no me puse ropa interior, me cruzo un poco los brazos, pero es inútil, así que solo me aparto para dejarlo pasar, ni loca iría yo por delante de él, además de no llevar brasier tampoco llevaba calzones

- Pasa – le digo

- Es una casa muy linda – mientras cierro la puerta veo como él está observando con detenimiento mi casa,

- Gracias – que más podía decir - puedes sentarte si gustas – le señale el sofá, y me senté en el más grande, pero note como él se sentó en el mismo que yo, no dije nada, solo me quede mirándolo esperando que el hablara

- Verás, creo que me precipite al pedirte que te cases conmigo, no sé qué opinas tú de eso

- ¿Qué puedo opinar? - ¿enserio había venido hasta acá solo para eso?

- No sé, sobre el detalle que posiblemente sea el padre de tu hijo, y que, si resulta ser así, nos tendremos que ver a diario, y tendríamos que mejorar nuestra relación – me cruzó las piernas para estar más cómoda y le digo

- Mira, sé que no tuvimos un buen comienzo- me detengo, al recordar lo que le dije esa ocasión el su despacho, noto que él me toma de las manos y yo no le digo nada

- Según mis recuerdos el inicio fue muy, pero muy bueno – bueno, en eso tiene razón, como olvidar como fue que nos conocimos. Pongo mis manos en mis piernas, él no suelta mis manos incluso empieza a hacer pequeñas caricias en la palma de mis manos

EmbarazaDosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora