NARRA JAMES:
Han pasado 2 semanas desde que me he estado quedando en casa de Liz, con mi nuevo puesto en la empresa, y estar al pendiente de ella y el embarazo ya no me deja tiempo para nada.
Aunque he de confesar que soy feliz llegar a su casa y verla trabajando, ya ha disminuido las horas de trabajo en la oficina, pero se trae el trabajo a casa, no me gusta que esté sola, pero ella me ha prometido que si le llegara a pasar algo me hablaría.
Y aquí voy al llamado de ella, me marco hace muy poco, no le entendí muy bien lo que decía porque lloraba al teléfono, pero por lo que le entendí es que tenía problemas para hacer algo, por lo que deje lo que estaba haciendo en la oficina y me fui a su casa, ya eran casi las 4 de la tarde así que no había mucho problema por salirme temprano.
Estacione el carro afuera de la casa, y me dirijo hacia adentro, hace unos días atrás me dio un juego de llaves, argumentando que era molesto para ella ir a abrirme la puerta, pero se que cada día me acepta mas verme, entre a la casa, estaba todo aparentemente en silencio, deje las llaves en la mesa de la entrada y la llame
- Eliza – dije fuerte – Eliza ¿Dónde estás?
- En mi cuarto – apenas y la oí, subí rápidamente las escaleras abrir lentamente la puerta, y se me rompió el corazón verla sentada en la cama apoyada en el respaldo de esta abrazando sus rodillas me acerqué a ella
- Liz, ¿Qué tienes? – dije con la voz más suave que pude y acaricié su espalda
- Nada, eso tengo – dijo mientras levantaba la cabeza y me veía
- Eso es imposible, algo tuvo que ponerte así – dije mientras me sube un poco más a la cama y la abrazaba
- No tengo nada que ponerme, nada me queda, nada me cierra, estoy gorda – y se soltó a llorar, me safe los zapatos y me subí mejor para poder abrazarla bien
- A ver cariño, no estas gorda, solo es que los bebés están creciendo y ambos sabíamos que eso pasaría, queremos que nazcan sanos ¿verdad?
- Sí – dijo entre sollozos
- Bien, pues es mejor que vayamos a comprarte ropa más grande, porque yo quiero que los bebés crezcan más, y para evitar que ellos pongan triste a mamá, debemos ir a comprarle ropa para embarazada, a mamá- dije mientras con mis pulgares secaba sus lágrimas
- ¿Harías eso por mí? ¿Ir conmigo a comprar ropa? – dijo haciendo un mini puchero
- Toda la que quieras, blusas, vestidos, faldas, pantalones, hasta zapatos si quieres – le dije con una sonrisa – digo, porque no permitiré que sigas en zapatillas por ahí, y te puedas tropezar y te caigas, no eso no ¿está bien?
- Está bien – dijo en un susurro
- Bien, ahora párate, sal de la cama, vístete y vamos al centro comercial
- No tengo nada que ponerme – dijo mientras salía de la cama – lo único que me quedan son pants y sudaderas
- Entonces ponte eso, nadie te dirá algo por ir a si
- No, pero tu andas hasta con corbata – me dijo mientras me la sujetaba y me daba un beso en la boca, la sujete de la cintura y la abrase y viéndola a los ojos le dije
- Si mi corbata es el problema me la quitó – dije mientras me separaba y me la zafaba del cuello – es más me quitaré todo el traje, me pondré igual pants para que no te sientas incomoda – y me saque el saco, la camisa, me baje los pantalones, todo ante la mirada atenta de ella – listo ahora solo tengo que vestirme de nuevo – dije sonriente
- Nada de vestirte – dijo con una sonrisa pícara – me encanta admirar tu cuerpo – se acerco a mi de nuevo y me acarició
- Liz, ¿tienes prisa por salir o podemos tomarnos una hora más en salir?
- Una hora más, una hora menos para mi no hay diferencia, seguiré estando sin ropa, es más creo que tengo mucha en este momento – y se safo la playera que traía quedando totalmente desnuda.
Mis sentidos se dispararon y me abalance sobre sus pechos, los tome como si de agua de trataran, la recosté en la cama, y me apropie de ellos, antes de que mis hijos los tomaran y no me los quisieran prestar, habían crecido un poco y eso me encantaba, mientras le succionaba un pezón le acariciaba el otro, ella solo se dejo llevar cerrando los ojos y llenándose de sensaciones con la mano libre que me quedaba la baje hasta su sexo, le acaricie ligeramente el canal vaginal, llegando a su botón, ella soltó unos gemidos, no dejaba de succionar su pezón y me iba turnando de seno para darle placer en ambos.
- James, hazlo ya, ¿o me correré en tus manos? - hablo en modo de reclamo y llena de placer
- Mejor en mi boca – dije separado me de sus senos y dejando una línea de besos hasta llegar a su monte pelviano, la miré desde abajo y le sonreí como el lobo que estaba a punto de comerse a caperucita.
Ella volvió a cerrar los ojos y arqueó la espalda cuando mi lengua toda su vagina, mis labios conectaron con los inferiores de ella, me apropié de ellos, con mis dedos no dejaba de darle placer, sabía que estaba a punto de llegar, así que introduje mi lengua en su cavidad vaginal y seguí dándole lengüetazos mientras daba unas pequeñas mordidas, hasta que se dejó llevar por el orgasmo y se vació en mi boca.
Ahora era mi turno, me introduje en ella y le di tan duro que cayó rendida después de que me corri, asi que la tome en brazos y la lleve al baño, la acosté en la bañera porque sabía que sería imposible para ella mantenerse en pie, la asie primero y después me di un baño rápido, ella solo sonreía sin decir nada, después regresamos a su cuarto y la ayude a secar, ahora ella ya estaba un poco más cooperadora, así que la deje en su cuarto y la ayude a secar, así que la deje en su cuarto y fui hasta el de visita donde tenía mi ropa y me vestí cómodamente para que fuéramos al centro comercial a comprarle ropa.
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EmbarazaDos
Romance-Elizabeth escúchame por favor- dijo James - ¿que quieres? no tenemos nada de que hablar- contesto Elizabeth entre dientes, pues estaban en el lobby de la constructora de la cual ella era la directora general - sé que la última vez que nos vimos no...