Como había mencionado, la historia aún no está editada, pero les prometo que se pondrá mejor. Nada es lo que parece, atentos a los acontecimientos. Nos estaremos leyendo, mis vampiros.
Narra Melissa
Tyler me llevó a casa y rápidamente corrí a mi habitación.
-¡Mel!- lo escuché llamarme- ¡Abre la puerta!.
- Ty, quiero estar sola. No me siento bien.- respondí con la cabeza en la almohada.
Oí que suspiraba.
-De acuerdo,Mel. Pero prométeme que me llamarás si necesitas algo.- hizo una pausa- Lo que sea, sólo llámame.
- De acuerdo,Ty. Adiós- abracé la almohada.
- Que grosera.- escuché decir a Ty antes de irse.
No quería hablar con nadie. No entiendo que fue lo que me pasó allá en el instituto.
De pronto estaba bien y al segundo comencé a sentir una molestia en el pecho. Esa molestia se convirtió en dolor. Tanto dolía que comencé a llorar.
No sabía que nosotros llorabamos. Si soy vampiresa, pero nunca había llorado, ni mis padres.
Mi mente viajó hasta ese chico de ojos verdes. Lo adio. ¡Odio a Jeremy Stricker!. Estúpido perro que se cree el centro de atención.
Me levanté de la cama y me fui al baño. Saqué mis lentes de contacto dejando ver mis ojos rojos.
Iba a bañarme pero decidí que lo haría en el lago del bosque. Necesitaba salir, correr,sentir el aire.
Sustituí mis tacones por mis Converse y salí.Comencé a correr dejando una nube de polvo a mi paso. Esta era una de las cosas que me gustaba de ser vampiresa, ser la criatura más veloz en todo el mundo. Los hombres lobos son veloces, pero nosotros más.
Al llegar al lago, me quité las converse y me senté bajo mi árbol. Este es mi lugar favorito desde que lo encontré cuando era pequeña. Me sentía en paz.
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¿Enamorarme de un lobo? ¡JAMÁS!
FantasyLicántropos y vampiros, creados por el mismo ser y enemigos por naturaleza. Nadie podía recordar porqué tanto odio, sólo sabían que aquello estaba destinado a ser una guerra sin fin. Melissa Harrison es hija del líder del único clan mayor existente...