Narra Jeremy
La observa dormir en la cama de Melissa, pero sabía que no era ella, de alguna manera u otra la haría volver. Su rostro en sí era pálido, pero se notaba más de lo normal. Llevaba ya varias horas observándola dormir, no podía odiarla, Lissa era la esposa de Drake, pero era tan inocente como su pequeña. Suspira con pesadez y se pasa la mano por el cabello, tenían a Lissa de su parte, y tal vez aquello debilitaría a Drake, pero no podía utilizarla para lastimarlo, no quería hacerlo.
Melissa estaba allí, dentro de ella, y él haría lo que fuera para recuperarla. ¿Qué haría? El peligro estaba presente, y según había visto cuando el lago le había mostrado su futuro, Cybele correría peligro toda su vida por simplemente ser su hija.
-- Jeremy... --- la voz de Lissa interrumpe sus pensamientos y rápidamente se acerca a ella.
-- ¿Cómo estás? --- le susurra.
Ella lo observa y sus ojitos verdes comienzan a llenarse de lágrimas, no podía soportar verla llorar, así que se acerca y la envuelve con sus brazos. Aspira el olor de su cabello y definitivamente olía a su chica, ¿Cómo era aquello posible?. La aleja un poco de su cuerpo para secar sus lágrimas.
-- ¿Qué sucede?
-- Creí que todo había sido un sueño. --- solloza ella. --- Pero todo es real, estoy muerta y Drake me hizo reencarnar en un cuerpo que no me pertenece, me siento terrible, Jeremy..
Él vuelve a abrazarla incapaz de hacer otra cosa, la había juzgado mal, aquella chica era muy pura de corazón y odiaba lo que le sucedía.
-- Él no era así ¿sabes? --- habla ella apartándose un poco de su cuerpo. --- A pesar de lo que es, Drake era un hombre dulce..
-- No me importa. --- gruñe él poniéndose de pie realmente cabreado, sus ojos se tornan azules y es incapaz de evitar gruñir. --- Ése cabrón merece más que la muerte y ten por seguro que le cobraré todo lo que le ha hecho a ésta familia.
Lissa baja la mirada, él suspira e intenta calmarse, le gustara o no, aquella chica estaba embarazada de su hija y debía controlarse frente a ella.
-- Lo que hizo Drake no tiene perdón, pero él sólo está ciego. --- susurra ella más para sí misma, pero él utilizaría la palabra 'obsesionado' en su lugar. --- Quería recuperarme..
-- ¿Quitándome lo que más amo? --- alza una ceja. La observa a ésos ojos verdes y suspira volviendo a tomar asiento a su lado. --- Melissa, no importa cómo quieras verlo, Drake es un monstruo, por lo que te hizo a ti y por lo que le hizo a mi chica.
Ella asiente y él vuelve a abrazarla. Su lobo estaba más tranquilo, podían protegerlas ya que estaban a su lado. Unos toquecitos en la puerta los hace separarse, se levanta, le envía una última mirada y abre la puerta. Por el rostro de Tyler supo que algo andaba mal, su hermana tampoco tenía buena cara.
-- ¿Qué rayos sucede ahora? --- gruñe cruzándose de brazos.
Tyler observa sobre su hombro y suspira, sí, para él también era difícil ver a su hermana y no tenerla.
-- Betty está muerta. --- suelta y abre los ojos como platos.
Sale de la habitación y cierra la puerta de ésta, frunce el ceño y sus labios forman una línea recta.
-- ¿Cómo que Betty está muerta? --- su voz tiembla, mientras la culpa se instala en su pecho ejerciendo un enorme peso. --- ¿Qué pasó?
Ninguno de los dos abre la boca, pero él ya sabía lo que había pasado. Maldice en voz baja y se pasa la mano por el cabello, le había prometido a Betty que le daría su protección y había fallado.
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¿Enamorarme de un lobo? ¡JAMÁS!
FantasyLicántropos y vampiros, creados por el mismo ser y enemigos por naturaleza. Nadie podía recordar porqué tanto odio, sólo sabían que aquello estaba destinado a ser una guerra sin fin. Melissa Harrison es hija del líder del único clan mayor existente...