"El Elemento Perdido #3: Tierra" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️

"CAPÍTULO 15"

—Por fin estas sola —Nath entró a mi habitación y cerró la puerta con seguro.

No lo dudé ni un momento y me lancé contra él. Sus labios buscaron los míos de inmediato. Habíamos estado separados tan poco tiempo pero lo había sentido como una eternidad y hasta cierto punto agradecía que él no se hubiera ido.

—Quería estar contigo pero... —puse mi dedo en sus labios.

—No hables —murmuré mientras desabrochaba su chaleco y lo llevaba hacia la cama.

Hasta él se sorprendió cuando lo aventé y quedé arriba de él.

—Oye —tomó mis manos y me detuvo—, tranquila, tenemos tiempo.

Me incliné de nuevo para besarlo pero me detuvo.

—Oye, oye —sonrió un poco—, creo que podemos calmarnos un poco y después seguimos con lo demás, ¿de acuerdo?

—Está bien —recobré la respiración y me senté a su lado—. ¿Cómo les fue con Adrián?

—Fue extraño para ser honesto —respondió—, fue muy amable, accedió a casi a todo lo que Eric pidió y dijo que él mismo supervisará que todo salga bien, fue un milagro que no nos pusiera un altar.

—Es un imbécil.

—¿Cómo te trató a ti? —acarició mi mejilla—, porque la verdad no sé qué pudo hacer para que aceptaras quedarte.

Recordé la daga sobre mi pecho, mis brazos y las otras partes del cuerpo. Las cicatrices que dejó y la amenaza de Adrián. No podía decirle nada a Nath. Se volvería loco y sería capaz de querer matar a Adrián aún cuando miles de guardias lo detuvieran antes de tocarle un pelo al rey.

—Los estoy protegiendo, eso es todo —no me atreví ni a mirarlo a los ojos—,  quién sabe qué hubiera hecho si no hubiera vuelto.

—Sí, pero...

—Además —lo interrumpí—, tanto a él como a Eric les conviene que yo este aquí, todo es para un bien común.

—¿Estás segura?

—Por supuesto que sí —puse mi mejor sonrisa y eso pareció convencerlo—. ¿Ya puedo volver a lo que estaba?

Me tomó por sorpresa cuando giró para dejarme debajo de él. Me besó de nuevo y esta vez no se detuvo. Sentí como sus manos subían por mis piernas dejando leves caricias. Sólo esperaba que las cicatrices se hubieran desvanecido o tendríamos problemas.
Terminé de desabrochar su camisa y se la quite de un tirón lanzandola al suelo. Me levantó un poco mientras alzaba el vestido hasta que quedó fuera. Sus labios buscaron distintas partes de mi cuerpo, logrando que olvidara bastantes cosas, al menos por esa noche.

...

—¡Alexia, baja de inmediato!

Apenas estaba despertando cuando escuché que casi tiraban mi puerta a patadas. Era la voz de Daniela, ¿qué rayos quería? Salí de la cama y puse los pies en el suelo. ¡Agh! El piso estaba helado.

Aún tenía tiempo para prepararme. Nos iríamos al palacio de los Terrancer en la tarde pues la ceremonia de Tatiana sería a la medianoche y no sabía por qué. Estúpidas costumbres.