"CAPITULO 32"

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No dormí en toda la noche pues todas las cosas que Tabitha nos había dicho, me aliviaron y preocuparon al mismo tiempo. Me aliviaba por el hecho de que teníamos una manera de contactar a los demás y decirles que estábamos bien en lo que cabía, pero me preocupaba el hecho de que mi gemelita fuera capaz de hacer cosas como estas. Vanessa nos había advertido que podían darse cuenta y tratar de hacerle algo, igual que a ellos pero al menos ya no serían los Zerkjis.

Me la pasé vigilando la puerta toda la noche, y rezaba porque no vinieran por ninguna de nosotras pues no sería capaz de detenerlos. Como Cedric había dicho, una mujer vino a dejarnos una gran bandeja con comida. Apenas y probé algo pues a pesar de que moría de hambre, mis nauseas eran cada vez peor.

—Despierten —las llamé—. Han traído el desayuno.

Tabitha se levantó al oler la comida. Parecía que yo no era la única hambrienta, se sentó en el suelo y tomó de todo lo que había en la charola. Tenía ganas de preguntarle muchas cosas, una de ellas y la más importante, ¿cuándo había comenzado todo esto de los poderes? Pero tal vez necesitaba la ayuda de Deni para eso.

—Buenos días —dijo Dëni—, ¿dormiste bien?

Probablemente mis ojeras tamaño panda gigante, le daban una respuesta más que satisfactoria.

—¿Quieres que te ayude? —le pregunté.

—Tranquila —se sentó con mucho cuidado—, yo puedo.

Se levantó y estiró los brazos hasta que ya no pudo más. El vientre se le veía enorme, no faltaba mucho para que por fin reventara.

—Vamos a desayunar.

Puse unos cuantos cojines en el suelo para que se sentara, le di un plato y se sentó a lado de Tabitha, ésta le sonrió. La gemela estaba muy callada y demasiado concentrada en la comida que tenía en su plato, no podía ser posible que le encantara tanto.

—Tabi —la llamó Deni—, ¿podemos hablar contigo?

Apartó la vista del plato y nos miró a ambas. No quería hablarlo pero era la unica manera de poder protegerla.

—¿Alguien más sabe lo que haces? —le pregunté.

—Sólo Tasha pero ella es horrible conmigo, se la pasa diciendo que soy un fenómeno pero ella también puede hacerlo —Tabitha respondió y sonaba algo triste.

Pero un momento, ¿ambas podían hacerlo? Esto era peor, y al doble, literalmente. Aunque eso me hizo recordar algo. Cuando Nath y yo fuimos a Ravenville, Tabi se había mostrado tan contenta y platicadora, pero Tasha, se mostró demasiado evasiva y molesta, tal vez todo este asunto la tenía asustada.

—No hay nada malo en ti o en lo que haces —le sonreí—, no eres la única, mira esto.

Chasqueé mis dedos y una ligera flamita apareció. Tabi me miró sorprendida pero sonrió.

—Y Dëni también puede, así que no temas, es algo que le pasa a algunas personas porque son especiales, son elegidas por tener el alma pura, así como tú.

Esperaba que mis palabras surtieran efecto y Tabi se sintiera más tranquila con todo ese asunto y si esto llegaba a terminar de una buena manera, también hablaría con Tasha, una opción era hacerla olvidar esa habilidad para que no viviera con ese miedo.

"El Elemento Perdido #3: Tierra" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora