Ya estaba harta, tenía frío, estaba empapada y ya no sentía ni los dedos de los pies. Me senté en un rincón luego de darme por vencida totalmente y apenas era el primer día. Ariana me había lanzado una inmensa bola de nieve justo cuando amarraba mi cabello, no pude ni siquiera cerrar los ojos, y ni ella ni Jonathan dijeron nada cuando dije que no seguiría.
A los demás, bueno, ellos tenían menos conflictos que yo, incluso Tatiana, parecía muy familiarizada con todo lo que esos dos decían. Los hermanitos lucían más que satisfechos con el desempeño de Nath y Vanessa, y aunque no quisiera, yo también me sentía así. Habían sabido manejar todo muy bien y ya no parecían intimidados ante las órdenes que les daban, claro, obviamente para ellos, las cosas que estos dos decían, eran como algodón de azúcar, nada en comparación de Roderick.
Aunque había una cosa que de verdad me estaba cansando: Ariana se la pasaba de sonrisa en sonrisa con Nath y a pesar de darse cuenta que eso me molestaba, no se detuvo. No le importó que incluso su hermano se quejara de su comportamiento durante más de cuatro horas.
—Creo que es momento de terminar —Jonathan me miró. —Seguiremos mañana.
Vanessa y Tatiana salieron de ahí sin decir nada a nadie. Vaya prisa. Al menos esperaba que vinieran a darme unas cuantas palabras de aliento.
Me levanté del suelo y tomé mi chaqueta, yo misma podía calentarme un poco, pero ni de eso tenía ganas. Ariana y Nath intercambiaron unas cuantas palabras, había decidido ya: Nath tenía treinta segundos para venir conmigo o mi humor se iría directo al caño, pero no vino. Después de ponerle el abrigo a su hermana, Jonathan le hizo un gesto a Nath para que lo acompañara. Éste me dio una última y rápida mirada como si quisiera disculparse. Muy tarde. Ariana me sonrió y caminó hacia mí, no tenía tiempo para sus estúpidos juegos realmente.
—¿Qué quieres? —pregunté malhumorada.
—Oye tranquila.
A pesar de que estaba empapada, Ariana me pasó el brazo por los hombros y sonrió. No era tan alta pero con esas botas me dejaba abajo por unos cuantos centímetros.
—Perdón si te fastidié hoy pero era para comprobar algo.
Sí claro, debía pensar que yo era una estúpida de primera. Caminamos hacia el interior y Ariana no me soltó. Cada miembro de la corte nos miraba de manera muy curiosa pero se limitaban a dar rápidas reverencias
—Debo admitir que tienes buen gusto, Nath es muy apuesto.
—Escucha...
—Pero —me interrumpió—, yo ya estoy comprometida.
Extendió su mano y el gran diamante brillo en su mano. Ariana Cornelius, ¿comprometida? Ella y Tatiana eran descritas como prospectos imposibles de alcanzar. ¿Cómo demonios había pasado esto?
—¿Vas a casarte?
—Sí —respondió con una gran sonrisa—, si todo sale bien, y aún queda algo de Caudentry, Harrison y yo nos casaremos en la primavera, el veinticinco de marzo para ser exacta, justo el día de mi cumpleaños.
Se escuchaba muy animada con la idea. Aunque tenía razón; correríamos con suerte si nos destruíamos Caudentry nosotros mismos.
—Tengo que ir a mi habitación.
Me aparté de ella y señalé mi ropa, me estaba muriendo de frío. Quizá podía seguir con esta conversación en la cena.
—Voy contigo, no tengo prisa.
No tenía muchos ánimos como para platicar, pero al parecer ella sí. Caminamos en silencio por el palacio, creí que venía conmigo para tener una gran charla.

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"El Elemento Perdido #3: Tierra" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️
FantasíaAlexia había aprendido mucho de si misma, pero el descubrir que podía servir como portadora de una Guardiana -maléfica por cierto- cambió un poco su perspectiva de vida. Planes y más planes fueron hechos para ella y para otros más, pero las cosas se...