No sabes nada

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Sharon:

Regrese al lugar en donde había dejado a Ale pero ya no estaba. Le llame a su teléfono pero me mandaba directo al buzón, lo cual se me hizo raro pues ella nunca lo apaga y mucho menos se queda sin pila.

Les hable a mis amigas para saber si estaba con alguna de ellas y para mi sorpresa también la estaban buscando junto a Gloria, pues no se sabía nada de ninguna de las dos. Realmente eso me preocupo, ella sería incapaz de desaparecer así como así, la conozco como la palma de mi mano.

Regresamos noche al hotel pero fuimos a ver si de casualidad estarían ahí, pero nada, era como si se las hubiera tragado la tierra. Inmediatamente supimos que algo estaba terriblemente mal.

-Esto no está bien, algo malo les ocurrió, estoy casi segura- Fer está llorando en brazos de Ricardo, y yo estoy a punto de romper en llanto también, pero de nada nos sirve llorar su ausencia, o al menos eso es lo que diría ella.

-¿Ahora qué vamos a hacer? Ale es la que siempre encuentra la solución a nuestros problemas y ahora nos toca a nosotros resolver el de ella- Las palabras de Fer hacen que mi corazón duela. Recuerdo los consejos y todas las palabras de Ale cuando se lo pedía, tenemos que encontrarla, no sabría que hacer sin ella.

-Tenemos que ir a reportar su desaparición como primer paso. Pero será mañana, ahorita no nos atenderán porque no ha pasado más de 10 horas-


-Sí, tienes razón. Aunque no creo que pueda dormir pensando en donde rayos esta Ale- Dice Blanca y yo concuerdo totalmente con ella.

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Llegamos a la comandancia y nos dirigimos al primer policía que encontramos.

-Disculpe, queremos reportar la desaparición de dos compañeras-

-Claro, pasen por aquí por favor- Entramos a una oficina y tomamos asiento frente al escritorio del comandante.

-¿Díganme, en que les puedo ayudar, jovencitos?- dice un hombre grande de edad, pelo canoso y unos ojos azules, sostiene un periódico en mano el cual deja encima del escritorio para poder atendernos.

-Mire, dos de mis compañeras desaparecieron el día de ayer por la mañana en Six Flags y estamos muy preocupados por ellas, no somos de aquí vinimos por un paseo de fin de curso y creemos que algo malo les pudo haber sucedido-

-Entiendo. Miren, aquí manejamos un protocolo el cual dice que tienen que pasar mínimo 48 horas para poder dar a alguien como desaparecido, por lo cual tene...-

-¡No puede ser!- me levanto de la silla y agarro el periódico que estaba sobre el escritorio.

Mis ojos no dan crédito que lo que están viendo. En la portada del periódico está una foto de Gloria... muerta... con las mismas características que el hombre que nos había enseñado Fer en su nota de internet. Sin duda era ella, llevaba la misma ropa que ayer.

Mis manos temblaban, esto no tenía que ser una pesadilla. Los demás empezaron a leer la nota y de inmediato Fer empezó a decir "es Gloria, es Gloria" siguiéndole sus lágrimas descontroladas.

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Ale:

-¡¿Por qué diablos tenías que atravesarte en mi camino?!- Escucho que grita y vuelve a dispararle al piso.

-¡Tú!... ¡¿Por qué tenías que atravesarte tú en el mío?!... mi vida era feliz hasta el día de ayer- encojo mis piernas y empiezo a sollozar, aun no puedo procesar la muerte de Gloria.

-Mátame. Por eso me trajiste a aquí- digo escuchando unas cuantas maldiciones por su parte.

-¡Tú no sabes nada!- y con eso sale dando un portazo y ahora poniéndole llave a la puerta.

Harry:

Tengo que matar a alguien si no quiero terminar haciendo una locura con Alejandra.

La vi desde ayer que salía del aeropuerto y decidí investigar todo lo que podía sobre ella y ese mismo día me la encuentro en el elevador. Realmente me atrapo desde el momento que la vi arreglándose el pelo que le estorbaba en la cara debido al fuerte aire que hacía.

Mi plan era eliminarla, no quiero volverme débil o tener puntos débiles o mucho peor enamorarme. Pero ahora me doy cuenta que no puedo hacerlo, no puedo matarla y menos desde que estuvo entre mis brazos, fue como firmar mi propia sentencia de muerte.

Estoy escondido en un callejón, ocupo matar a alguien para poder regresar sereno a casa. A lo lejos se ve un hombre entrar con las manos en el cierre de su pantalón, por lo que veo viene a hacer sus necesidades sin saber que viene a hacerme un favor.

Espero a que se dé la vuelta y sin perder tiempo me lanzo detrás de él poniendo mis manos en su cuello con el fin de estrangularlo, una vez que no se mueve lo tiro al piso y empiezo a dejar mis características para que sepan que es otra víctima mía y de nadie más.

Mi Triste Realidad- Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora