Esto no me gusta nada

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Siento mis parpados pesados, mis manos duelen y mi cabeza está a punto de estallar. Abro lentamente los ojos y me doy cuenta que me encuentro recostada en la cama de un pequeño cuarto. Este está pintado de color blanco, los muebles están perfectamente acomodados y las sabanas de la cama se ven espectacularmente limpias.

Recuerdo que estaba en el baño... con gloria y las luces se apagaron, y la voz... ¡Gloria!... ¡Diablos! Me levanto de la cama y empiezo a golpear la puerta.

-¡Sáquenme de aquí, necesito ayuda por favor! ¡¿Alguien me escucha?! ¡¿Gloria, me escuchas?!- no recibo respuesta de nadie, ni siquiera se escucha ruido alguno. Debo confesar que tengo miedo, no sé ni siquiera si dure un día inconsciente o más y ni dónde está Gloria y eso me pone muy nerviosa, ya sé que la odio pero no al grado de no preocuparme por ella al estar en una situación como en la que estamos.

-¡¿Qué diablos es lo que quieres?!- sin poder más, mis lágrimas se deslizan por mis mejillas y mis rodillas se doblan por lo cual caigo hincada en el duro suelo, apoyando mis manos en la fina puerta de madera que se encontraba delante de mí.

Gloria:

Puedo escuchar los gritos de Ale pidiendo ayuda y sinceramente no me importa, por mí que se pudra ahí.

Estoy atada de manos y pies a una silla que se está en medio del cuarto y tengo una mordaza en la boca la cual me impide que grite. Me encuentro en un cuarto color blanco en el cual solo hay una mesa de madera y un ropero en la esquina de la derecha.

Tengo miedo lo acepto, pero con esa patada que le di al tipo en su entrepierna creo que me desquite.

Intento zafarme de las cuerdas que aprisionan a mis muñecas pero es imposible, de hecho siento un líquido recorrer la palma de mi mano y casi puedo jurar que es sangre. Ojala que Ale la esté pasando peor que yo, se lo merece la muy zorra.

Ale:

Enseguida se escucha ruido detrás de la puerta de la habitación en la que me encuentro y retrocedo por miedo a lo que vaya a entrar de esta misma.

-¡Vaya! No puedo creer que una sola persona haga tanto escándalo- Quedo completamente sorprendida con lo que mis ojos ven. -¡¿Tú?!- Es lo único que mi boca logra articular.

-Me alegra saber que no me has olvidado, cariño-me mira con sus ojos color esmeralda que imponen autoridad. Se recarga en el marco de la puerta y me dedica una mirada divertida.

- ¿Qué es lo que te divierte, imbécil?- Escupo con toda la rabia que hay en mi cuerpo, mis manos ahora son puños bien cerrados que anhelan estrellarse con la cara de este estúpido que tengo enfrente.

-Nada pequeña fiera, solo me sorprende la valentía con la que me hablas. Tal parece que no has escuchado hablar del famoso "Harry Styles"- Veo una sonrisa posarse en sus labios.

Sus palabras me dejan helada. ¡Por Dios! Este hombre es un asesino en serie.

-¿Qué diablos dijiste?- Retrocedo hasta topar con la fría pared que se encuentra a mi espalda.

-Lo que has oído, preciosa. ¿No me digas que no soy lo suficientemente famoso como para no haber llegado a tus oídos?- Mantiene su mirada fija en la mía, mientras yo solo puedo recordar velozmente las noticias y notas de internet que escuché y leí sobre él. Nunca imagine que el muchacho del elevador iba a hacer el famoso "Harry Styles". Sabía que algo andaba mal con él pero no imagine que era tan malo.

-¿Me mataras? Si es así ni creas que rogare por mi vida, sé que es lo que quieres y no te daré el gusto. Prefiero que me mates. ¡Vamos, hazlo!- Realmente estoy asustada hasta la madre, pero sé que no saldré con vida de esto, no por nada es el asesino más buscado del mundo.

-Desesperada y valiente a la vez, creo que ya lo sabía. La verdadera pregunta aquí es ¿Qué voy a hacer antes contigo?- Pasa su dedo índice por su finos labios y me dedica una mirada llena de maldad. Esto no me gusta nada.

-¿De qué hablas?- Mi mente está prácticamente es shock, no logro pensar con claridad.

-Me llamaste "Estúpido y Arrogante" y eso no se puede quedar así- sonríe sínicamente al ver el sufrimiento que mis ojos reflejan. Veo que se da la vuelta y da indicaciones a sus hombres-Yo me encargare personalmente de ella, no quiero que me molesten. Quiero que vayan a cuidar a la otra. ¡Ahora!- los hombres solo responden con un "sí, señor" y se marchan lo más rápido que pueden, hasta ellos le tienen miedo.

Pasa a la habitación y cierra la puerta al entrar. Camina hacia la cama y se sienta en el borde de esta.

-Ven acá- Dice mirando hacia la puerta

-No- No tengo idea de donde saco el valor para responder de esta manera.

-No te estoy preguntando- Responde dirigiendo su vista hacia donde me encontraba.

Sin pensarlo dos veces corro lo más rápido que puedo a abrir la puerta y al girar el pomo ésta cede, pero no logro poner ni siquiera un pie afuera cuando estoy siendo arrastrada de nuevo para adentro.

-¡¿A dónde diablos crees que vas?!- me tira bruscamente a la cama y sostiene mis manos por encima de mi cabeza. Pataleo todo lo que puedo pero mis piernas aprisionadas por las piernas de él.

-¡Suéltame, no me toques!- Es imposible luchar contra la fuerza de esta bestia.

-¡Quédate quieta maldita sea!- Hace más presión en mis muñecas y siento algo húmedo en mi cuello, sé que me está besando porque puedo sentir su respiración acelerada en este mismo.

No puedo dejar de llorar y sentir asco por este hombre. De haber sabido que esas palabras provocarían mi destrucción, jamás las habría dicho.

Sus besos descienden por todo mi cuerpo y estoy consciente de lo que viene pero me niego a aceptarlo.

-¡Mátame, por el amor de dios, hazlo!-

-Aquí se hacen las cosas cuando yo quiera, cariño-

Mi Triste Realidad- Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora