Mi Triste Realidad- Harry Styles

Estarás bien (Primera parte)

Harry:

-¡Mónica!- la veo bajar despavorida las escaleras con un vaso de vidrio en la mano.

-Sí, dígame señor- Se pone frente a mí con su mirada clavada en el piso

-Voy a salir, así que quiero que estés al pendiente de que Alejandra no salga del cuarto para absolutamente nada. ¿Entendido?-

-Sí, señor. Lo que usted ordene- me entrega las llaves de la habitación de Ale y las tomo para guardarlas.

-Te puedes retirar- Se aleja aun manteniendo su mirada fija en el piso

-Hermano, ¿Qué pasa?- Daniel va entrando por la puerta principal

-Cristian, eso es lo que pasa- Veo la confusión en su cara y sé que está demasiado idiota para entenderme – Idiota, Cristian, él es el problema que tenemos ahora-

-Ahh, pues explícate. ¿Aún sigue matando en tu nombre?-

-Aparte de eso, sospechamos que tiene secuestrada a una amiga de Ale-

-¡Harry, vamos! El desgraciado está en una bóveda al sur del país- es Erick, aún está muy alterado, se le nota en cada centímetro de su cuerpo

-¡Thomas, llámale a los demás, que nos alcancen allá- le indico a Thomas y él rápido hace la tarea

Marc:

-Oficial, la cabaña está a nombre de un Thomas Boton, fue registrada hace 20 años- estamos en mi oficina, Cesar investigo todo acerca de la nota que encontró y me lo expone en este momento

-Muy bien. Prepara a un equipo, iremos a visitar esa cabaña- somos irrumpidos por unos jóvenes, los cuales reconozco por el caso de la muchacha desaparecida

-¡Oficial, Marc! ¡Blanca desapareció! ¡Necesitamos encontrarla o la va a matar, por favor!- dice la joven que creo es Sharon la cual tiene su cara empapada de lágrimas

-Por favor, cálmate. Toma aire y tranquilízate- La tomo de ambos hombros pero ella sigue igual

-¡Usted no entiende! ¡La va a matar!- Grita poniéndose las manos en la cabeza y jalando su pelo con frustración

-Necesito que te calmes, nada vas a solucionar así. Siéntate y dime cuando y como fue que desapareció- Se sienta en la silla que está frente a mi escritorio y yo regreso a mi lugar anterior

-Cesar, haz lo que te pedí-

-Sí, oficial- Sale cerrando la puerta a su paso

-Ahora sí, dime, ¿Qué fue lo que pasó?-

-Saliendo de aquí fuimos a comprar los boletos para regresar a Morelia, pero solo había para el día de mañana, entonces fuimos al hotel para arreglar nuestras cosas y dejarlas listas en recepción. Ella dijo que iría a comprar unas pastillas para el mareo que le provoca el autobús, pero no regresaba así que fui a ver porque se tardaba tanto y me di cuenta que su bolsa estaba tirada en el estacionamiento del hotel junto a un frasco de pastillas. ¡Ella simplemente desapareció!- Sus lágrimas no abandonan sus ojos y siento que en cualquier momento se va a desmayar - ¡¿Por qué nos pasa esto a nosotros?!-

-Muy bien, ocupo que regreses al hotel junto a los otros, te llevaran unos policías y no se moverán del lugar hasta que este caso esté cerrado. Por el momento será mejor que estén bajo custodia dentro del hotel, habrá policías dentro del departamento, así que quiero que todos se queden en la misma habitación para que sea más seguro para ustedes mismos-

-Por favor, salve a mis amigas, se lo suplico- Me mira con sus ojos llenos de lágrimas, es muy triste ver el caso de estos jóvenes, en unos meses les han pasado más tragedias que a nadie en el mundo, yo en su lugar ya estaría volviéndome loco.

-Tranquila, haré todo lo que esté en mis manos, lo prometo. Ahora ve al hotel y descansa- ella asiente y se levanta de la silla –Espera- Tomo el teléfono que tengo sobre mi escritorio y llamo a Esteban, enseguida lo tengo dentro de la oficina

-dígame, oficial-

-Lleva a la señorita a su lugar de hospedaje y quiero que lleves a otros 7 compañeros para que hagan guardia, en la noche mandaré sus remplazos-

-A sus órdenes, Oficial. Señorita, por favor acompáñeme- ella me dedica una leve sonrisa y sale por la puerta para después salir esteban detrás de ella.

Llamo a cesar y este responde de inmediato

-Dígame, oficial-

-Quiero que le digas a Kevin que organice una búsqueda para la señorita Blanca García, hay que revisar cada rincón de la ciudad hoy mismo y lo más rápido posible, si Harry la tiene tenemos menos de 24 horas para encontrarla viva-

-Claro, le haré saber –

-¿Está todo listo para ir a la cabaña?-

-Sí, Oficial. En cuanto diga partimos-

-Muy bien, vayamos ahora mismo- cuelgo el teléfono y salgo para subirme a la patrulla e ir a investigar esa cabaña

***

Tenemos que bajar de los vehículos y caminar hacia la dirección de la cabaña, tenemos que ser lo más cuidadosos y precavidos que podamos, coloco mi chaleco antibalas y les ordeno a los demás que también lo hagan, avanzamos entre los grandes árboles del bosque y a lo lejos se ve una cabaña algo grande de 2 plantas, se ve muy bien cuidada pero las ventanas están tapadas por fuera con láminas gruesas de metal negro, algo extraño, pues es una cabaña muy bonita y eso le quita algo de belleza.

Con mi arma en mano caminamos hasta estar rodeando el lugar, todas las ventanas están tapas a excepción de una que está en la parte trasera de la cabaña pero no se puede ver nada pues la cortina está recorrida.

Con un movimiento de cabeza les indico a mis hombres que vayan por la parte de enfrente. Se escuchan ruidos en la parte delantera y todos se esconden entre la maleza del bosque. Vemos a un hombre no mayor de 25 años salir por la puerta principal y voltear a ambos lados, puedo observar que en la cinturilla de su pantalón trae una pistola y en su mano una bolsa con muchos sobres con polvo blanco... cocaína.

Sin pensarlo disparo a su pierna y este cae retorciéndose en el piso, me apresuro y le quito la pistola que llevaba

-¡Maldito!- escucho otro disparo y veo que detrás de mí está otro hombre tirado con un balazo en el pecho.

-Buen disparo, Cesar-

-Gracias, Jefe-

-Ahora tú, ¿cuantos más hay dentro?- su cara está bañada en sudor y con ambas manos hace presión en su pierna para evitar desangrarse. Quito sus manos y pongo la mía y hago presión haciéndole daño, él solo grita del dolor y maldice.

-¡Nadie más, solo dos chicas!- Grita y suelto su pierna

-Entren- les indico a mis hombres, ellos asienten y entran uno por uno con su guardia alta. Esposo al imbécil que le disparé y lo dejo en las escaleras de la entrada.

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