Capítulo 1.

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28 de junio de 2017.

— ¿Qué quieres a estas horas? —Protesta Marcos al teléfono, sin ni siquiera comprobar el emisor de la llamada.

El tono no deja dudas: David Martínez.

—Marcos, Marcos. Joder. Joder. —Habla el chico atropelladamente— No sabes lo que ha pasado.

—Si no me lo dices... —Intenta centrarse el aludido, incorporándose y ahogando un bostezo.

—Marcos, que ha vuelto mi hermana.

—Eh... E.... —Intenta empezar a vocalizar como respuesta, abriendo los ojos de pura sorpresa.

Las hermanas de David Martínez son una especie de leyenda urbana en el barrio, en el instituto al que iban. En todos lados.

—Ele, sí. Lo de Lore estaba complicado.

—Sí, bueno. Claro. Yo.... Hostia. Cuando se enteren los gem...

—¡Ese el problema! ¿Qué cojones hacemos? ¿Qué hago? ¿Qué les digo? ¡Dios, necesito una terapia de Adri te lo prometo!

Marcos se pasa una mano por el rostro con desesperación para acabar revolviéndose el pelo. Ni siquiera así consigue ordenar sus ideas. Él también tiene ganas de llamar a su novia para que le haga una terapia gratis. Siente que esta en un sueño muy raro que pretende hacerle revivir el episodio más doloroso en la vida de todos.

—Vale... ¿Tu hermana cómo está?

—Llevo sin hablar con ella dos años casi, yo qué cojones sé.

Nunca había escuchado a David así. Tan nervioso, tan desesperado, tan... tan preocupado por el pasado y por la posibilidad de que vuelva a arrastrarlos a todos.

—¿No has hablado con ella?

—No sé, no. Tío ha sido rarísimo he bajado estaba ahí con las maletas y con mi padre y... joder, joder. No la he escuchado hablar mucho. ¿Por qué nadie me avisó de que volvía? Joder.

—¿Cómo la has visto?

David trata de hacer memoria pero la imagen, a pesar de ser reciente, parece bloqueada en su mente.

—Más... alta. Y delgada. El pelo un poco más... ¿claro? No sé. Más seria creo. Más apagada. Más mayor. Dios. Joder. Hostia. Ha crecido te lo juro. Se parece aún más a Lore que antes. ¿Le hablo de Lore o no? ¿Qué hago? Joder ayúdame. ¿Le hablo directamente? ¿Se supone que ya no tenemos relación? ¿Se supone que nos hablamos?

Marcos alza los ojos al cielo y suspira.

—Quedamos en mi casa. Ven ya.

**

—David. Cálmate.

—No, Adri, no puedo. Esto me supera. —Se enfada David dando vueltas por la habitación. —Es de coña. No me jodas.

La rubia asiente una vez.

—Es muy fuerte David. Es normal que te haya impactado mucho verla. Más porque han pasado dos años y ella y Lore se parecían demasiado. Pero tienes que hablar con ella.

—¡Intenté hablar con ella mil veces! ¡Lo sabéis! ¡Intenté llamarla durante los cinco o seis primeros meses pero ella no quería hablar conmigo! ¡Quiso desaparecer y desapareció! Y yo me quede aquí tragando con la depresión de mi madre, con todo lo que paso después. Y lo respeté. Respeté que era más pequeña que yo. Respeté lo unida que estaba a Lore y que no quisiese ver a nadie por un tiempo. Lo respeté todo. Todo menos que no tuvo lo que había que tener para volver, para hablar conmigo.

No fue justo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora