Capítulo 29

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Capítulo 29.

Cuando salgo del maldito despacho Dani y David tienen una expresión digna de ser fotografiada. En cuanto la mirada de ambos se encuentra conmigo los dos respiran aliviados.

—Joder, teníamos que haber dicho de que nos mandases una señal de que estabas bien o algo por Whatsapp. —Se enfada David en cuanto me subo al coche.

—Arranca— Lo apura al mismo tiempo Dani— Cuanto menos vea este tío mejor tal vez este vigilando con quién se va Ele o a saber.

David acelera el coche y se incorpora de forma dudosamente correcta a la circulación antes siquiera de que me dé tiempo a hablar.

—No ha habido ningún problema— Anuncio— En cuanto me ha visto se ha pegado un susto tremendo y cuando le he dicho que queríamos fotos de Lore creo que quería librarse de mí con alguna excusa pero le he soltado que ojalá me hiciese fotos iguales a mí que me encantaban y se le ha cambiado la cara completamente. Me ha dicho que pasase a su estudio, despacho y demás y hasta ha aplazado diez minutillos una cita para enseñarme fotos de Lore y decirme que iba a preparar una carpeta y que viniese otro día a buscarlas y que podría hacerme una sesión.

Después de mi rápido resumen cojo aire.

—Ha sido muy amable— Susurro— Pero... tenía un toque siniestro. Supongo que porque yo ya iba un poco mentalizada para mal.

—¿Amable como para enamorar a Lore?

Niego con la cabeza sin dudarlo.

—No lo parecía. Claro que no se lo que pudo pasar pero... Lore... Me esperaría algo más de ella, creo que la costaría más dejarse impresionar. Más si en aquel momento este chico simplemente era aficionado a la fotografía y un trabajador de marketing que trabajaba codo con codo con ella.

—Tal vez solo le pareció interesante y estaba... probando, jugando. No sé. —Sugiere Dani.

Niego con la cabeza obstinadamente.

—No sé... —Susurro— Tal vez yo tengo unas expectativas demasiado altas puestas en mi hermana.

**

*Narrador en tercera persona*

—¿Dónde estabas? —Le pregunta Jesús a Dani con curiosidad cuando lo escucha entrar.

Dani pega un respingo y luego mira a su hermano seguro de que lo ha pillado. Intenta hacerlo lo mejor posible y no sacar a colación nada que tenga que ver con Lorena Martínez.

—Con Elena— Susurra a sabiendas de que su gemelo atribuirá su nerviosismo a ese nombre.

— ¿Qué tal con ella?

Dani se encoje de hombros. Se le escapa una sonrisa suave.

—Cada vez es más la de siempre.

Jesús asiente.

—Me alegro mucho. Yo creo que voy a quedar con Tania esta semana, quería decírtelo y... —Comienza a contar.

Dani esboza una sonrisa distinta esta vez. Una que guarda nostalgia. Que le hace pensar en todo. En que él pone la mano en el fuego por el amor que Lore sentía por su hermano. En lo último que Lore le dijo.

*Flashback*

Iban a volver a entrar a la discoteca. Iban a hacerlo. Dani iba delante y Lore parecía dispuesta a seguirlo. O al menos eso pensaba él.

Pero la rápida mente de Lorena Martínez había cultivado una idea de última hora. Nadie se enteraría nunca ¿no? Si lo hacía bien...

Era una señal. Las llaves en su chaqueta. Seguro. Era la salida fácil y por todo lo alto que necesitaba.

Dani se gira a tiempo de verla echar a correr. Y sale detrás de ella sin ni siquiera plantearse por qué su amiga ha tenido un cambio de planes tan repentino.

—¡Lore! —Le grita.

No tarda en alcanzarla. Pero su amiga es mucho más diestra esquivando gente y pidiendo perdón educadamente por lo que se abre paso con más facilidad. Están muy cerca y Dani estira el brazo para alcanzarla. Pero Lore sale de la muchedumbre que hay en la puerta de la discoteca antes que él.

—¡Lore! —Insiste, llamando la atención de toda la gente que se cruza. —¡No te preocupes por lo que acabas de contarme! ¡Mi hermano lo entenderá! ¡Todos te ayudaremos hagas lo que hagas! ¡No te pongas así por eso! ¡Lore vuelve aquí!

Un semáforo en rojo lo detiene. Los coches comienzan a pasar implacables mientras Lore lo mira desde el otro lado.

—¡Tu hermano es la persona a la que más quiero en el mundo! —Le grita desde la otra acera— ¡Tengo que dejar de hacerle daño!

Y Dani observa como Lore baja rápidamente la pequeña cuesta que la separa del parking y de su coche, que está aparcado muy cerca de la entrada.

Dani piensa con rapidez. Lore está cogiendo por costumbre conducir aún cuando ha bebido bastante. Pero siente que esta vez es diferente. A parte de haber bebido una cantidad considerable también está muy nerviosa y preocupada por algo que Dani no acaba de entender.

Mientras el semáforo se pone de nuevo en verde, Dani toca rápidamente el bolsillo de su propia chaqueta para comprobar que él también lleva las llaves de su coche.

**

*Fin flashback*

Dani sacude la cabeza como para alejar todos los recuerdos y consigue sonreírle con más alegría a su hermano.

—Me alegro, es maja. Invítala a que se venga a la piscina algún día.

—No sé si sería capaz de tener algo con ella. —Le confiesa Jesús.

Dani se apoya en el marco de la puerta y se encoje de hombros al ver como a su hermano le tiembla el labio.

—Solo te voy a decir esto una vez. Lore era la persona que más te quería del mundo. —Y levanta la mano para hacer callar a su hermano al verlo dispuesto a interrumpirle— Me da igual lo de los cuernos o lo que coño pudo pasar. No tengo explicación. Pero lo sé. Sé que Lore hubiese hecho cualquier cosa por ti, al margen de lo que nos estaba escondiendo o no. Y sé que si nos está viendo ahora mismo estará contenta de que conozcas a otra persona. Pero no lo hagas por rencor. No lo hagas ahora porque crees que te engañó. No te lances a fingir que quieres a alguien solo porque crees que has vivido en una mentira estos años. Lore fue real. Lo que sentía por ti era real. Y sea lo que fuese lo que paso con el puñetero tema del embarazo creo firmemente que lo hubieseis solucionado. Se murió y fue horrible y no se lo merecía y estaba enamorada de ti hasta la saciedad. Punto. Quédate con eso. Y si te sientes preparado queda con otras personas, conoce a otras chicas y por supuesto sigue hacia delante como hemos estado haciendo hasta ahora y más. Pero no le tengas rencor a Lore. Estoy seguro de que detrás de la fachada de niña mimada y todo eso estaba la persona que nosotros conocíamos. Que no había mentiras.

Jesús se limpia las lágrimas que han descendido por sus mejillas y asiente.

—Gracias, Dani. —Susurra-.

Se quedan unos segundos en silencio.

—¿Tú que crees que paso?

Dani se encoje de hombros.

—Estoy en ello pero... Creo que simplemente se metió en un lío gordo del que no supo cómo salir. Y no fue capaz de ver que lo hubiésemos dado todo por ella.

—¿Qué estás en ello? —Repite Jesús.

Y Dani sonríe un poco tristemente.

—Cosas mías. Que estoy tratando de entenderlo todavía, me refiero.


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No fue justo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora