Capítulo 31

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Capítulo 31

—Eras creo que la persona más relevante de su vida— Me sonríe él amablemente, después de que hayamos intercambiado las míticas frases de protocolo. —Hablaba mucho de ti.

—Y yo de ella igual. —Comento con sinceridad, revolviendo un poco entre las fotos que me ha dejado en varias carpetas sobre la mesa— Pero éramos distintas en muchas cosas. Yo por ejemplo no creo que pueda salir así en las fotos.

—Eso es cosa mía— Ríe Sergio. —Porque por lo que me contaba creo que eráis idénticas. Me dijo que hasta teníais el mismo novio prácticamente.

Suelto una carcajada amable.

—Bueno, en realidad era una de nuestras bromas, son gemelos, claro.

Y sé lo que quiere saber antes de que lo sepa. Sé por dónde va. Y sé que engatusó a mi hermana de alguna manera.

—La verdad no he vuelto a hablar con ellos... —Susurro distraídamente, pasando más fotos— Esta es preciosa. —Añado, mostrándole la que está en el salón de la casa de su madre.

—Sí, Lore necesitó una ayudita extra para conseguir esta pose tan buena.

Y cuando lo veo sonreírme con segundas, sé que quiere llevarme a su terreno. Vendérmelo bien.

—¿Qué ayuda? —Pregunto como si no me importase.

—Ya sabes... Algo que la ayudase a relajarse.

Enarco una ceja, curiosa.

—¿Sexo? —Me atrevo a suponer, estudiándola.

Y él niega con la cabeza.

—Algo mejor.

Pienso en que si Dani y David estuviesen aquí delante harían algún comentario gracioso sobre lo imposible que resultaría encontrar algo mejor que el sexo. Pero eso me hace pensar en cuantas veces Dani habrá estado con alguien estos dos años y quiero matarlo...

Aunque lo que el fotógrafo saca para mostrarme me hace incluso sacarme a Dani de la cabeza.

¿Desde cuándo mi hermana se drogaba?

—Mi hermana no... —Comienzo.

Aunque luego me doy cuenta de que precisamente estoy tirando de la manta. De que precisamente esto es lo que me ha traído aquí.

—Vaya. —Suelto, abriendo mucho los ojos— Pues sí que funciona bien.

—Ya sabes un poco de esto... —Me dice, mostrándome la bolsita— Y los mejores deseos de mucha gente se hacen realidad. Además de lo feliz que pone a cualquiera— Bromea luego, restándole importancia.

Seguimos hablando un par de minutos más y espero que de verdad no note como me tiemblan y me sudan las manos. Quiero morirme. Pienso en mi hermana... y.... en lo que habrían dicho los otros, en lo que...

¿Cómo coño se le ocurrió meterse coca? ¿Estaba gilipollas?

Me muerdo el labio inferior.

—Espero que a tu madre le gusten mucho las fotos. Dile que no se asuste con algunas. De verdad que son artísticas, muy profesionales y me han abierto muchas puertas. Le han encantado a personas muy influyentes en el mundo de la fotografía. Tu hermana hubiese triunfado... Y seguro que tú también.

Niego con la cabeza.

—Que va. —Susurro dulcemente— Solo te dije que me gustarían para tenerlas de recuerdo y porque mi hermana lo hizo. Necesito seguir sintiéndola cerca y esto me parece buena idea.

No fue justo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora