Capítulo 6

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Capítulo 6

*Narrador en primera persona*

30 de junio.

Rompo a reír al ver a mi hermano dormido a mi lado. Ayer tuvimos demasiado de que hablar y no se ni cuál de los dos se quedó dormido primero.

—¡David! —Grito, zarandeándolo.

Sé que se despierta pero no abre los ojos, a pesar de que veo una sonrisa asomando de sus labios.

—¡Despiértate! —Exijo, haciendo que ambos rompamos a reír rápidamente.

Como niños, más tranquilos, más felices. Como hacía mucho que yo no estaba. Y como mi hermano no creo que suela estar.

—Me faltó decirte una cosa. —Me dice mi hermano como si nada, sin unos buenos días si quiera.

— ¿Qué? —Pregunto, al ver que se ha puesto serio.

Ya bastante me ha dicho como para que haya algo peor.

—Hoy celebro mi cumpleaños. Así que vienes. Volverás a ver a Adri y Nuri y los demás.

Abro mucho los ojos. Cierto. Mañana es uno de julio.

—Irán.... ya sabes, algunos de mis amigos que ya conoces, los de clase. Amigos de estos y tal...

—Y estos, claro. —Susurro— Todos.

—Sí. De hecho... Adri y Dani se vienen con gente de su clase porque han acabado esta semana exámenes y eso.

Se me acelera el corazón.

—No sé si es la mejor forma de volver a verlos. —Suspiro— Así de golpe, de fiesta, sin más...

—Ya, ya lo he pensado. Tienes razón.

—¿Entonces? —Interrogo.

—Los verás ya por la tarde.

Me late aceleradísimo el corazón. Sé lo que le he dicho a mi hermano y se lo que pienso: Claro que me muero de ganas de volver a verlos pero... Eso no quita que yo fui la que me piré sin dar explicaciones y los dejé solos con todo lo que había sucedido.

—David... —Dudo— Seguro que me odian.

—No te odian, Ele. —Sonríe él a medias— La situación será el principio incómoda para todos pero vamos, seguro que papá ya te ha dado la charla... El tiempo...

—Lo cura todo— Murmuro— No sé, David.

—Tú hazme caso. Para eso soy el mayor.

—¿Y Dani? —Pregunto muy preocupada. —No puedo. Con eso sí que no puedo.

— ¿Con qué?

— ¡Con verlo! —Exclamo, sintiendo como se me acelera ya el corazón— Dios mío, Dios mío... Imagínate que se lía con la gilipollas esa en mi cara. Joder.

—O con otra— Susurra David con una sonrisa— Nunca se sabe.

—¡David! —Digo, levantándome.

Los nervios no me dejan quedarme en casa.

¡Qué voy a ver a Dani en horas! ¡¿Hola?!

—Dios— Susurro al momento— ¿Y qué me pongo?

Luego miro a mi hermano, que me observa sorprendido.

—¿Tú me has visto más guapa o menos?

No fue justo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora