Capítulo 7

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Me levanté con gracia del asiento y me dirigí hacia la mesa de Slytherin, directamente hacia Malfoy, solo se oían mis pisadas, me paré detrás de él y este se giró a verme.

- ¿Recapacitaste Potter? - preguntó Malfoy.

- Creo que es hora de que empiece a elegir bien mis amistades, ¿aún quieres ayudarme con eso? - le extendí la mano como él mismo había hecho hace cuatro años, Malfoy se levantó, estrechó mi mano y sonrió.

- Únete a nosotros Potter, llámame Draco- dijo señalando a sus amigos.

- Llámame Harry, Draco- dije mientras nos sentábamos.

El silencio del Gran comedor era imperturbable, nadie podía creer lo que estaba sucediendo, los enemigos jurados acababan de hacer las paces y a su vez habían realizado una alianza. El supuesto león había cambiado a ser una serpiente y nadie sabía cómo afrontarlo, capaz por eso en la desesperación por reaccionar, un pelirrojo se alzó de entre la multitud.

-¡HARRY!, Quieres explicarme ¿Qué se supone que haces? -gritó Ron.

-Creo que se le llama elegir partido o bando, como te sea más fácil de comprender Weasley-

- ¡Pero Harry, Malfoy nos ha hecho la vida imposible desde que entramos a Hogwarts!- agregó Hermione.

-No es como si eso me fuera relevante en este momento Granger-

- ¡¿Cómo puede no importarte?!- me contradijo Ron.

- ¿Y porqué, exactamente, debería importarme? - dije con toda la calma y la frialdad que me fue posible – No es como si ustedes fueran algo valioso, su amistad no vale más que las palabras vacías que predican, promesas sin respaldo de acciones. Ustedes son simplemente un chiste.

-Eres un malagradecido, siempre hemos estado ahí para ti- afirmó Hermione, me reí.

- ¿Ah sí? - dije levantándome - ¿Dónde estaban cuando todos me dieron la espalda el año pasado por supuestamente hacer trampa para entrar en el torneo? Ah ya recuerdo, unidos a los que me segregaban. ¿Dónde estaba tu apoyo Granger cuando hacíamos ensayos juntos para ayudarnos? Ah sí, cambiando con un hechizo nuestras transcripciones porque no soportabas que yo pudiera superar tu supuesto gran intelecto. ¿Dónde estaba tu gran amistad Weasley cuando tu hermana menor trato de darme Amortentia para enamorarme de ella? Ah claro ya recuerdo, a su lado mientras yo estaba petrificado, ya que no era posible para ti aceptar que tuvieras un mejor amigo homosexual- silencio, silencio y más silencio.

-Así que lo lamento Weasley pero los malagradecidos son ciertos leones con infulas de grandeza que saben que no pueden obtenerla por sí mismos. Ustedes Gryffindors se creen tan valientes, leales y justos, pero lo que son realmente es una cuerda de gatos, perezosos y buscapleitos. Tienen miedo a trabajar duro, a la inteligencia y a las ansias de grandeza, por eso les temen a las demás casas. Y le temen aún más a las serpientes porque saben que ni usando toda su fuerza, garras y rugido podrán conseguir perturbar lo que nosotros logramos con solo nuestra astucia y determinación. No son la mejor casa, son la casa de los que necesitan berrinches para lograr sus objetivos, lo cual no es totalmente malo si lo piensas, después de todo, siempre se necesitan peones, marionetas y mano de obra barata- el silencio no podía ser mayor una vez hube terminado, hasta que algo que nunca me esperé sucedió: alguien comenzó a aplaudir.

Todos los ojos del gran comedor se dirigieron a la única persona que aplaudía desde la mesa de los profesores. Mi primer mentor me aplaudía lenta pero firmemente mientras me miraba directamente a los ojos, mi inspiración para mis máscaras, mi jefe de casa, Severus Snape. Y con él, segundos más tarde Draco se levantó y siguió su ejemplo, a su vez sus amigos lo hicieron después y con ellos toda mi casa, los Ravenclaw siguiendo a Lovegood, los Huffelpuff a Diggory y para mi gran sorpresa algunos Gryffindors siguiendo a los Gemelos y a Neville. No pude evitar sonreír, mi círculo interno se estaba alzando de entre la plebe.

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