-Neville iremos a nuestra Sala común a estudiar es resto de las horas, ¿Quieres venir con nosotros? – Todos los Gryffindors exclamaron con asombro.
-Por supuesta Harry, gracias- dijo acercándose a mí. Le sonreí y nos dirigimos a la salida. Pude oír como el resto de los alumnos también recogían sus cosas y nos seguían. La clase quedó vacía y yo ya tenía a casi dos casas de Hogwarts bajo mi mandó, aunque la segunda no lo supiera. A pesar de los contratiempos la clase había resultado muy productiva pensé sonriendo.
Atravesamos los pasillos de Hogwarts para ir a las mazmorras, capaz así aprovecharíamos las dos horas libres que teníamos ahora ya que nuestra querida profesora había demostrados ser una inútil en tiempo récord. Llegamos a la entrada de la sala común y Draco se adelantó para dar la contraseña:
-Nuestro Rey- susurró Draco, no pude evitar sonreír, quien hubiera pensado que mis serpientes serían tan románticas.
Nos adentramos en la Sala Común, me dirigí al sillón que compartía gratamente con Draco, él se sentó a mi lado y el resto de mi corte se sentó a nuestro alrededor. Al Neville entrar, pude notar como se quedó impresionado con la apariencia de nuestra sala. Se fijo en los detalles, analizaba la situación, al parecer el león era más perspicaz de lo que parecía.
-Harry- dijo una vez que terminó de analizar el ambiente.
-Dime Neville- le respondí sonriendo.
- ¿Quién eres realmente? - preguntó poniéndose serio.
-Soy el Rey de Slytherin Nevi- afirme directamente, él me sonrió de vuelta y sus ojos brillaron.
- ¿Y no quieres ser, no sé, el Rey de Hogwarts mejor? – mi corte rio ligeramente.
-Digamos que estamos en proceso, pero ¿qué me sugieres? –
- Creo que ambos notamos que los Gryffindors no te dan la espalda, aun no te siguen, pero eso puede cambiar si tuvieras a los seguidores adecuados infiltrados-
-Y dime Nevi. ¿Quiénes serían los seguidores indicados para tal tarea? - mi magia vibraba expectante por la respuesta.
-Yo soy...-bajo la voz -puedo ser uno de ellos, si me lo permites-
-Nevi- dije con cariño - ¿Estás seguro de saber en lo que te metes? -
-Harry- sus ojos brillaron con fuerza – Creo que debo contarte algo- alcé una ceja con intriga y le señalé uno de los sillones a mi alrededor. Se sentó junto a Theo a mi izquierda, me miró directo a los ojos y empezó su relato.
-No sé si lo sabes, pero cuando desapareciste luego del torneo el mundo magia entró en pánico, mucho tuvieron que ver las declaraciones dadas por Cedric sobre tu sacrificio. Al principio la prensa lo desprestigio, pero por alguna razón un día empezaron a dejar de atacarlo. Entonces el mundo mágico empezó a clamar por un nuevo Salvador, creo que ambos sabemos lo necesitado que estaba el lado de la luz por una nueva figura- yo asentí.
-Y supongo que Cedric seria esa figura – dije con amargura.
-No, en teoría yo lo soy- el silencio se adueñó de la sala por unos segundos.
-No es por ofender Longbottom, pero ¿Cómo pasó eso? – preguntó Blaise realmente sorprendido.
-Yo estaba igual de sorprendido Zabini – Nev me volvió a mirar directamente – Al parecer existió una profecía Harry y esa fue justamente la razón de nuestras desgracias. La profecía establecía que un niño nacido al final de julio de los que lo habia desafiado tres veces tendría el poder para derrotar al Señor Oscuro. Tú y yo fuimos las opciones disponibles para elegir al niño, pero a ti te eligió Voldemort en persona, en cambio contra mis padres envió a sus lacayos a terminar el trabajo por eso mis padres están en San Mungo. Pero el punto aquí es que, una vez que tú desapareciste, la profecía fue revelada por el Profeta y por tanto yo fui señalado como el Elegido-
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Marioneta
FanfictionMe equivoqué. No es fácil de admitir, pero tomé el camino fácil. Quería ser aceptado, ser amado y por ello preferí ser utilizado. Pero ya no más, romperé los hilos del titiritero. Historia basada en las novelas de J. K. Rowling, Todos los derechos...