Capítulo 4.

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- Te advertí que no jugaras con mi paciencia.
Ahora te mostraré porque debes respetarme

Luego de decir eso, y obligarme a subir a su auto, comenzó a conducir como un loco por la carretera.

- ¡Ve más despacio, vas a matarnos! — Exigí exaltada sin poder evitarlo, la verdad es que iba demasiado rápido.

Él apretó con fuerza el volante y pude ver como sus nudillos se tornaban blancos por la fuerza que ejercía.

- Créeme que eso es lo último en lo que debes preocuparte — Informó, mientras detenía el auto debido a que el semáforo se encontraba en rojo.

- ¿Eso crees? ¿de verdad?. Porque lo que yo creo es que debería preocuparme mucho, ya que un loco me sacó a la fuerza del lugar en el que me encontraba disfrutando de una maravillosa noche, me obligó a subirme a su auto y también cree que puede decirme cuando debo preocuparme, ya que ese maldito loco va demasiado rápido en su maldito auto y podría matarnos — Hablé rápido y con enojo.

No sé de donde sacaba el coraje para hablarle así. Quizás eran los nervios combinados con el miedo que sentía al no saber que pretendía hacer conmigo.

- ¡Ya cállate, maldita sea! — Gritó mientras volvía a poner el auto en marcha. — ¡Tú si que no entiendes cuando debes cerrar la maldita boca! — Finalizó con los dientes apretados.

Abrí mi boca para decir algo, pero nada salió de ella, de verdad me intimidó la forma en que me habló.

Estacionó el auto frente a un edificio bastante lujoso por lo que podía apreciar.

Se bajó de este cerrando la puerta de un fuerte golpe, y comenzó a caminar hacia la entrada, pero al ver que yo no bajaba, volvió hacia el auto y abrió mi puerta bruscamente.

- Baja del maldito auto — Ordenó.


- No pienso bajarme, llévame a mi casa.
¿O sabes qué?, me da igual si quieres llevarme o no, pediré un taxi, es más seguro que ir contigo. —Mientras hablaba, buscaba mi teléfono dentro de mi bolso, lo saqué y miré la hora; 4:35 am.


- Alex, te di una orden, ahora baja — Volvió a hablar, mientras me miraba con dureza.


Y lo hice, bajé del auto, pero comencé a caminar alejándome de él.
Espero encontrar un maldito taxi a esta hora.

No pude dar ni siquiera 3 pasos porque ya me encontraba nuevamente sobre su hombro, mientras se adentraba en el edificio.

Y si, como dije antes, era bastante lujoso, ¿acaso él vivía aquí?

No me molesté en luchar para que me bajara, sería en vano.


- ¿Por qué siempre quieres hacerlo tan difícil?  — Preguntó irritado. — Si me obedecieras todo sería más sencillo.

De verdad me molestaba su actitud, él simplemente cree que debo respetarlo y obedecerlo porque así lo desea.

Pues realmente puede esperar sentando a que eso pase.


- Eso nunca pasara — Respondí. Sabía que debía quedarme callada, que solo lograría empeorar las cosas si seguía hablando.
Pero no podía evitarlo.

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