¡Wow! Lo que había ocurrido con Jay fue algo... no sé cómo explicarlo, solo sé que me gustó. Él es la combinación perfecta de chico tierno, divertido y sexy.
Y por otro lado estaba Max, frío, cerrado, controlador.
Si, y ese gran huracán estaba golpeando mi puerta en este mismo instante.
Me debatí en si debía abrir o dejarlo ahí afuera hasta que se cansara y se marchara, pero vamos, es Max, él jamás se marcharía.
- Vas a tirar mi puerta si sigues tocando así — Hablé cuando me decidí en abrir.
- No contestaste mis mensajes — Habló mientras se adentraba en mi casa. — Y cuando por fin respondes una de las mil llamadas que te hice, fue para decirme eso. ¿Qué carajos, Alex? — Cuestionó viéndome fijamente.
Cerré la puerta y caminé hasta situarme frente a él.
- Tranquiló, amorcito — Respondí con un falso tono dulce. — No me la paso pendiente de mi celular, solo, vivo la vida, ya sabes.
- Estás actuando muy extraño — Me analizó detenidamente. — ¿Estás ebria? — Se acercó a mi rostro y me olfateó.
- ¿Qué haces, Max? Acaso eres un perro o qué diablos. — Me quejé alejándome un poco de él.
- Si, si lo estás. — Habló para él mismo.
- ¿Y qué si lo estoy? Creo que puedo decidir lo que bebo y lo que no. — Expliqué divertida mientras tomaba asiento en el sofá grande.
- ¿Estabas con alguien? — Se posicionó frente a mi, de manera que tuve que levantar mi cabeza para verlo a la cara.
- Es una gran coincidencia que lo preguntes, porque — Hice una pausa. — Estaba por preguntarte lo mismo.
- ¿De qué hablas? — Su entrecejo se frunció.
- Claro — Fingí estar sorprendida. — De qué hablo. ¿De qué hablo, Max? Te vi besándote con una chica hace unas horas, ¿pero sabes qué? No me interesa lo que hagas, lo que si me importa es que creas que tienes control sobre mi, que vengas aquí un día fingiendo que quieres tener algo serio conmigo, y al otro estés besándote con otra chica. Tengo 18 años, ¿crees que voy a complicar mi vida por alguien como tú? — Para ese entonces ya me encontraba de pie, enfrentándolo. — Si, claro — Finalice con sarcasmo.
- ¿Alguien como yo? — Dio un paso hacia mi, quedando nuestros rostros a pocos centímetros.
- Si, alguien como tú. ¿Quién diablos te crees que eres?
- ¿Quién diablos me creo que soy? — Repitió con ironía. — Puedo ser una gran persona cuando me lo propongo, Alex — Silencio. — Pero, puedo ser un maldito infierno cuando tú te lo propones. — Sonrió, con esa sonrisa con la cual lograba engañarme y derribar mi orgullo.
- No hagas esto, Max.
- No estoy haciendo nada — Habló fingiendo inocencia.
Cuando menos me lo esperé, tomó mi cintura haciéndonos girar y cayendo ambos en el sofá. En un movimiento rápido hizo que me sentara sobre él.
- Creo que, gané aquella tontería de lo de ser amigos, ¿no crees, Smith? — Susurró sobre mis labios.
- No creo que esto sea correcto — Dije hipnotizada con sus ojos. — Ya sabes, tú estuviste besándote hace rato con otra chica, y yo... bueno, yo
- ¿Tú qué? ¿Estuviste con Jayden? — Presionó un poco mi cintura, sin lastimarme.
- ¿Cómo lo sabes? — Pregunté sorprendida.
- Lo vi salir en su auto cuando llegaba, nena — Con una de sus manos jugó con un mechón de mi cabello. Si que le gustaba hacer eso. — No me gusta imaginar lo que pudieron estar haciendo, pero, no tengo derecho a reclamarte nada, lo sé. — Tomó mi mandíbula. — No voy a darte explicaciones de que hacía con esa chica, ni porque nos estábamos besando, solo quiero que sepas que, nunca he sentido nada por ninguna chica además de atracción física, solo me gusta el sexo por placer y listo, ellas buscan lo mismo. Pero contigo, es diferente, me gustas, y me gustas mucho, pero, no funcionaría, eres demasiado para alguien como yo, tú misma lo dijiste, ¿quién me creo que soy?
- Dije eso porque estaba enfadada. Lo siento — Susurré.
- Tranquila, se que soy un maldito — Acarició mi mejilla. — Pero un maldito con mucha suerte.
Luego de decir eso, presionó sus labios con los míos.
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Si, se que tal vez sea algo corto, pero al menos tienen un nuevo capítulo.
Voten y déjenme su comentario.
- Ina ♥️
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Max
Teen FictionY aquí estaba otra vez, en esta estúpida fiesta, buscando a mi estúpida amiga, que no sé en dónde diablos se metió. No es que no me gusten las fiestas, es más, amo las fiestas, pero verán, no es fácil tratar de evitar a alguien toda la noche... si...