Capítulo 16.

9.2K 540 54
                                    

Mi corazón latía fuertemente debido al susto que Max me había provocado.


- Y tú te sigues apareciendo de la nada — Reclamé con algo de enojo. — Es ilegal que entres de esa manera a mi casa, ¿lo sabes? — Cuestioné aún más enojada, y no sabía si era por su inesperada visita o por lo que vi hace unas horas atrás.



- ¿Crees que me importa lo que es ilegal o no? — Contraatacó mientras caminaba lentamente hasta sentarse en el sofá frente a mi cama.



- ¿Por qué me mentiste? — Preguntó mirándome seriamente.



- De que hab



- Sabes de que hablo, Alex — Me interrumpió. — No quisiste salir conmigo, pero si quisiste asistir a una estupida fiesta, ¿no? — Continuó agresivamente.



- Si, en realidad no tenía ganas de salir, pero Megan quería que la acompañara — Me di cuenta que le estaba dando explicaciones y eso me hizo enojar el triple de lo que ya estaba. — ¡¿Y por qué diablos tengo que darte explicaciones?! — Recriminé fuertemente mientras me ponía de pie. — Si era una fiesta tan estupida como dices, ¿qué hacías tú ahí? — Indagué mientras veía como él también se ponía de pie.




- No te interesa que hacía yo ahí — Me miró tan siniestramente que logró intimidarme un poco. — La pregunta es: ¿qué hacías tú ahí?



- Ya me estoy cansando de esto, Max. Yo no tengo porque darte explicaciones, no somos nada, ¿¡entiendes!?— Elevé mi tono de voz.


Tomó mi brazo izquierdo y me acercó a él de un fuerte tirón.


- ¿Acaso estabas buscando a alguien en esa fiesta? — Me tomó fuertemente del mentón y me obligó a verlo a los ojos. — Dime, Alex, ¿¡buscabas a alguien que te hiciera gritar su nombre como a una cualquiera mientras estaba entre tus piernas!? — Vociferó a la vez que apretaba más su agarre en mi mentón y brazo. — Porque si es eso lo que quieres, yo puedo dártelo. — Sonrió burlón.

Cuando acabó de decir eso. me separé de él utilizando todas mis fuerzas.



- ¡LÁRGATE DE MI MALDITA CASA! — Grité en su cara. — No quiero volver a verte nunca más, si te vuelves a acercar a mi te demandaré por acoso — Le amenacé.



Se quedó congelado por unos segundos que parecieron horas, y luego me miró como lo había hecho aquella vez luego de la discusión en la piscina, como un cachorro abandonado.



- Alex



- No. No otra vez, Max — Dije dura.



- Por favor, no hagas eso — Suplicó acercándose a mi, pero yo retrocedí. — No me tengas miedo, lo siento, nena, no me puedo controlar al imaginar que estabas con alguien más.




- ¿Y qué si estaba con alguien?. No somos nada. Además, tú también estabas con alguien, y, ¿acaso yo me puse como una loca a gritarte cosas hirientes? — Cuestioné más calmada porque en este momento estaba hablando con el Max tranquilo y tierno, no con el agresivo y celoso.



- No — Respondió simplemente.




- ¿No qué, Max? — Pregunté lentamente.




- No estaba con alguien más, bueno, es decir, ella quiso seducirme, y yo quería que lo hiciera, pero no puede hacer nada por tu culpa — Me reclamó con fastidio.




- ¿Por mi cumpla?. ¿Estas escuchando lo que dices? Yo no hice nada que te impidiera estar con esa chica.




- ¡Si! Si lo hiciste, te metes en mi cabeza, todo el tiempo está tu maldito y bello rostro en mi mente, tu sonrisa, tus labios, ¡todo!. Y yo, ya no sé que hacer, me estoy volviendo loco, y jamás me había ocurrido esto, nunca tuve que depender de nadie, nunca fui posesivo con alguien, nunca me importaron otras personas que no fuera yo, y lo peor es que — Se detuvo abruptamente y me observó. — Tú me importas, maldición, me vuelves completamente loco, todo de ti me encanta, hasta cuando te enfadas conmigo y ruedas los ojos, justo como lo estás haciendo ahora — Me detuve al notar que él tenía razón. — ¿No lo entiendes, Alex?


MaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora