Mi corazón latía fuertemente debido al susto que Max me había provocado.
- Y tú te sigues apareciendo de la nada — Reclamé con algo de enojo. — Es ilegal que entres de esa manera a mi casa, ¿lo sabes? — Cuestioné aún más enojada, y no sabía si era por su inesperada visita o por lo que vi hace unas horas atrás.
- ¿Crees que me importa lo que es ilegal o no? — Contraatacó mientras caminaba lentamente hasta sentarse en el sofá frente a mi cama.
- ¿Por qué me mentiste? — Preguntó mirándome seriamente.
- De que hab
- Sabes de que hablo, Alex — Me interrumpió. — No quisiste salir conmigo, pero si quisiste asistir a una estupida fiesta, ¿no? — Continuó agresivamente.
- Si, en realidad no tenía ganas de salir, pero Megan quería que la acompañara — Me di cuenta que le estaba dando explicaciones y eso me hizo enojar el triple de lo que ya estaba. — ¡¿Y por qué diablos tengo que darte explicaciones?! — Recriminé fuertemente mientras me ponía de pie. — Si era una fiesta tan estupida como dices, ¿qué hacías tú ahí? — Indagué mientras veía como él también se ponía de pie.
- No te interesa que hacía yo ahí — Me miró tan siniestramente que logró intimidarme un poco. — La pregunta es: ¿qué hacías tú ahí?
- Ya me estoy cansando de esto, Max. Yo no tengo porque darte explicaciones, no somos nada, ¿¡entiendes!?— Elevé mi tono de voz.
Tomó mi brazo izquierdo y me acercó a él de un fuerte tirón.
- ¿Acaso estabas buscando a alguien en esa fiesta? — Me tomó fuertemente del mentón y me obligó a verlo a los ojos. — Dime, Alex, ¿¡buscabas a alguien que te hiciera gritar su nombre como a una cualquiera mientras estaba entre tus piernas!? — Vociferó a la vez que apretaba más su agarre en mi mentón y brazo. — Porque si es eso lo que quieres, yo puedo dártelo. — Sonrió burlón.
Cuando acabó de decir eso. me separé de él utilizando todas mis fuerzas.
- ¡LÁRGATE DE MI MALDITA CASA! — Grité en su cara. — No quiero volver a verte nunca más, si te vuelves a acercar a mi te demandaré por acoso — Le amenacé.
Se quedó congelado por unos segundos que parecieron horas, y luego me miró como lo había hecho aquella vez luego de la discusión en la piscina, como un cachorro abandonado.
- Alex
- No. No otra vez, Max — Dije dura.
- Por favor, no hagas eso — Suplicó acercándose a mi, pero yo retrocedí. — No me tengas miedo, lo siento, nena, no me puedo controlar al imaginar que estabas con alguien más.
- ¿Y qué si estaba con alguien?. No somos nada. Además, tú también estabas con alguien, y, ¿acaso yo me puse como una loca a gritarte cosas hirientes? — Cuestioné más calmada porque en este momento estaba hablando con el Max tranquilo y tierno, no con el agresivo y celoso.
- No — Respondió simplemente.
- ¿No qué, Max? — Pregunté lentamente.
- No estaba con alguien más, bueno, es decir, ella quiso seducirme, y yo quería que lo hiciera, pero no puede hacer nada por tu culpa — Me reclamó con fastidio.
- ¿Por mi cumpla?. ¿Estas escuchando lo que dices? Yo no hice nada que te impidiera estar con esa chica.
- ¡Si! Si lo hiciste, te metes en mi cabeza, todo el tiempo está tu maldito y bello rostro en mi mente, tu sonrisa, tus labios, ¡todo!. Y yo, ya no sé que hacer, me estoy volviendo loco, y jamás me había ocurrido esto, nunca tuve que depender de nadie, nunca fui posesivo con alguien, nunca me importaron otras personas que no fuera yo, y lo peor es que — Se detuvo abruptamente y me observó. — Tú me importas, maldición, me vuelves completamente loco, todo de ti me encanta, hasta cuando te enfadas conmigo y ruedas los ojos, justo como lo estás haciendo ahora — Me detuve al notar que él tenía razón. — ¿No lo entiendes, Alex?
ESTÁS LEYENDO
Max
Teen FictionY aquí estaba otra vez, en esta estúpida fiesta, buscando a mi estúpida amiga, que no sé en dónde diablos se metió. No es que no me gusten las fiestas, es más, amo las fiestas, pero verán, no es fácil tratar de evitar a alguien toda la noche... si...