Max

Capítulo 17.

Desperté en la madrugada porque moría de frío, Max se había apoderado de mi edredón y también de mi cama, él era jodidamente grande, mi cama era lo suficientemente amplia para dos personas, pero al parecer la necesitaba toda para él, genial, nótese mi sarcasmo.

Tome mi teléfono que se encontraba en mi mesita de noche, las 4:51 AM, aún tenía sueño, pero no podía seguir durmiendo así.

Me puse de pie y con mi celular en mano me dirigí al cuarto de invitados, no me quejaba, ahora tenía una gran cama solo para mi.

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Cuando volví a despertar ya había amanecido, lo supe debido a que fue un rayo de sol el que se encargó de despertarme, no quería levantarme a cerrar la cortina para poder continuar durmiendo, en realidad dormí placenteramente y ya no sentía sueño.

Mire el reloj de pared ya que mi célula se había descargado.

9:30 AM

Me daría una ducha y luego iría a ver cómo está Max, al parecer seguía durmiendo.

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- ¿Qué hora es? — Fue lo primero que oí al entrar a mi habitación.

- Van a ser las 10, lo siento, no quería despertarte, solo venía a buscar mi cargador.

- ¿En dónde estabas? — Preguntó mientras se pasaba las manos por el rostro, aún se encontraba algo dormido.

- Tuve que irme a dormir al cuarto de invitados, al parecer necesitabas toda la cama para ti — Respondí a su pregunta mientras conectaba mi celular.

- Podías despertarme y decírmelo — Se puso de pie y camino hacia mi. — No tenías que irte.

- Créeme, era necesario — Dije en tono de broma.

Él me regaló una sonrisa de labios cerrados.

- ¿Puedo ducharme?

- Si — Respondí luego de unos segundos ya que me había distraído con su increíble cuerpo ya que, gracias a Dios, no llevaba camiseta. — Te traeré la ropa que dejaste en la fiesta de la piscina — Hablé algo nerviosa ya que estaba demasiado cerca. — Ya está limpia, tú dúchate y yo, iré a buscar eso y te la dejaré sobre la cama.

Camine hacia la puerta rápidamente y pude escuchar como soltó una ronca risa.

Siempre lograba ponerme nerviosa, no es como si no nos hubiéramos besado ya, pero él podía mirarme de esa forma que parecía saber hasta lo que estaba pensando.

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Me encontraba desayunando cuando Max apareció por la entrada de la cocina.

- Puedes desayunar lo que quieras, yo debo irme, tengo cosas que hacer — Había olvidado que Jeremy me había pedido si lo acompañaba al almuerzo que haría su familia hoy por el cumpleaños de su abuelo.

- ¿A dónde irás?  — Preguntó sin moverse de donde estaba.

- Tengo que hacer algo — Conteste sin querer darle más información, éramos amigos, debía recordar eso, no tenia porque darle explicaciones.

- ¿Hacer qué? — Volvió a preguntar.

- ¿Esto es un interrogatorio? — Pregunté con ironía, estaba haciéndome enfadar. — Nos vemos luego — Me despedí de él, pero cuando pase por su lado me tomó del brazo.

- No empieces, Max. ¿Así lograremos una amistad? — Lo mire desafiante.

Se quedó unos segundos en silencio, como analizando la situación.

- Lo siento — Se disculpó mientras soltaba mi brazo. — Yo, trató de controlarme, pero, es realmente difícil.

- Apreció eso, pero debes saber que así no es una amistad, no puedes controlarme.

- Si puedo

- Max — Lo interrumpí antes que continuara. — No, no puedes. ¿Acaso yo lo hago contigo?

- No, pero, es diferente — Trató de excusarse.

- ¿Por qué es diferente? — Pregunte sabiendo que no tenía ninguna respuesta válida para eso.

Volvió a quedarse en silencio.

- Esto es muy difícil, Alex — Dijo exasperado mientras pasaba sus manos por su húmedo cabello, desordenándolo. — Nunca tuve amigos, y, tú me gustas, no sabes lo difícil que se me hace no poder estar pendiente de ti, no es que esté obsesionado, pero, solo — Silencio. — Quiero cuidarte, no quiero que nadie te haga daño, ni que otros chicos te miren porque, sé que lo hacen, y se lo que piensan cuando te ven.

- Max, sabes que tú también me gustas. ¿Por qué haría algo con otro chico? — Pregunte sin poder disimular la diversión en mi voz, es que realmente esta situación era divertida, nunca me imaginé a Max diciéndome todo esto.

- ¿Esto te divierte? — Me miró serio. — No te estás tomando esto en serio, Alex.

- ¿Cómo quieres que me lo tome? No fuerzas una amistad, ella sola se construye — Dije algo molesta.

- Sabes que no se de que se trata una amistad, ¡acabo de decírtelo! — Gritó algo desesperado.

- ¡No tienes que gritarme! — Grité yo esta vez.

Ambos nos miramos seriamente.

- ¿Ves a lo que me refiero?  — Preguntó, pero sonó más como afirmación.

- ¿De que hablas? — Pregunte desorientada.

- Tú, me miras de esa manera, piensas que puedes controlarme, que puedes manipularme y eso me molesta, porque siento que lo lograrás  — Explicó dando un paso hacia mi.

-  Estás loco — Solté una pequeña risa.

- Creo que si — Sonrió. — Tú me estás volviendo loco, Alex — Dió otro paso más hacia mi.

- Max, espacio, recuerda, somos amigos — Le recordé mientras ponía mi mano en su pecho para que no continuara acercándose.

- Anoche no pensabas eso — Me retó.

- Pues bien, si quieres un beso, tendrás que ganártelo — Propuse.

- ¿Ganármelo? ¿Es enserio? — Preguntó burlón con una sonrisa, pero al ver que yo no cambiaba mi expresión, su sonrisa decayó.

- No bromeó, no puedes tener todo tan fácilmente, sé que estás acostumbrado a eso, pero yo no soy así.

Silencio.
Un largo silencio, hasta que se decidió a hablar.

- ¿Qué debo hacer? — Preguntó derrotado.

- Esfuérzate. Demuéstrame que de verdad quieres que esta amistad funcione, y que algún día sea más que solo una amistad.

- Amistad, si, claro — Dijo con sarcasmo ganándose una mirada de mi parte. — Está bien, Alex, lo intentaré, seremos muy buenos amigos, ya verás — Me miro sonriendo.

Pero, no era una sonrisa pícara, ni una de diversión, era una que claramente decía "Voy a conseguir lo que quiero"

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- Ina ✌🏻♥️