Me desperté por un calor sofocante que no me permitía seguir durmiendo.
Traté de alejarme de eso que emitía tanto calor, pero no pude, lo intenté nuevamente pero volví a fracasar.
Abrí los ojos y lo primero que vi fue a un tranquilo Max, el cual me observaba fijamente con... ¿adoración? No lo sé, aún tenía sueño.
Con uno de sus brazos me tenía fuertemente sujetada de la cintura, pegándome a su cuerpo, así que él era esa cosa que estaba sofocándome, este chico es muy caliente, en todos los sentidos.
- Max, quiero continuar durmiendo, ¿podrías soltarme? Es que tengo mucho calor — Hablé adormilada mientras trataba de quitar su brazo de mi cintura, pero lo único que conseguí es que intensificara su agarre.
- Bien, como quieras — Dije para luego girarme como pude, quedando mi espalda contra su pecho.
Max me atrajo más hacia él, hasta tenerlo pegado a mi como si fuera una segunda piel.
Cuando estaba por volver a dormirme, sentí algo suave y húmedo que iba ascendiendo desde mi cuello hasta el lóbulo de mi oreja.
Solté un bajo gemido, no sabía si por el placer que causaba eso en mi o porque estaba interrumpiendo mi sueño.
Me giró fácilmente y se posicionó sobre mi sin aplastarme.
Ahora me encontraba más que despierta, con este guapo chico sobre mi que parecía un depredador.
- Max — Gemí con voz ronca cuando encontró mi punto débil y comenzó a succionarlo.
Al darme cuenta que lo que quería era hacerme un chupetón, lo aparte con todas mis fuerzas.
- No, marcas no — Aclaré seriamente con la respiración algo acelerada. No me gustaban ese tipo de cosas, y mucho menos en el cuello, luego debía estar maquillándolo para que nadie los notara.
- ¿Por qué no? — Preguntó calmado, era lo primero que decía en lo que iba de la mañana.
Pero lo que más me sorprendió era que no estaba enojado ni nada por el estilo.
Todo lo contrario, se encontraba tranquilo y de la manera en la que me lo preguntó fue como cuando un niño te pide si le compras un dulce y tú le dices que no.Deposité un pequeño beso en sus labios para luego responder a su pregunta.
- Simplemente no me gusta.
Me levanté de la cama para dirigirme al baño, pero Max tomó rápidamente mi mano.
- ¿A dónde vas? — Preguntó preocupado.
Esto me estaba exasperando. Es decir, era muy raro que se comportara así de la nada, como si de verdad temiera que en algún momento me desapareciera y lo abandonara.
¿Pero, a dónde iría? Estoy en mi maldita casa.
- Voy al baño, Max, ya vuelvo — Dije lo más tranquila que pude.
Ya en el baño hice mis necesidades, lavé mis dientes y mi cara.
Estaba debatiendo entre darme una ducha rápida o hacerlo luego de que Max se fuera, pero "alguien" tocó la puerta.
- ¿Qué sucede? — Pregunté sin abrir la puerta.
- Alex — Silencio. — ¿Podría ducharme?
Abrí la puerta para encontrarlo frente a mi.
- Si, claro, usa ese baño, yo usaré el de abajo, también quiero ducharme — Acaricié suavemente su mejilla.
- ¿Por qué mejor no te duchas conmigo? — Sugirió pícaro.
Y ahí estaba el Max que conocía.
No me molestaba que estuviera actuando de esta manera, pero no entendía a que se debía ese abrupto cambio.No lo presionaría, cuando él decidiera contarme lo haría, al parecer tiene un pasado tormentoso y horrible, al pensarlo de esa manera siento algo de pena por él.
- Creo que paso — Respondí con una sonrisa, para luego salir de la habitación.
Iba a volverme loca, al parecer tenía que adaptarme a todas las facetas de este chico.
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Luego de un relajante baño, me dirigí a la cocina, tenía algo de hambre.
- Nunca entenderé porque las chicas se tardan tanto en el baño — Habló un impaciente Max sentado en la isla de la cocina.
Solté una carcajada.
- Cosas de chicas — Pausé. — ¿Qué quieres desayunar? — Pregunté dudosa.
- Solo quiero una taza de café — Respondió sin dejar de ver su teléfono.
Para mi hice 2 tostadas con mermelada acompañadas de un vaso de jugo de naranja.
Y bueno, para Max, solo café ya que eso era lo único que quería.Me senté a su lado y comencé a comer mi desayuno.
Tal vez deberíamos almorzar en vez de "desayunar", ya que eran las 2pm, pero bueno, era válido ya que era domingo.
- Te paso a buscar a las 9 para ir al club — Declaró él, sin siquiera preguntar.
- Yo no dije que iría — Le aclaré con tono neutro.
No quería volver a discutir, estábamos bien así.
- ¿Por qué no quieres ir? Quiero que vengas conmigo — Dejó su celular a un lado y me observó esperando mi respuesta.
- No se si sea buena idea, no tengo muchas ganas de salir — Hablé para luego darle una mordida a mi tostada.
- Bien — Fue lo único que dijo y continuó bebiendo de su café.
Pude notar que el ambiente se puso algo tenso, pero sinceramente no quería salir, solo quería dormir, dormir y dormir.
Sabía que estaba molesto, pero ese ya era su problema.
Su teléfono vibró indicando un nuevo mensaje, lo tomó y al leer lo que decía sonrió.
¿Qué carajos decía el estupido mensaje? ¿Quién era? ¿Por qué diablos me importaba? Es decir, no somos nada. Cálmate, no es tu asunto.
-Debo irme — Informó a la vez que se ponía de pie.
- Okey — Fue lo único que dije y continué bebiendo de mi vaso.
Sentí la puerta al cerrarse y supe que se había ido.
Bien, ahora solo éramos mi cama y yo.
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- Ina✌🏼♥️
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Max
Teen FictionY aquí estaba otra vez, en esta estúpida fiesta, buscando a mi estúpida amiga, que no sé en dónde diablos se metió. No es que no me gusten las fiestas, es más, amo las fiestas, pero verán, no es fácil tratar de evitar a alguien toda la noche... si...