Capítulo 13.

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La fiesta se había acabado, ya todos se habían ido a casa, son las 7:30AM y Max, al igual que yo, nos encontrábamos sentados al borde de la piscina con nuestros pies sumergidos en el agua.

Al encontrarnos en verano, el sol ya entibiaba nuestra piel y daba comienzo a un hermoso día.

- ¿Estás cansada? — Rompió el cómodo silenció.

- Un poco — Hablé con algo de pereza.— En realidad estoy muy cansada, hoy me la pasaré todo el día durmiendo — Solté felizmente al imaginar mi cómoda cama.


- Creí que te gustaría venir al club hoy en la noche, ya sabes, aprovechar que mañana no debemos asistir a clases. Además Tayron se va a encontrar allí, por lo que pude ver te llevaste muy bien con él, demasiado diría yo — Habló receloso.


- Si, es muy agradable — Comenté.— Y para tener su edad, está muy bueno — Agregué viéndolo fijamente y mordiendo mi labio inferior.

Max dejó de observar el agua y dirigió toda su atención a mi.

- No juegues con fuego, nena — Desvió su mirada hacia el hermoso cielo despejado.


- ¿O qué?, ¿me voy a quemar? — Pregunté burlona.


- Tal vez — Me miró, y en sus bellos ojos pude ver diversión y maldad.


- ¿Me estas amenazando?


- Te estoy advirtiendo — Aclaró, para luego acortar los centímetros que nos separaban y juntar sus labios con los míos.

Nunca me cansaré de decirlo, amo como besa este chico, es mi perdición, y aunque quiera negarlo, creo que está comenzando a gustarme, no, no estoy enamorada, pero por Dios, ¿quién podría negarse a este sexy hombre?

En un abrir y cerrar de ojos, me encontraba sumergida dentro del agua.


- ¡Max! — Grité sobresaltada, no me esperaba que hiciera eso.


- Eso fue por lo que dijiste de Tayron — Aclaró mientras me guiñaba un ojo.


- Okey, está bien, supongo que me lo merecía — Asumí mientras me acercaba a él — Ayúdame a salir.

Cuando tomó mi mano, no dudé ni un segundo y utilicé toda mi fuerza para atraerlo hacia mi y hacerlo caer al agua.

- ¡Alex! — Gritó esta vez él.

- Dime, Max — Respondí tranquilamente.

No perdió más tiempo y volvió a besarme.

Quién diría que estaría en esta situación, con el chico el cual me habló mal por estar frente a su casillero, al que semanas atrás le llamé psicópata, no descarto que lo sea, pero es uno muy ardiente.

Nuestros labios se encontraban en una danza a la que se le unieron nuestras lenguas en un suave roce.

Al alejarnos unimos nuestras frentes mientras tratábamos de regular nuestras aceleradas respiraciones.

- ¿Qué somos, Max? — Solté sin previo aviso.

Esa pregunta estaba carcomiéndome por dentro. ¿Qué éramos? ¿Qué era yo para él? ¿Qué era Max para mi?

- No compliquemos las cosas, Alex, así estamos bien — Respondió a mi pregunta para luego volver a unir nuestros labios, pero yo me separé bruscamente.

- ¿No compliquemos las cosas? ¿Enserio? ¿Esto es complicado para ti, Max? Porque hasta donde yo sé, no somos nada, ¿al menos somos amigos?. Porque en ese caso tal vez podríamos llamarle amigos con beneficios, pero en realidad no lo sé — Hablé rápidamente y sin titubear.


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