Capítulo 26.

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Posé mis manos en su pecho y lo alejé de mi, separando así nuestros labios y tomando algo de distancia entre nuestros cuerpos.

- Lo siento, Max, pero, está mal lo que estamos haciendo — Solté un pequeño suspiro. — ¿Qué somos? Porque tengo un gran lío en mi cabeza.

Él me observó pensativo.

- Somos... — Silencio. — ¿Eso qué importa, Alex? ¿a qué viene esa estúpida pregunta?

- ¿Estúpida pregunta?, para mí no es una estúpida pregunta. No tenemos por qué prohibirnos el vernos con otras personas, o tampoco debemos darnos explicaciones del porque estábamos con otras personas, ¿es qué acaso no te das cuenta?, no somos nada, no tenemos ningún tipo de relación. No somos amigos, no somos amantes, no somos novios, no somos nada, ¿por qué hacemos esto?

- Siempre debes complicarlo todo, ¿no? Tú sabes bien que nos atraemos, esa mierda de intentar ser "amigos" — Hizo comillas con sus dedos. — no funciona para nosotros. Qué importa una maldita etiqueta, ¿no crees qué lo único que importa es lo que nosotros sentimos?

- ¿Acaso estuviste leyendo una novela romántica o qué carajos? — Pregunté con el ceño fruncido.

- Solo digo lo que pienso — Se encogió de hombros. — Creo que le das tanta importancia a un maldito título porque te importa el qué dirán los demás, esa es la diferencia entre nosotros, nena. A mí no me interesa lo que dirán, porque, si eres buena o mala persona, a ellos no les importará, solo hablarán porque es lo único que saben hacer.

- Claro que no, no es eso, es solo que — Toqué mi cabello con frustración. — No quiero que juegues conmigo. Tengo claro que todas caen contigo. Y no las culpo, porque, ¡mírate! Eres un maldito Dios griego... pero, solo en el exterior, porqué, tienes un maldito carácter.  Y quiero dejar bien en claro que, no te hagas ilusiones conmigo. Llamas mi atención, y si, besas jodidamente bien, no voy a negar eso, no puedo resistirme a tus malditos encantos, pero es solo eso, atracción física y deseo sexual, nada mas que eso.

Claro que eso no era cierto, Max me gustaba, y mucho. Ya con que alguien pudiera llamar mi atencion, despertaba aún mas interés para desifrarlo.

Para mi sorpresa, soltó una fuerte carcajada.

- Eres una maldita loca, preciosa — Dió un paso hacia mí. — Primero: te alejas de mi como si te quemara — Otro paso. — Luego, questionas qué tipo de relación tenemos. — Otro paso.— Y para finalizar, me aclaras que no me ilusione.

Su rostro quedó a centímetros del mío.

- Sabes que te gusto, Alex, sabes que te enloquezco como tú me enloqueces a mi. Eres una maldita bruja, me hechizaste como nunca nadie lo ha hecho, la manera en que me miras, con esa fingida inocencia. Y, si, sabes que es una falsa inocencia porque casi puedo leer tu mente y sé, Alex, yo sé que tienes unas enormes ganas de que te muestre lo que es realmente el placer, que te demuestre lo que es tocar el cielo — Me observo fijamente a los ojos. — O mejor dicho, mostrarte mi dulce infierno. — Finalizó en un susurro.

- Tal vez estás equivocado, quizás lo único que quiero es que te largues de mi casa. — Lo miré desafiante.


- ¿Estás segura? — Depositó un húmedo beso debajo de mi oreja. — ¿Eso es lo qué quieres realmente?



- Lo que realmente quiero — Ejercí fuerza en sus hombros haciendo que cayera sentado en el sofá. — Es enseñarte quién manda.

Me senté a horcajadas sobre él y dejé un camino de besos por todo su cuello. Comencé a moverme con movimientos lentos y pausados sobre su muy excitada erección.

Max comenzó a gemir, eran gemidos ahogados, pero eran música para mis odios, porque disfrutaría mucho lo que iba a hacer a continuación.


- Max — Gemí con excitación en su oído. — Max. — Volví a gemir su nombre.


- Estás matándome, Alex — Atrapó su labio inferior entre sus prefectos dientes.


Besé sus labios para esta vez yo tomar su relleno labio entre mis dientes y tirar de el con algo de fuerza. Eso lo hizo gemir aún más fuerte.


- Dios, Alex, no te detengas — Suplicó con los ojos cerrados.


En ese preciso momento detuve mis movimientos, dejé de besarlo y me puse de pie.



- Creo que ya deberías irte, ya sabes, es tarde — Lo mire desde arriba.



Él aún se encontraba en una pequeña nube de placer, la cual se pinchó en un segundo al darse cuenta lo que ocurría.


Me observó desconcertado.


- ¿Qué sucede? — Preguntó poniéndose de pie.


Intentó tomar mi mano para acercarme a él pero la esquivé.

Me sentía poderosa, porque esta vez... yo tomaba el control, y quería dejarlo en claro.


- Ya lo dije, es tarde — Sonreí de manera inocente. — ¿Acaso las chicas inocentes no podemos divertirnos un rato? — Mordí mi labio inferior con sensualidad.


- ¿Qué carajos dices?, ¿acaso esto es una clase de venganza por alguna razón la cual no estoy enterado? — Su ceño se frunció.


Bingo, estaba molesto.


- Tú crees que tienes el control de todo, ¿no es así, Max? — Sonreí triunfante. — Pero no es así, porque yo también puedo jugar, y mucho mejor que tú — Deposité un lento beso en sus labios, el cual no respondió debido a lo anonadado que se encontraba. — Así que si no te importa, estoy algo cansada — Fingí un falso bostezo a la vez que tomaba asiento en el sofá individual. — Cierra la puerta al salir.


Pasaron unos segundos, los cuales parecieron minutos, pero finalmente reaccionó, como si en ese pequeño lapso de tiempo hubiera razonado todo lo que había sucedido.


- Así que a la dulce Alex le gusta jugar— Rápidamente posó cada una de sus manos en los posa brazos del sofá y se agachó hasta quedar a la altura en la que me encontraba. — Pero, no debes olvidar una cosa, pequeña. — Sonrió con malicia. Aún se encontraba en la misma posición, dejándome así sin escapatoria, me encontraba acorralada entre el maldito sofá y Max. — Puede que tú sepas jugar muy bien — Pronunció lentamente sobre mis labios. — Pero — Pasó sensualmente su lengua en mi labio inferior. — Yo soy quien creó el juego.


Al decir eso se alejó en dirección a la puerta, dejándome algo confundida.


- ¿Y eso qué significa? — Cuestioné elevando un poco mi voz.


Él ya había abierto la puerta, se encontraba a un paso de estar afuera de mi casa.


- Ya lo verás — Pronunció fuerte y claro sin siquiera voltear a verme .


Cerró la puerta a sus espaldas y se marchó, dejándome con una gran intriga, pero sobre todo me encontraba llena de satisfacción por lo que yo, acababa de hacer hace tan sólo unos minutos atrás.


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¿Qué tal?
Espero que les haya gustado el capítulo.

Sé que me dirán que me tardo demasiado en actualizar, pero es que no tengo mucho tiempo libre, y para inspirarme necesito el tiempo que me haga falta para quedar satisfecha con lo que escribo, así que bueno, aquí tienen un nuevo capítulo.

¡Disfrútenlo!

- Ina ♥️

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⏰ Última actualización: Apr 11, 2023 ⏰

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