Hacia unas semanas que habíamos vuelto de nuestra "visita" con las Denali y, por eso mismo, había intentado hablar con Edward y solucionarlo todo, pero ningún momento me parecía suficientemente adecuado o, tal vez, así es como me esforzaba por verlo.
No es como si me sintiera de otra forma que no fuera como una adolescente enamorada, sí, no tenía caso pretender que no sentía algo por Edward Cullen, quizás amor, por mucho que me costara admitirlo hasta para mí misma, pero la decisión estaba tomada y no podía echarme para atrás, si le decía lo que sentía, sabía que corría el riesgo de que no sintiera lo mismo, o lo que es peor, que también sintiera algo por mí.
¿Por qué peor?
Quizás, supuse, porque eso significaría lo mismo a condenarme a una montaña rusa de emociones. Tenía miedo de aceptar mis sentimientos y, a la larga, eso no le vendría bien a ninguno de los dos, lo que significaría que nada bueno podía depararnos.
En momentos como éste extrañaba a mi madre, quien tenía una maravillosa intuición que jamás la defraudó, al menos, no hasta el final. Para con todo quién lo necesitara, mi madre siempre buscaría ayudar, sabiendo cuándo las cosas iban mal con mi hermana o conmigo, manteniendo a la familia unida y fuerte. Ahora, estoy sola, mi familia muerta y yo también de alguna manera. Sí, tenía a los Cullen y los adoraba profundamente, pero no dejaba de extrañar a mis padres, jamás dejaría de hacerlo. A mi hermana... Estaba segura de haber olvidado el sonido de su risa, y añorar su presencia incluso pasados tantos años resultaría imposible.
Luego de una larga y solitaria tarde, al volver a casa, sabía lo que me encontraría, todos estaban reunidos ahí, notando rápidamente mi estado de ánimo.
Carlisle y Esme, siempre atentos a mí me dirigieron idénticas miradas de preocupación que hicieron que recordara de nuevo a mis padres trayendo solo más nostalgia consigo, Rose por su parte sólo me atinó a sonreírle levemente y, al final estaba Edward, mirándome ansioso, sin moverse un centímetro. Sabía lo que ocurría, o al menos, debía hacerlo, notando que estaba anulando sus dones, de modo que no sabía que pasaba por la mente de ninguno de los presentes en la habitación.
No es como si deseara que supiera que era lo que me pasaba por mi mente respecto a él, pues todavía me aterraba concebir siquiera la idea de un futuro juntos.
Sin más remedio, sin saludarlos, subí a mi habitación, dispuesta a hacer lo que sea con tal de distraerme y alejarme de todos. No es que fuera retraída, pero a veces, mi mejor compañía era la mía.
Debí suponer que mi actitud solo alertaría a Esme, quien subió un segundo después, para mirarme preocupada desde la puerta. Con su mano sosteniendo el pomo de la puerta y un matiz maternal en su forma de mirarme, preguntó si podía pasar y, al verla ahí, tan entera para mí, tan dispuesta para escucharme, supe que, de haber sido humana aun me habría echado a llorar. Sentir que todavía podía contar con alguien, que alguien se preocupaba tan desinteresadamente por mí, por como me sentía debajo de la coraza que a diario debía levantar fue simplemente sobrecogedor.
Esme me conocía, sabía quién era y me quería, tanto como yo ella. No hacía falta decirlo.
—Allison, yo... — comenzó, sentándose a mi lado—, no entiendo que es lo que sucede y sé que no debería entrometerme...
Mi mano cubrió la suya, sobrecogida por su afecto.
— Sé que no soy tu madre, ni pretendería ocupar su lugar, jamás lo haría... pero cariño, me gustaría que supieras que cualquier cosa que necesites, lo que sea, aquí me tienes, lo sabes, ¿Verdad?Asentí levemente, sin mirarla a los ojos.
—No me gusta ser débil— susurre sin aliento. Motivada por mi sinceridad, Esme se movió, acercándose más.
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Crepúsculo Encontrarte (En Edición)
FanfictionAllison Carson siempre ha sido enigmática, un hecho que la inmortalidad no ha podido arrebatarle. Ahora, convertida en una vampira solitaria, escéptica y de carácter explosivo, poco podría imaginarse que el verdadero cambio en su existencia no suced...