Al principio, es difícil recordar la razón por la cual Josh salió de mi vida. O, mejor dicho, porque yo decidí marcharme de la suya.
Por aquel entonces era otra persona, completamente diferente a la que me convertí en los años posteriores, después de reunirme con Carlisle y permanecer con los Cullen, volviéndome una de ellos.
La versión que Josh conoció de mí, por otro lado, no tenía problemas con los cambios, al contrario, tenía muy poco apego con los lugares, las cosas y las personas. Moviéndose de aquí a allá, sin aferrarse a nada y, sobre todo, sin crear vínculos sentimentales que entorpecieran mis objetivos, en su mayoría, no demasiado nobles.
La imagen fiera, sarcástica y dura que dejé atrás ha vuelto con Josh, trayéndola a mi vida con su sola aparición, incluso si han pasado largos años desde que decidí apartarme de aquella vida y buscar lo que Carlisle siempre creyó conveniente para mí. Es por eso que el vínculo que me une a Josh es todavía fuerte, quizás irrompible, ya que, después de todo, él conoció la peor versión de mí y sin embargo, se quedó, aceptándome y asegurándose de hacerme saber lo valiosa que le resultaba mi compañía incluso si yo me consideraba solo una escoria.
Tan pronto visualice la brillante iluminación de la que considero mi hogar, aprieto inconscientemente más de lo necesario la mano de Josh, a sabiendas de que posiblemente, Edward ya haya vuelto y con él, todo lo que me he esforzado en olvidar. Como nuestra pésima noche.
—Sé que estas emocionada, pero necesito mi mano entera, cariño— intervino Josh, intentando aflojar nuestra agarre. Su voz me trajo de nuevo a la realidad, comprendiendo que hacía rato hemos dejado de correr, acercándose cada vez más a la casa, con pasos lentos. No quiero que mi familia piense que es la presencia de Josh una amenaza, además de que realmente mis ánimos de volver a reencontrarme con Edward han disminuido.
—Quién lo diría. Tú, con una familia, todavía recuerdo cuando te conocí. Eras la neofita más encantadora que hubiese visto, tan hermosa como peligrosa y sigues siéndolo, pero has cambiado, ¿No es así?
—Todos lo hemos hecho— murmuro, intentando desviar la atención. Había olvidado lo que se sentía tener a alguien conociéndote de esa manera, prestándome atención a cada acción, así fuese pequeña.
—Algo te ocurre, puedo verlo, ¿Qué es?
— Estaba teniendo una mala noche, es todo.
—No quiero parecer un acosador contigo, linda, pero te he seguido, solo un poco, solo para saber en qué momento debía acercarme y...
—¿Has visto todo?— vacilé, avergonzada con la perspectiva.
—No, en realidad. Solo como salías del coche de aquel sujeto, ¿Él es quién ha causado que te sientas así?
—Sería presuntuoso darle todo el mérito— bromeo, esforzándome en observar únicamente los árboles y la naturaleza a nuestro alrededor, en cada detalle que haga más sencillo reconocer que esta noche me han roto el corazón.
—Eso es un sí.
—Josh, por favor, háblame de otra cosa, lo que sea. Estamos aquí, juntos por primera vez en mucho tiempo, no hablemos de nadie más.
—Supongo que tienes razón— accedió Josh, sujetándome con mayor seguridad. Sus dedos entrelazados con los míos consuelan mis ánimos—. Pero cuéntame qué ha sido de ti.
—En realidad, no mucho. He llevado una vida sedentaria, al menos hasta que debemos irnos, cuando comienza a ser demasiado extraño que con el paso de los años sigamos viéndonos tan jóvenes como el primer día, por eso nos vamos y por eso mismo, he empezado y terminado el colegio tantas veces que he perdido la cuenta, es extraño, pero es como una costumbre familiar y... Vaya, debería hablarte de ellos, mi nueva familia. Supongo que no me lo esperaba, pero llevo bastante tiempo con ellos, he conseguido adaptarme. Además, una familia en la cual apoyarse es... Ha sido todo un regalo. Ahora dime, ¿Dónde te has metido todo este tiempo?
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Crepúsculo Encontrarte (En Edición)
FanfictionAllison Carson siempre ha sido enigmática, un hecho que la inmortalidad no ha podido arrebatarle. Ahora, convertida en una vampira solitaria, escéptica y de carácter explosivo, poco podría imaginarse que el verdadero cambio en su existencia no suced...