El Sexto Integrante

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A veces me gustaba acostarme en mi cama y pensar, meditar y divagar. ¿Que hacer con tu inmortalidad si no?
Cerrar los ojos e imaginar era por mucho lo que más absorbía mis cavilaciones. Que hubiera sido de mi vida de no haber muerto. ¿Mi vida habría sido tan plena como en sus comienzos? O tal vez, de alguna u otra forma habría caído eventualmente, tal vez incluso, no la hubiera valorado lo suficiente.
Que es justo lo que los humanos hacen en sus vidas monótonas.
Pensar en lo que desean, un auto mejor, un empleo o ascenso, desear a la persona que nunca volteara a mirarte o incluso, una vida mejor.
¡Hay quienes mueren por decisión propia! Tal vez puedo entender que sus vidas no llenen sus expectativas, que se sientan tan infeliz como para llegar a ese punto sin retorno, pero de eso se trata ¿No? Los humanos y sus vidas, llenas de posibilidades pero que eventualmente desembocan en la muerte, en esa llama que inicia siendo una fuerte llamarada de vitalidad, terminando extinguiendose hasta no ser más que cenizas de experiencias y vivencias. No tendría esa última.
No sabría que hay más allá de ese "túnel" de luz pacífica a la que todos esperan llegar.

Tener una cama en mi habitación me hacía sentir más normal, más humana incluso, justo como ahora lo estaba haciendo. A veces creía con todo mi ser que pensar tanto no era lo más recomendable.
¿Existían los vampiros suicidas? El pensamiento casi me hace reír.
No, imposible.

Tan metida estaba en mis inverosímiles ideas que no pude salir del trance auto impuesto,hasta que llegó Edward, instintivamente abrí los ojos, encontrándome con el tapiz color pastel del techo.

-Vaya, no sabía que podíamos dormir- comento Edward sentándose en la orilla.
Me levanté de golpe, imaginando que le costaría hilar todo lo que se libraba en mi mente si se lo decía.

-Nunca es tarde para intentar ¿No?

Sonreí irónicamente, intentando sonar convencida de mis absurdas afirmaciones.

-De acuerdo de acuerdo, Carlisle me a mandado a por su "hija favorita- decretó con ese mismo aire de antigua caballerosidad-Iremos a cazar así que..,vendrás con nosostros?

Sin evitarlo lo considere un rato, una casa sola estaría maravillosamente, pero estaba consiente de que necesitaba salir de estas paredes y cazar como hace días no hacía.

-De acuerdo, sólo deja que me ponga otra cosa, Ed.- dije señalando mi ropa, asintió en comprensión, levantándose con gracia, una que sólo él poseía y saliendo de la habitación.
Sí, pensé, nunca sabría que habría sido de mí. Pero ahora al menos, todo estaba relativamente bien.

Habían pasado ya dos años desde aquel día en el que nuevamente volvimos a ser "hermanos". ¡Qué poco tiempo era aquello! Para nosotros o mejor dicho, para mí.
Condena cruel me impuse sin pensar. Tonta de mí. El tiempo lo supera todo, solía decir mamá para subirme el ánimo, segura de que tiempos mejores vendrían después de los fracasos. En ese entonces no creía en nada más que las palabras sabias de una madre, ahora en cambio me daba cuenta de lo tonta que fui, no era una treta del destino ni nada más, solo había sido yo, necia y con esa resistencia a volver a permitir que alguien entrará profundo en mi interior.
Y si pensaba que después dejaría de quererlo estaba equivocada, totalmente equivocada, pero es que yo era egoísta lo sé, no estaba ni estaré en condiciones de querer a nadie, nunca podría hacerlo y no quería atarlo a mi para luego destrozarlo con lo destructiva y volátil que sabía con certeza que podía llegar a ser.

Cuando Rose se entero lo único que dijo fue un "¡Es que son unos idiotas los dos!"Cuando le conté a Esme, en cambio, fue más comprensiva, aunque note decepción en sus ojos, pero las cosas poco a poco habían tomado su lugar. Y el tema paso a ser un tabú. Ahora éramos solo los Cullen, comunes y místicos habitantes recién llegados a dónde quiere que fuéramos.
Ahora, cerca de los preciosos bosques y montañas de Tennessee. Eran buenos tiempos por entonces, perfectos para una caza divertida y recreativa, incluso a los humanos les parecía entretenido una buena caza, irónicamente en mis tiempos como humana odié esa actividad con mi ser. Pero ahora es algo que simplemente no puedo evitar.

Crepúsculo Encontrarte (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora