Crepúsculo Encontrarte (En Edición)

Fragmentos Del Pasado

Nunca podría arriesgarme a perderlo. Por ello, tener un tiempo a solas con Edward me parecería una idea magnífica.

—¡Vamos, Edward! ¿Alguna vez dejarás de tardar tanto?— lo apresuro, desesperada. La emoción no me permite contenerme.

—No te estás haciendo vieja esperándome, ¿Verdad?— bromeó él, riéndose de mi poca paciencia.

—Quería ir al cine contigo, y si queremos llegar a tiempo, ¡Debemos hacerlo ya!

—¿Cuál es tu intención al querer hacer cosas de humanos?— preguntó, mientras comenzamos a bajar las escaleras, dirigiéndonos fuera de la casa.

—Puede ser divertido, ¿Hace cuanto que no vas? Seremos dos adolescentes más.

De alguna manera, todo ha ocurrido de la manera que deseaba. Incluso mi plan, surgido espontáneamente. Todo, siendo completamente correcto. Todavía puedo recordar la conversación que hemos tenido la noche anterior y me pareció que salir como dos chicos normales era una buena idea, teniendo en cuenta que he admitido abiertamente que tengo cierto interés en él.

Por suerte, Esme y Carlisle han salido a una de sus lujosas citas, mientras Emmett y Rosalie... Vaya, ellos no quieren saber que estarán haciendo, lejos de nosotros.

—Allison.

Al escuchar la voz de Alice, mirándonos desde lo alto de un árbol, atrae mi atención.

— Tendrás que bajar— le digo, señalando mi impoluta ropa—. No subiré hasta allá, lo siento.

En un segundo, con agilidad, Alice se encontraba a nuestro lado y, tomándome del brazo, ignorando la mirada curisosa de Edward me aleja de él.

—Cosas de chicas— se limitó a decir. Y, aunque sé que de todas maneras, habrá de escuchar gran parte de nuestra conversación, no pongo resistencia al seguirla hasta que nos hemos alejado lo suficiente.

Solo entonces, susurró a un volumen bastante bajo algo que, contrario a lo que creí, solo consiguió inquietarme.

— Pase lo que pase esta noche, será algo importante, Allison no dejes solo a Edward— suplicó—. Si quieres que esta sea tu noche, sigue mis consejos.

—¿De qué estás hablando?

—Eres mi hermana. Mi preferencia siempre estará contigo, ¿Lo sabes?

—Alice, estás asustándome.

Su don, aunque útil, siempre me ha parecido escalofriante, sobre todo en estas ocasiones. Hasta ese momento, casi había olvidado la visión que Alice había tenido, ¿Qué podría ser?

—¿Y si mejor no vamos?— le pregunto, asustada, considerando que es mejor aplazarlo todo.

—¿Qué? ¡No!— exclamó Alice, sujetándome cariñosamente de los hombros—. Tienen que ir, es preciso que lo hagan, pero no dejes que él lea tus pensamientos, mucho menos después de lo que te he dicho.

Sin decirme más, terminó por darme unas palmaditas en la espalda, para luego empujarme hacia adelante. Indecisa, avanzo con pasos inseguros, ahora no muy segura de querer ir realmente.

—Te ves fantástica, Alli— me dice cuando estamos a unos cuantos pasos, fuera de la casa, en donde Edward nos espera, apoyado contra el cofre del auto—. ¡Ve y diviértete!

—¿Algo que quieras decirnos?— preguntó Edward, tan interesado como yo, mientras se encargada de abrir la puerta del coche para mí.

Todavía dudando, me subo al coche y tan solo medio segundo después, él hace lo mismo. Al ver esfumado mi entusiasmo me miró con extrema seriedad y también, curiosidad.