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La profesora, con su inmensa altura de metro ochenta, sus grandes ojos grises que parecían acribillarte y verte el alma para descubrir que realmente no habías hecho la tarea, y su desafinada voz aguda; te entregó una hoja llena de preguntas, notas y sugerencias.

Frunciste el entrecejo y luego me pasaste esa maldita fotocopia, el título rezaba: ááProyecto anualññ.

Antes de que ni tú, ni yo pudiéramos decir absolutamente nada para intentar evitar eso, la profesora habló.

- Esta será su evaluación anual del curso de economía. Tendrán que llevar al día un  cuaderno sobre la investigación, que deberán presentar una vez a la semana para que  pueda constatar el seguimiento del proyecto. Además, tendrán dos defensas...

Dejé de escucharla.

Probablemente dejar de escuchar las consignas que nos estaba dando, para un proyecto que obligatoriamente debería de hacer y en una clase de dos personas, era una pésima idea. Pero consiguió recuperar mi atención con una simple, rotunda y terrible frase.

- La primera entrega del cuaderno la deben hacer mañana por la mañana. Y quiero una foto que compruebe que se reunieron a hacer esto.


Amor en gama de rojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora