La multitud de adolescentes uniformados, con caras de cansancio y efectiva sensación de realización personal por haber sobrevivido otro día ahí dentro, parecía mirarnos fijamente. Claro que esto no ocurrió, pero efectivamente Taina y Luc no despegaron su mirada de leve interrogante de nosotros.
Linn y Poseidón también nos vieron, desde lejos, junto a Leo y Karin. Esa siempre había sido nuestra relación, incluso la mía contigo desde que él y yo ya no estábamos juntos, observarnos como si nuestras vidas nunca hubieran colisionado mutuamente. Y así estábamos bien.
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Amor en gama de rojo
PoetryPorque todo pasó por un puñado de lapiceras y una fiesta un año atrás. Segunda parte de la saga: Colores del amor