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[Editando]


—¡Constanza, es siempre la misma weá! ¡Apúrate po! —le grité a mi mejor amiga desde su sillón, porque enserio la weá harta, yo me esmero en llegar relativamente temprano porque no me gusta llegar tarde al colegio y la weona siempre se atrasa.

—¡Espera un poco po! —me gritó de vuelta.

—Tía, estoy pensando en abandonar a su hija —le dije cuando la vi salir de la cocina.

—Créeme que yo también —se sentó en la mesa a tomar desayuno—. ¿Quieres un pan? —me preguntó la tía Susy.

—Síiiii —me levanté del sillón.

—Hágaselo po —me sonrió.

Siempre lo mismo.

Me hice un pan con mantequilla y lo fui a poner al microondas, cuando lo saqué casi se me cae porque estaba más caliente que yo, ah. Saqué un pedazo de nova y lo envolví ahí para no seguir quemándone y volví a la mesa para colocarle una cecina.

—Ohhh, qué rico —dije con la boca llena.

—Qué ordi —me dijo la tía Susy.

—Eeeella, la cuica —la molesté.

—Obvio —se echó el pelo hacia atrás.

Oiga, eso es mío po:(

Como a los dos minutos después bajó la Cono lista... o casi, porque se hizo un pan y lo guardó en su mochila. Faltaban diez minutos para que tocaran el timbre y aún no encontrábamos un colectivo, weón. Cono, juro que uno de estos días te voy a matar.

—Puta, vamos a llegar tarde —se quejó mi amiga.

eskiusmi?

—¿Perdón? ¿Escuché bien? —fruncí el ceño—. Yo no soy la que se demora media hora en el baño, yo no soy la que siempre anda gritando para que la esperen, yo no soy la que siempre anda levantándose tarde y nunca se apura —la miré enojada.

Me molesta que siempre haga la misma weá: siempre se anda quejando de que vamos tarde a todo lugar pero ella es la única que se demora para todo. Siempre.

—¿Me estay hechando la culpa? —preguntó colocando sus manos en su cintura.

—No, para nada, se la estoy hechando a tu mamá que no te levanta más temprano —sonreí—. Weona, tú tienes la culpa de que estemos llegando tarde.

—Oye, si no me demoro tanto, no le pongai tanto color —se dio la media vuelta para mirar la calle.

—Te demorai caleta, no seai mentirosa —fruncí el ceño enoja.

—Si tanto te molesta la weá ándate sola po —dijo fuerte.

Así que con esas estamos...

—Ya po, me voy sola —me di la media vuelta y seguí caminando.

👽👽👽

—¿Todavía estay enojada con la Cono? —me preguntó mi mamá cuando estaba terminando de tomar mi tecito.

—¿Cómo cachaste? —weón, mi mamá siempre cacha toa' la vola, ah, demás flaite.

—Porque estay tomando desayuno, nunca tomas desayuno. Las veces que lo haces es porque la Cono no va porque está enferma, y no me haz dicho que está enferma, así que están enojadas —mordió su pan.

—Puta, sí, aún estamos enojadas —apoyé mi cabeza en mis manos.

—Ya, ¿y por qué se enojaron?

—Es que la Cono siempre se demora demasiado en la mañana y ayer se había puesto a alegar porque íbamos a llegar tarde, entonces me enojé y le dije que era su culpa, que no tenía nada que reclamar porque era su culpa que siempre llegáramos tarde, que era ella la que se demoraba caleta para todo. Entonces ella igual se enojó y yo me fui —le expliqué.

—Habla con ella —tomó un sorbo de té.

—No quie...

—No digai que no quieres, te conozco como si te hubiera parido, Alejandra, no weí —se levantó y fueba la cocina a dejar su taza.

Imité su gesto y decidí que sí; iba a hablar con la Cono.

👽👽👽

—Prometo no demorarme tanto desde ahora —me sonrió mi mejor amiga.

—Más te vale, perra culiá —la abracé.

Cuando llegué al colegio la Cono sorprendentemente ya estaba ahí y lo primero que hizo cuando me vio fue arrastrarme hacia el tercer piso. Hablamos y quedamos en que ella nunca más iba a ser hipócrita, y sí, se lo dije con esas palabras. A veces soy demasiado directa.

—Sí, weona, sí.

Nos levantamos y nos fuimos a la sala porque justo había sonado el timbre. Nos sentamos en nuestros respectivos puestos y la clase culiá empezó.

👽👽👽

—Me carga salir tarde del liceo —se quejó el Javo cuando íbamos cruzando la calle.

—A mí igual, y más ahora, porque aunque ya no oscurece taaaaan temprano igual, es penca la weá —lo apoyó la Anto.

—Ohhh, ¿escucharon esa weá? —preguntó el Javo casi gritando, haciendo que todos lo miráramos.

—¿Qué cosa? —el Rorro frunció el ceño.

—Que la Anto está de acuerdo conmigo —se llevó una mano al pecho.

Me reí porque puta, la Anto y el Javo siempre han tenido una relación especial; son amigos, pero el weón es más molestoso que la chucha y ella es como un fósforo, la raspai un poquito y se prende altiro. Oh, sonó mal, jiji.

—Ah, chúpala —mi amiga siguió caminando.

—Sácala —el Javo le sonrió a pesar de que ella no lo veía.

Puta, ya, pa qué venimos con cosas... igual los shippeo.

#TovierForevah

La Anto como la señorita que es le sacó el dedo de al medio. El Javo negó con la cabeza mientras seguía sonriendo, luego corrió para alcanzarla y pasarle un brazo por los hombros, gesto al cual mi amiga se negó altiro, porque lo empujó a la chucha.

Los ignoramos y todos seguimos caminando cagaos de frío, Agosto culiao, termina luego.

Me acerqué al Rorro y lo abracé, me encanta abrazarlo, porque es como muy calentito y abrazable, lo ves y a su carita de guaguita y te dan ganas de apretarlo. El Rorro a pesar de ser un tanto alto no lo es tanto, está como dentro el rango normal dentro de todo.

—¿Andai mamona? —me abrazó de vuelta.

—Sí —lo apreté más.

Él me dio un beso en la frente y seguimos caminando así hasta que nos separábamos. Adiós, guatero humano portátil, fuiste un gran apoyo.

—Ya, Cono, vamos trotando al paradero —aplaudí una vez.

—Tai más weona si creí que...

—¡Corre! —la tomé de la mano y la arrastré hasta el paradero.

culiao rico [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora