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-¿En serio vai a venir? -pregunté gritando a penas me contestó el teléfono.

El Franco se rio de mí-. Sí, weona, voy el otro finde.

Solté un gritito de emoción-. ¡Dicho y eso! ¡Nos vamos de carrete a penas llegí! Pero solo porque a vo' te encanta -aclaré.

-Claro po, a mí -resopló.

-Tai vio', conchetumare -se me salió la flaite detona' entera bélica que llevo dentro.

-Vo' tai via', patas negras -a este culiao quiere guerra.

-¿Qué weá po, shushetumare? Ven pa'cá po, arreglemo' las weás de una.

-El otro fin de semana, te vai a arepentir sio' -estuvimos un rato en silencio y luego nos pusimos a reír.

-Te extraño, weón -puta queme pongo mamona.

-Obvio, si soy el mejor primo que tienes -diva culiá.

-Dime que me extrañai.

-Te extraño.

-Ah, ia, muy iem -sonreí.

Ah, chucha, no me ve.

👽👽👽

-Pero es que está tan lejos -me moví como un gusano encima de mi cama.

-¿Y pa' qué chucha existen los colectivos? -preguntó la Cono.

Me quedé pensando alguna weá ingeniosa para decir pero no se me ocurrió nada-. Agh, ya, vamos -me levanté.

-Yupi -aplaudió mientras sonreía.

Weona loca.

Me coloqué mis bototos negros y un polar, pesqué mi cuello, guardé mi teléfono en el bolsillo de mi pantalón y bajamos la escalera.

-Mamá, ¿puedo acompañar a la Cono al mall? -le pregunté mientras ella veía una película.

Es fanática de las películas, a cagar.

-Ya, pero no vuelvas tan tarde y no te pases de frío -me apuntó con su dedo

Sonreí media weona-. Ok -hice una cara rara y salimos de mi casa.

Caminamos hasta la esquina y tomamos un colectivo que nos llevase al mall. No sé, no me gusta mucho ir, pero todo por mis friends. Ay, que soy linda, weón, me encanto.

En fin, como yo no andaba con plata la Cono pagó por las dos y nos fuimos hablando todo el camino. Cuando bajamos frente al Costanera y ¡que está helao por la chucha! Cruzamos la calle corriendo y entramos por el entrepiso.

-Ya, ¿qué querí comprar? -le pregunté.

-Primero vamos un café, ¿ya? Me dieron igual harta plata porque necesito ropa abrigadora y todo, así que voy a ser considerada y vamos a comprar algo pa' calentarse.

No sé ustedes, pero lo pensé mal.

Xao lah vimoh.

Subimos al cuarto piso y cada una pidió algo calentito. Nos estábamos dando la vuelta y vimos al Rorro con el Mati y el Javo.

Ah... así que no me invistaste para nada, perra maldita.

-¡Wena po, cabros, qué sorpresa! -la Cono sonrió.

culiao rico [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora