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[editado]

—Nena, discúlpame si te ilusioné, yo no lo quise hacer, sé que llega el amor y cuando es real ese vuelve vuelve, pero cómo olvidar tu piel y cómo olvidarte, mujer —canté mientras caminaba a la casa de la Cono en la mañana para irnos al liceo.

—Ya no puedo, girl, ya no puedo, girl —conchetumare, mis ovarios.

Volteé la cabeza y el culiao rico me sonrió.

wEÓN, SU SONRISA, POR LA CHUCHA.

Tenía unos ojitos azules claros que eran parecidos a su pelito rubio oscuro, me quedé estática porque se veía demasiado bien con su uniforme. El weón sonrió más cuando cachó que no había respuesta en mí y siguió avanzando.

Senda raja, conchetumare.

Es oficial, quiero casarme con ese weón, pero nica me pesca.

Juro que no sé cómo, pero las palabras salieron solas de mi boca—. ¡Tai entero rico, conchetumare! —grité antes de darme la vuelta y comenzar a correr para irme a la casa de la Cono por otra calle.

Qué vergüenzaaaaaaaaaaaaaaa.

👽👽👽

—Ale culiá, weón —la Anto se reía como weona de mí.

Les había contado a todos —menos a la Cam, porque no había aparecido— lo que había pasado en la mañana.

—Puta que tení personalidad, conchetumare —el Javo imitó el momo.

Lo que hizo que la Anto se riera más. Puta, esta culiá me va a webear siempre, si es más molestosa la weona.

—Me sorprendiste, weón, no te creía capaz —el Rorro asintió con la cabeza.

—Yo tampoco me creía capaz, pero las palabras culiás salieron solas po, no era conciente de mis actos, lo juro —me encogí de hombros.

—Hay una weá que no entiendo —la Cono se acomodó a mi lado—: ya, el weón se va por el mismo camino y todo, pero hace tiempo lo vimos cuando íbamos pa' la Mirasol, ¿qué chucha hacía ahí?

Todos los culiaos nos quedamos pensando.

—Capaz ni viva en la Mirasol po, seguro iba a ver a alguien o a hacer algo —dijo la Anto.

—Eso —la apoyó el Javo—. Seguramente vive cerca de ustedes po, por eso siempre lo ven —se emcogió de hombros.

—Igual puede ser —pensé en la posibilidad de encontrármelo de nuevo, qué vergüenza, weón—. Pero es raro que recién nos estemos encontrando.

—Capaz se mudaron —el Rorro sacó un pan de su mochila y todos lo miramos, el culiao lo escondió altiro—. No po, weones, tengo hambre.

Cagao culiao.

—Pero yo...

—No, mierda, traigan comida de su casa, flojos culiaos, no cuesta nada hacerse un pan —comenzó a comer.

—Soy cagao, conchetumare —le dijo la Cono mientras le sacaba la lengua.

—Soy flaite, conchetumare —contraatacó el Rorro.

culiao rico [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora