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[editado]

—¿Te vai a ir sola? —me preguntó el Rodri cuando salimos del liceo.

—Sí po, si la Cono no vino y todos ustedes viven en otro lado —me encogí de hombros.

—Te cuidai en el camino, weona, fíjate en la calle antes de cruzar y no hables con extraños —qué linda mi mamá.

—Consíguete una hija, ¿ya? —le revolví el pelo—. Estás listo para ser mamá, creo que lo haces mejor que la mía —lo abracé por la cintura.

—Uy, qué pesá. Además te cuido oh —me devolvió el abrazo.

—Cállate, me amas —le sonreí.

Me miró un rato y luego suspiró—. Sí, mierda, sí, te amo. Ya ándate a tu casa, culiá —me besó la frente y me empujó.

—Qué agresivo eres conmigo oye —negué con la cabeza y luego le tiré un beso para darme la vuelta caminar hasta la parada a tomarme un colectivo.

Era viernes y la Cono no había ido al colegio porque se enfermó y justo había un carrete al que quería ir. Tomar quería la perla, já. En fin, como ella no había ido me vine sola y me voy sola.

Qué pena.

Tomé un colectivo que sólo llevaba una abuelita. Me subí y les sonreí, porque a una la educan bien y es educada. De repente la puerta se abrió de nuevo y me giré para ver quién era.

Ay, mamita.

Sentí mi cara volverse roja al hacer contacto visual con el chico del colectivo de hace unos días.

Adiós, me morí.

Apreté mis manos sobre mi mochila que estaba sobre mi piernas y mis labios mientras miraba por la ventana.

—¿Dónde se baja, señorita? —me preguntó el colectivero luego de un rato.

—Eh... Al final de las Terrazas de Angelmó —metí mi mano dentro de el bolsillo de mi polar para sacar la luca.

con-che-tu-ma-re

wEÓN, CABROS CULIAOS, POR LA CHUCHA, ME ROBARON LAS CAGÁS, UNO YA NO PUEDE LLEVAR NADA AL COLEGIO PORQUE TODA LA WEÁ TE LA ROBAN LOS CONCHESUMARES, SIEMPRE LA MISMA MIERD...

Oh, aquí está.

Los amo, cabros.

Pagué y me acomodé mejor, cuando el colectivo paró mi futuro esposo se acercó más a mi lado.

mIS OVARIOS, WEÓN, PIENSA EN LOS DEMÁS, NO TE PODÍ ACERCAR TANTO A ALGUIEN ASÍ NO MÁS, TU BELLEZA NO ES ALGO NORMAL, ENTIENDE, MIERDA.

Ya, tranquila, Alejandra... respira hondo y disimuladamente. No pasa nada, no va a haber contacto físico, muévete de forma lenta hacia la puerta, seguro se sube algún otro estudiante y no va a tener que acercarse más.

Se subió una señora... rellenita, puta la weá. El chico se acercó más a mí hasta que nuestros brazos se tocaron. Weón, ¿qué chucha le pasa a mi guata por la cresta? Moví mis deditos de mis pies dentro de mis zapatos.

Es que, weón, nunca me había puesto así sólo por un simple contacto, o sea, ¿qué weá? ¿Estaré enferma? ¿Tendré gastritis? ¿Será diarrea?

Tomé aire y me aclaré la garganta. Para pasar más piola saqué mi teléfono y me metí a instagram.

Puta la weá, carga po conche... Ah, chucha, no conecté los datos

Cuando los memes se dignaron a cargar (movistar de mierda, a veces te odio) intentaba controlar mi risa. Pero es que me dan mucha risa.

Cuando no me pude aguantar más el chico lindo a mi lado me miró y me sonrojé a cagar, conchetumare. Me aclaré la garganta y guardé mi teléfono, no sin antes desactivar los datos, obvio, porque una no caga plata.

Entonces, cuando el colectivero pasó a dejar a la señora que iba adelante pude relajarme porque la señora que iba atrás con nosotros se pasó a adelante, entonces el weón se iba a correr más allá.

Oye, ya po, futuro esposo, soy virgen y casta y necesito conservarme de esa manera, así que muévete.

Conchetumare.

No se mueve, weón, no se mueveeeeeeeeeeeeeeeeeee.

Adiós, virginidad.

Ah, casi.

Me acomodé un poco en el asiento pero cuando me dejo de mover caché que la cagué brígido, porque quedé como más cerca de él.

eS QUE, WEÓN, MIS OVARIOS NECESITAN UN DESCANSO POR LA PUTA, NO PUEDEN SOPORTAR TANTA BELLEZA.

Cuando por fin llegamos a mi destino me bajé y pude respirar en paz.

👽👽👽

—¡Ya po, Ale, apúrate! —me gritó mi papá desde abajo.

—Espérate oh —me terminé de atar los cordones y saqué un polerón L de mi cómoda.

Y no, no soy gigante, todo lo contrario, sólo que hace frío y como no estaba lloviendo no tenía por qué colocarme una chaqueta.

Mi papá me había venido a buscar para ir a comer una pichanga al centro, y obvio esas ofertas no se rechazan.  Así que ahora me estaba terminando de cambiar, porque llegué a mi casa y me puse pijama altiro, ya que no sabía que mi papá iba a hacer una aparición. Me había puesto un buzo gris, mis Vans negras y una polera de mangas cortas bajo mi polerón blanco. Bajé las escaleras después de agarrar un moño que tenía en mi velador y me despedí de mi mamá.

Cuando nos subimos a la camioneta saqué altiro el cable para conectar mi teléfono a la radio.

—Puta la weá, pensé que lo había escondido —dijo mi papá mientras encendía la camioneta.

—No lo hiciste po —le sonreí y puse Attention, del Charlie.

temazo.

Después de pasar todo el camino cantando para molestar a mi papá nos bajamos cuando él estacionó. Nos sentamos en una mesa al lado de la ventana y esperamos a que nos vengan a atender.

—¿Y cómo te ha ido en el colegio? —empezó a jugar con el cuchillo.

—Bien creo, o sea, cada vez se pone más difícil, pero me está yendo bien igual, no me he sacado ningún rojo —me encogí de hombros.

Después de un ratito llegó una mesera y pedimos una pichanga y dos bebidas. Cuando se fue nos pusimos a hablar de puras weás y cuando llegó el amor de mi vida nos pusimos a comer altiro.

—Oh, qué cosa más rica por la chucha—dije con la boca llena de comida.

—No seai cochina po, weona —hizo una mueca de asco.

Le mostré toda mi comida mientras hacía un ruido raro.

—Ordinaria, ándate, chú, chú —me echó webeano.

—¿Veí que te pasai altiro? —me amurré—. Ya, ¿y cómo está el Simón y el Tomi? —le pregunté metiéndome una papa en la boca.

—Ahí estaban viendo tele cuando me fui —me dijo.

El Simón es mi medio hermano, tiene casi un año y medio el mocoso. Lo amo con todo mi corazón, es medio molestoso y la weá, pero lo amo igual. Mi papá a los seis meses de separarse de mi mamá empezó a conocer a una mujer un dos años menor que él, la Sara, una mujer castaña de un estatura mediano con un hijo tres años menor que yo, el Tomás. Me caen súper bien, me acogen como en su casa cuando me voy a dormir para allá. Son otra familia.

Y los amo.


casi no actualizoooo, se me había olvidado po

culiao rico [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora