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—¿Podí venir a mi casa? —me preguntó la Cono cuando tocaron el timbre para salir del liceo.

—Eh... Supongo, le pregunto a mi mamá —me encogí de hombros mientras terminaba de guardar mis weás en mi mochila.

Cuando salimos de la sala llamé a mi mamá pa' preguntarle si podía ir a la casa de mi mejor amiga.

—Ya, anda, pero no te vayai tarde a la casa —me advirtió.

—Ya, ta iem, tatao.

—Chao —me cortó.

Se nota el amor que me tiene:')

Con la Cono nos dirigimos a su casa después de despedirnos de nuestros friends (el Javo y el Rorro) y mientras llegábamos le mandé un wsp a mi pololo pa' decirle que me iba pa'llá.

Cuando llegamos pusimos a hervir agua y yo fui a comprar pan pa' comer, dúh. Cuando volví me saqué mis zapatos y pesqué unas chalas que tenía la Cono que siempre me prestaba. Servimos la mesa y nos sentamos a comer.

—¿Cómo te ha ido con el Mati? Con toda la weá del Rorro casi ni hemos hablado —mordió su pan.

Tomé un poco de té y le contesté—: Bien, muy bien —sonreí—. Lo quiero demasiado, es muy bueno conmigo, me cuida, me contiene... Ay, weona, creo que me estoy enamorando brígido —me tapé la cara con mis manos.

—Ay, mi mejor amiga se está enamorando, qué lindo —sonrió feliz.

Puta que quiero a mi Cono.

—Me hace muy feliz —me mordí el labio.

—Conchetumare, llevai mucho tiempo hablando lindo de alguien, de verdad estay enamora' —se hizo la sorprendida.

Borré mi sonrisa—. Uh... La culiá —hice una mueca de disgusto y mordí mi pan.

—Te estoy webeando, piojo —se rio.

Después de un rato hablando de puras mierdas y weás sin importancia desocupamos la mesa, limpiamos todo y nos fuimos a sentar en su sillón.

—¿Y tú? —la Cono me miró frunciendo el ceño—. ¿No hay nadie por ahí? —sonreí y subí y bajé mis cejas, haciendo como un siete u siete.

Mi amiga se rio un poco—. Puede.

Ay-Dios-santo.

—¿Quién? —me hinqué en el sillón para estar más cerca suyo.

—Es que... no es nada seguro, o sea, no estoy segura de que me guste o algo así, ¿cachai? Cuando esté segura te cuento —apretó sus labios sin mirarme.

—No po, ¿por qué? —le empecé a pinchar el brazo con mi dedo índice—. Yo quiero saber... Ya po, ya po, ya po, ya po, ya po, ya po, ya po, ya po, ya po....

—¡Que erí molestosa! —me pegó en la mano—. Te voy a decir, pero no te ilusioní —se corrió un poco.

Ya no me ama como antes, carita triste.

—Ya, cuéntame —sonreí y me mordí el labio inferior.

—Creo... —suspiró—. Creo que me gusta el Rorro —cerró los ojos, frunciéndolos y agachó la cabeza.

Chatamara.

—La reputa madre —me tapé la boca con mis manos—. Ay, no sé qué pensar —me senté bien, apoyando mi espalda en el respaldo del sillón.

—Es que no tení que pensar —levantó su cabeza y se encogió de hombros—. Te lo dije: no te hagai ilusiones, no sé si me gusta, me atrae, ¿ya? —me miró alzando sus cejas.

Rodé los ojos y me crucé de brazos—. Uy, sí, sí.

—Weona —me apuntó con el dedo—. Ni una palabra de esto al Rorro, ¡ninguna! ¿Escuchaste? Si le decí una alguna weá, o siquiera le insinuai algo de verdad me voy a enojar con vo' —me advirtió... Ah, no, sapa no soy, askiusmi.

—Sí, Cono, tranquila oh —le sonreí y ella bajó su dedo—. Te juro que no le voy a decir nada.

👽👽👽

—Oye, Rorro... —me senté a su lado en su cama.

—Oye, piojo... —hizo una especie de mueca levantando sus cejas y haciendo algo raro con sus labios.

Que es raro éste weón.

—Ya ha pasado un tiempo desde lo de la Camila... —mi mejor amigo me miró frunciendo el ceño—. No... —me aclaré la garganta—, ¿no hay nadie que te esté interesando...? O sea...

—¿Me estay preguntando si me gusta alguien? —me interrumpió.

—Sí, técnicamente sí —sonreí y me encogí de hombros.

Él se rio un poquito mientras negaba con la cabeza—. ¿Por qué pensai que me puede gustar alguien? —preguntó poniéndose de lado.

Lo imité y respondí—: Oh, bueno, ya que preguntas... —sonreí y alcé mis cejas una vez—. Sucede que estos días has estado un poco... un poco cerca de la Cono, no sé, pensé que...

—La Cono y yo somos amigos —me interrumpió mientras cambiaba su tele de canal.

—Pero yo...

—Amigos —me volvió a interrumpir.

Asentí con la cabeza mientras fruncía los labios y me quedé callada un rato. Igual tenía la ilusión de que terminaran juntos po, son mis mejores amigos y en volá sé que la Cono no lo lastimaría, no como la Camila.

—¿Por qué pensai que me gusta la Cono? —me preguntó mirándome.

Me encogí de hombros—. No sé, supongo que el que pasen tanto tiempo juntos me hizo sospechar, nunca se habían juntado tanto —me pasé mi lenguita por mis labios y me acomodé en su cama, quedando tendida.

Mi mejor amigo suspiró—. Me cae bien, muy bien, pero la herida de la Camila todavía no se sana, no le quiero hacer ilusiones a la Cono, prefiero estar solo un tiempo y pensar, no sé —me abrazó y puso su cabeza sobre mi guata.

Le empecé a tocar el pelito, puta que me gusta hacer esa weá.

—Me gusta tu idea, creo que es lo mejor que podí hacer —enrrollé un mechón de su pelo y lo tiré despacito.

Pasito a pasito, suave suavecito.

Ah, no, totalmente atrasá, matao.

—Sí sé, igual lo pensé harto, o sea, había pensado en comerme una mina pa' intentar olvidarla, pero sé que igual no lo iba a hacer y pa' ella igual sería penca, así que prefiero dejar las weás así —suspiró.

—¿Veí que erí tierno? —se rio—. En volá la mina que se gane tu amor va a ser una afortunada.

—¿Veí que erí tierna? —nos reímos—. Gracias, piojo, erí la mejor.

—Sí sé —le revolví el pelo.

Estoy muuuy feliz, porque el fin de semana pasé los 5k, puede no sonar mucho pero yo me emociono po. Quería dedicarle este capítulo a cxliayeta por emocionarse tanto como yo siempre, por cada puesto que alcanzo, por las visitas que aumentan cada día más, te amo, Ara ❤😻🌞

culiao rico [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora