22

3.7K 179 24
                                    

-Siento que me voy a morir -dijo el Rorro tendido en su cama.

Con el Javo habíamos llegado a su casa hace una media hora y recién ahora se dignó a decir algo.

Según su mamá entró por la puerta y se encerró en su pieza sin decir nada y sin querer hablarle. Cuando subimos tenía las mejillas mojadas, los ojos rojos y respiraba lentamente tendido en su cama. El Javo se tendió a su lado derecho y yo al izquierdo.

Puta que les había tocado una vida dura a estos cabros, señor.

-No te podí hechar a morir por un amor de pendejos, Rorro, somos jóvenes, estas cosas pasan y van a seguir pasando, la vida se trata de salir adelante, si te caes puta, mala cuea po, te tendrai que parar -me encogí de hombros.

-Pero es que es difícil -suspiró.

-La weá pasó hoy, obviamente va a ser difícil hoy po, weón -rodé los ojos.

Puta, no quería sonar pesa'.

-Me encanta la delicadeza de la Ale -el Javo se rio.

El Rorro lo acompañó con una leve risita.

-Sí, a mí igual.

Sonreí sabiendo que los culiaos no me estaban mirando y me puse de lado pa' abrazar al Rorro. Cerré mis ojos respirando lentamente.

-Siempre vamos a estar aquí para ti, Rorro, sea lo que sea.

A los segundos nuestro mejor amigo se puso a llorar.

Ya po, piojo, no llorí tú, tení que ser fuerte por el Rorro.

Con el Javo nos quedamos en silencio mientras escuchábamos al Rorro contárnos cómo se lo había dicho la Camila y la Antonia solo estuvo en silencio tomándole la mano.

-Es que weón, yo la quiero, fuimos amigos mucho tiempo, no entiendo cómo es que me hizo esta weá, cómo le dio la cara pa' engañarme así por la chucha -se pasó las manos por la cara.

-No voy a hablar de lo que hicieron esas weonas porque seguramente solo las voy a insultar, pero creo que si quieres superar a la Camila y todo esto, vas a tener que perdonarla -con el Rorro íbamos a interrumpir al Javo pero él fue más rápido-. No ahora, no mañana, cuando tú te sientas preparado, si quieres seguir adelante en algún momento vas a tener que hacerlo, esta es una sola etapa de tu vida, no te podí hechar a morir por eso, ¿cachai? Ahora pasó recién, si querí llora, patalea, insúltalas, pero vai a tener que superarla, superarlas, superar esta weá.

-Sí, sé, y algún día lo voy a hacer, hoy no, quiero seguir llorando.

Y siguió llorando po.

👽👽👽

-Pero cállate po, si a vo' no te gusta bacán, pero a mí sí me gusta la weá, te voy a pegar un combo, conchetumare -me crucé de brazos mientras fruncía el ceño.

-¿Por qué me querrás tanto? ¿Qué hice para merecer una polola tan cariñosa? -preguntó el Mati mirando el techo.

Me reí y le di un beso en la mejilla.

-Te quiero -entrelacé nuestros dedos y seguí viendo Teen Wolf.

Ya me había visto la serie mil veces desde que terminó, pero puta, no lo podía evitar po, era mi serie favorita.

Después de terminar el capítulo el Mati puso música de su teléfono y nos pusimos a hablar.

Era viernes y me había venido a la casa de mi pololo porque lo extrañaba, había estado pendiente del Rorro durante toda la semana así que no hablamos mucho y con cuea nos veíamos. Necesitaba al Mati.

-¿Pensai perdonar a las chicas? -preguntó jugando con los dedos de mi mano.

Estábamos tendidos en su cama de lado, con mi mano izquierda siendo un juguete de su mano derecha.

-No sé, las weonas me decepcionaron caleta, no estoy pa' andar soportando culiás mentirosas -suspiré.

-Pero igual fueron tus amigas po, ¿no te dan lástima? -se acercó un poco, juntando nuestras narices y moviendo un poco su cabeza.

-Me dan pena, pena por toda la weá que hicieron, pena porque no fueron capaces de admitir lo que sentían frente a los demás, pena porque jugaron con los sentimientos de mi mejor amigo, pena porque son unas pobres weonas que nos dañaron a todos, porque no solo le hicieron daño al Rorro, el grupo se separó, ¿cachai? Mis amigos se separaron. Esas weonas eran mis amigas -cerré los ojos por unos segundos y luego los volví a abrir.

-Piojo, si quieres llora, yo estoy aquí para ti y no me voy a ir -me abrazó y me puse arriba de él para estar más cómodos.

-Tengo que ser fuerte por el Rorro, el Javo no está en condiciones pa' consolar a alguien -dije con la cabeza apoyada en su pecho.

-Tú igual perdiste dos amigas, tienes derecho a llorar si quieres -me comenzó a acariciar el pelo suavemente.

No po, Mati, no me digai que puedo llorar si quiero, porque sí quiero po.

Cerré mis ojos y los apreté porque no quería llorar. Puta, tenía ganas, pero no quería. Respiré lentamente intentando calmarme, igual me daba vergüenza llorar frente a la gente, aunque sea el Mati.

Mi pololo hermoso precioso bello me rodeó con sus brazos y yo pasé los míos tras su nuca, era un abrazo muy raro, pero me hacía falta uno de él. En volá me hacía falta él, necesitaba que me abrazara y me dijera que todo estaba bien.

-Piojo, siempre voy a estar para ti, cuando te sientas mal no dudes en llamarme -susurró como si fuera nuestro secreto-, yo siempre voy a estar al pendiente de ti, si te sientes mal, si te duele algo, si necesitas ayuda para cualquier weá, no dudí en llamarme, ¿ya? Soy tu pololo, podí confiar en mí, te quiero -me abrazó más fuerte.

Ya, pene, voy a llorar.

Estuve llorando un rato en silencio mientras él me abrazaba y me acariciaba la espalda.

Cuando estaba triste no necesitaba palabras de aliento y weás, principalmente porque no me las creía y las encontraba muy weonas, yo necesitaba un abrazo de una persona que en serio se preocupara por mí, con un abrazo estaba más que bien.

Y me encantaban los abrazos del Mati.

Ya, no sé qué será de mi vida, me rataron y la volá, pero no me dijeron nada del teléfono, aunque no me quiero ilusionar. Les dejo este capítulo con todo mi lov, ha sido un gusto escribir esta novela.

Y me despido por seacaso gg.

Tatao.

culiao rico [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora