Le sonreí y lo volví a besar. Mis manos automáticamente viajaron al borde de su polera y la comenzaron a subir, cuando ya la tiré al piso mis dedos apretaban sus hombros y recorrían su espalda. Después de unos segundos bajé otra vez mis manos, pero esta vez a los bordes de mi polera y la saqué de mi cuerpo.
El Mati se quedó mirando mis tetas.
No mirí tanto po, conchetumare, me poní nerviosa.
—Erí muy linda —me sonrió.
Me mordí el labio mientras sonreía y lo volví a besar. Puso sus manos en mis mulos, apretándolos y haciendo que yo gimiera y me volviera a mover sobre él como acto reflejo. Eché mis manos hacia atrás para desabrochar mi sostén y tirarlo al piso después, él puso ambas manos en mis tetas ya libres, lo que obviamente me hizo gemir.
Colocó una mano en mi espalda y la otra en mi culo para darnos la vuelta despacio, cuando estuve tendida de nuevo echó el pelo que se había puesto en cara hacia un lado y sonrió.
—¿Tú en serio querí...?
—Sí, weón —me reí un poco y lo rodeé con mis piernas, haciendo que nos rozáramos... Ay, conchetumare, entiérramela luego.
Él apoyó sus antebrazos a los lados de mi cabeza y yo —obviamente muy caliente, duh— pasé mis manos por su pecho y abdomen hasta llegar a la parte superior de su pantalón.
Abrió su boca un poco, como aguantando la respiración, me sentí demasiado bacán porque yo provocaba esa weá, es como que te sentí lo máximo. Desabroché su pantalón y metí mi mano para tomar su pico sobre el bóxer. Mmm... yiko yiko. Automáticamente gimió. Enterró su cabeza en mi cuello y como respiraba rápido me hacía cosquillas, además yo soy súper cosquillosa y puta, con su nariz ahí me empecé a retorcer.
—Ale, no sigai por fa... —caché que tenía sus manos hechas puños.
Ah... así que te estay aguantando, conchetumare.
Saqué mi mano de ahí y bajé lo más que pude su pantalón, se lo terminó de sacar mientras yo lo hacía con el mío, me senté sobre él otra vez y me empecé a mover otra vez, puse mi boca en su cuello y lo besé ahí, colocó sus manos en mi culo y lo comenzó a masajear, haciendo que lo besara con más ganas. Bajó una de sus manos y se puso a acariciarme mi conchita. Ay, me derrito. Sus dedos estaban moviéndose sobre mi calzón primero, poniendo presión y haciendo que me mojara más, luego la apartó un poco y deslizó sus dedos dentro de mí. No pude evitar gemir ante la sensación y hechar mi cabeza hacia atrás, cosa que aprovechó pa' chupar mi cuello.
Sus dedos entraban y salían y no podía hacer otra weá más que gemir y apretar mis ojos. Mi vientre como que se contrajo y supe que no iba a aguantar. Liberación ven a mí, ah. Cuando me corrí apreté mis muslos y mordí mi labio inferior.
Me calmé un poco y con la respiración agitada lo besé lentamente, saboreando sus labios.
—Ale —susurró sobre mis labios.
—¿Mmh? —tiré de su labio entre mis dientes.
—¿Estay complet...?
—Sí, Mati, estoy segura, para tu weá, porque si seguí preguntando de verdad que me voy a vestir y te voy a dejar aquí solo —weón cargante por la chucha, déjate de preguntar weás y entiérramela luego, ¿ya?
—Que te veí linda cuando te poní mandona —me dio un piquito.
Me reí y lo tomé de las mejillas para juntar nuestros labios, pasó sus brazos por mi espalda, haciendo que mis tetas se aplastaran contra su clavícula.
Después de un rato ambos nos terminamos de quitar la ropa y tomé su pico porque de verdad ya no aguantaba más y justo cuando lo había posicionado y me iba a dejar caer él me tomó de las caderas.
—El condón —chucha, cierto.
Me dejó en la cama y de su velador sacó uno, abrió el paquetito y se lo colocó. Avanzó hacia mí y se puso encima, entrelazó nuestros dedos y colocó nuestras manos sobre mi cabeza en su cama, y ¡pum! Entró, conchetumare.
Qué bien se siente la puta madre.
Siguió moviendo sus caderas contra las mías cada vez más rápido y puta la weá rica. El Mati enterró su cabeza en mi cuello y lo mordió. Sí, weón, más te vale que no me hagai un chupón. Apreté mis ojos y mis manos —por lo tanto las manos del Mati, duh— cuando caché que el orgasmo venía ahí. Enrredé mis piernas en las caderas de mi bello y hermoso pololo para impulsarme y que las embestidas fueran más rápidas y fuertes.
A los segundos el Mati se corrió y después yo, qué wena liberación. Se dejó caer lentamente encima mío y lo abracé con fuerza, no sé, me sentía muy feliz, él me hacía muy feliz.
Ay, qué lindo lo que dije, basta.
Sonreí y le di un beso en la mejilla.
—¿Sabí que te quiero mucho, cierto? —levantó su cabeza y me acarició una teta, ah, no, mentira, fue una mejilla jiji.
—Sí, como yo a ti —le di un besito.
Se levantó y se sacó el condón pa' ponerse un bóxer nuevo, así que yo igual me levanté y me coloqué mi calzón y sin que cachara me puse la polera que él tenía hace un rato, salió al pasillo con el condón recién usado y al ratito volvió sin él, seguro lo tiró.
No, weona, se lo comió.
—Te veí bien con mi polera —me abrazó paando sus manos por mi cintura.
—Me veo bien con todo —sonreí y cerré mis ojos por un segundo.
—Uh, la culiá —me soltó y se dio la vuelta.
Me reí y avancé para abrazarlo por atrás—. Te estoy webeando —le di un besito en su espalda y pegué mi mejilla en su espalda—. Te quiero —cerré mis ojos otra vez.
Puta que ando japi.
Se dio la vuelta en mis brazos y me abrazó por los hombros—. Yo igual te quiero, piojo.
aYYYY, WEÓN, QUÉ LINDO CAPÍTULO.
Hermano, me demoré como una semana en escribir esta mierda, así que más vale que les haya gustado porque puta que me costó.
Eso, tobesi en la concha, tzao.
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culiao rico [editando]
HumorCR|| ¿qué pasa cuando te enamoras de un chico que va en el mismo colectivo que tú?