extra 1

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—Pero, ¿tu ves las weás que haces, piojo? ¿Te das cuenta de las weás que haces? —preguntó el Rorro mirándome con los brazos cruzados.

Agaché ma cabeza avergonzada—. Sí, sí sé —mis ojos se aguaron y me obligué a no llorar—. Y sé que la cagué, y harto.

Escuché cómo suspiró y luego se sentó a mi lado en el sillón para abrazarme y me puse a llorar en sus brazos.

—No lo quiero perder, Rorro —cerré mis ojos fuerte.

—Pero entonces habla con él po, si sabes que la cagaste arréglalo —me sobó la espalda.

—Pero no tengo cara pa' mirarlo po —me alejé un poco para verlo a la cara.

—Entonces no esperes nada de él, porque sabes que no va a hacer nada, si no quieres perderlo háblale, explícale cómo pasaron las cosas y todo lo que esa weona te dijo y las fotos que te mostró po, dile todo eso y te va a creer, te va a perdonar y van a volver a estar juntos —me abrazó y me besó la frente.

Asentí con la cabeza mientras me calmaba.

Pasaba que una weona el otro día en la U se me acercó y me preguntó si era la polola del Mati, yo le dije que sí y me dijo que el otro día lo vio en un carrete comiéndose a una mina y me mostró una foto y todo. Y weón, de verdad que se veía igual.

Y yo como weona le creí y me emputecí y lo llamé por teléfono y lo insulté de mil maneras para luego terminar nuestra relación. Ni siquiera le di la oportunidad para explicarme. Y ahora el Rorro me dijo que esa noche ellos dos estuvieron juntos y me siento una mierda, una weona ilusa, una maricona.

—Anda a lavarte la cara y te llevo a su casa —me dijo mi mejor amigo.

puta que lo amo.

Asentí con la cabeza y me levanté para ir al baño y lavarme la cara mientras pensaba en qué chucha decir.

👽👽👽

—Tranquila, piojo, recuerda lo que ensayamos, él te va a perdonar —me dio una palmadita en el muslo y una sonrisa.

el problema es que olvidé todo lo que ensayé.

Sí, ensayé qué decirle al Mati para que me perdonara, ¿y qué? Weá mía po.

—Ya, gracias, Rorro, te quiero —le sonreí y bajé de su auto para ir a la casa del Mati y tocar la puerta.

A los segundos abrió su papá y me miró sorprendido.

—¿Pasa algo, Alejandra? —preguntó cruzando los brazos.

puta, está enojao.

Y tiene razón po, quién no lo estaría.

—¿Está el Mati, tío? —pregunté avergonzada.

—Sí está, pero no sé si quiera hablar contigo después de todo lo que le dijiste —respondió serio.

Agaché la cabeza—. Sé que la embarré, pero quiero arreglarlo, yo amo al Mati y no lo quiero perder —le dije a punto de llorar.

Él me miró un rato y luego suspiró—. Está arriba en su pieza, llévale un vaso de agua y no le hagas más daño por favor, sé que eres buena cabra y que lo quieres, así que desmuéstralo.

Me dejó pasar y fui a la cocina a buscar el vaso con agua para luego subir las escaleras lentamente, antes de entrar a su pieza toqué la puerta y escuché un <<pase>> congestionado y apagado.

Tomé aire profundo antes de abrir la puerta y cuando él me vio corrió hacia mí y me abrazó fuerte, tanto que casi boté el vaso. Lo dejé en su mueble que estaba al lado de la puerta y le devolví el abrazo. No pude contener mis lágrimas cuando él comenzó a llorar en mi cuello.

—Piojo, te juro que no te engañé, te lo juro, créeme por favor —me apretó contra su cuerpo.

—Te creo, Mati, te creo —lo abracé más fuerte.

Estuvimos un rato abrazados ahí hasta que luego él se fue a lavar la cara que para que conversemos más tranquilos. Me senté en su cama esperándolo y preparándome mentalmente para todo.

Cuando llegó se sentó a mi lado y suspiró—. ¿Quién te dijo toda esta weá? —preguntó.

—No sé, una weona se me acercó en la U y me lo dijo todo para luego mostrarme una foto y te juro que se veía muy parecido a ti, de otra forma no me lo habría creído —le tomé las manos.

—¿Cómo era la weona? —preguntó serio.

—Eh... alta, delgada, media rubia y con pecas en la nariz —dije con el ceño fruncido.

Él alejó sus manos y se tapó la cara—. ¡Puta la weá! —exclamó.

Fruncí el ceño sin entender—. ¿Qué? ¿La conoces?

Él se destapó la cara y me miró con cara de cansancio—. Sí, se llama Fernanda, es mi ex.

chalalora.

—¿Y por qué chucha hizo esa weá? —me crucé de brazos.

—De maraca que es po —cálmate, no te alteres—. La weona ha estado webeándome y no le había prestado atención no más, no te dije porque no le tomé importancia, no sé —se encogió de hombros.

—¿Y qué  chucha quiere? ¿Que volvai con ella? —fruncí el ceño pensando cómo matarla y no irme a la cárcel.

—No, solo es maricona, si ambos sabíamos que lo nuestro no iba pa' ninguna parte, la desición de terminar fue de los dos —se pasó las manos por el pelo.

Nos quedamos un rato en silencio hasta que él se tendió y yo me subí encima, colocando mis piernas a sus costados y recostando mi cabeza en su pecho.

—Te quiero, y vamos a estar juntos siempres, hasta que seamos abuelitos, como los de Up —le dije con los ojos cerrados mientras entrelazaba nuestros deditos.

Él se rio y puta, extrañaba su risa, sé que suena tonto porque la escuché antes de ayer, pero igual.

—Te amo, piojo —me acarició la espalda bajo la polera, causando que me moviera un poco porque me dieron escalofríos.

—Yo igual te amo —me senté y le acaricié la cara—. Y perdón por ser tan weona como para desconfiar de ti, no sé cómo fui capaz.

—No importa, pero quiero que de ahora en adelante sí confíes, que me preguntes y hablemos como gente civilizada antes de tomar desiciones apresuradas, ¿ya? —ay, puta que lo amo.

Asentí mientras sonreí y le di un piquito para luego volver a recostarme sobre él.


cONCHETUMAREEEE, LLEGAMOS A LOS 10K, WEÓN, KEMOSION.

Ya, quiero agradecerles porque de verdad me pone muy feliz, sé que puede no ser mucho, pero es muy lindo, en serio, y no sería posible sin ustedes, porque ustedes leen o leyeron la novela, si no la leyera nadie no tendría por qué publicarla po. Dúh.

y este extra (el primero 🌞) es para agradecerles, jujú.

ia, me viro.

tatao.

culiao rico [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora