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[Editado]


—Ya po, ya po, ya po, ya po, ya po —me siguió insistiendo la Cono.

—Weona, no quiero, entiende —me solté de sus manos.

—Pero es que si no vas me voy  a sentir sola po —hizo un puchero.

—No seai alaraca, si van los cabros —me cruzé de brazos.

—Pero no es lo mismo —me miró suplicante.

Puta la weá, me carga que insista tanto porque al final siempre termino sediendo, por la chucha. Soy la debilucha culiá cuando se trata de desiciones.

—Me da vergüenza ir, entiende —expliqué.

—Capaz con cuea te lo encontrí —me movió el brazo—. Ya po, vamooos.

—Ahhh, por la chucha —me tapé la cara con mis manos pensando. Cono, te odio—. Ya, weona, ya, vamos.

—Bien, conchetumare, bien —me abrazó.

Resulta que hoy era viernes y era el cumpleaños del Mati, la Cono llevaba insistiéndome desde que la pasé a buscar para que la acompañara, pero yo sabía que en el fondo era para hacerme pasar vergüenza en el cumpleaños, la conozco demasiado bien y algo iba a hacer. Pero había aceptado igual, y no era solo por la Cono.

👽👽👽

—Tendría que haber ido yo a buscarte, por lo menos iba a lograr que no usaras sendo polerón —mi mejor amiga puso sus manos en su cadera.

—Oye, yo amo mi polerón —me abracé a mi misma.

—Lo sé, pero le tení que mostrar al Mati tu raja po, aprovecha que tení —me pegó en el culo.

—Tshoaaa, ¿qué raja, weona?

—No te hagai, tonta culiá, si sabí que tení senda raja —me empujó y casi me caigo a la calle.

Todos los días la misma mierda.

—No tengo senda raja —volví a su lado y la empujé yo ahora—. Y no me empují, aweoná.

—Chucha, perdón —se rio—. Pero no me cambí el tema. La cosa es que es la oportunidad perfecta pa' comerte al Mati.

—No me lo voy a comer —blanqueé los ojos.

—¿Por qué? —hizo un puchero.

—Porque no, si con cuea sé que se llama Mati. Además, probablemente ni siquiera me vea de esa forma y me estoy puro pasando rollos. Y qué ordi andar comiéndose con gente que una no conoce —eché mi pelo hacia atrás para seguir con la broma.

—Eeeella, la virgen María —me molestó—. ¿Y la vez pasada cuando te comiste al tipo que se sacó uno?

Chucha, me cagaron.

—¡Fue una vez no más, weona! —la apunté con el dedo índice.

—Fii ini viz ni mís, wiini —me remeó—. ¿Qué me importa que haya sido una vez? Lo que me importa es que te lances a la vida y te jotees al Mati.

—No me lo voy a comer oh —weona cargante.

—¿Querí apostar? —paró de caminar y me enfrentó.

—Ya po, apostemos —imité su gesto.

—Diez lucas.

Adiós, mesada.

culiao rico [editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora