Capítulo 10

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Blanca ese día se durmió tardísimo ya que no podía parar de pensar en Lucas y Bruno. Pero sobre todo en Lucas.

Estaba sentada en la mesa de su escritorio leyendo un libro e intentando despejarse pero sin despegarse del móvil, el cual sonó de pronto; era Ángela.

-Hola, Ángela - respondió Blanca con voz cansada.

-¿Sabes algo de estos dos? -preguntó yendo directa al grano.

-Nada... me tienen en vilo... no puedo dormir y mira qué hora es... - dijo mirando al reloj que había en la estantería.

-No sé si llamar a Bruno, yo tampoco estoy muy tranquila.

Blanca suspiró - No sé, esperamos a mañana mejor ¿no?

-Joe, Blanca, es que... estoy de los nervios... no sé si habrán vuelto ya, si no, si se habrán metido en un lío, si ha salido bien... 

-Joder, Ángela, ¿qué quieres? ¿ponerme más nerviosa? -regañó a su impaciente amiga.

-Vale, ya me callo, pero es que no voy a poder dormir tranquila.

-¿Y crees que yo sí? Se trata de mi novio - afirmó inconscientemente.

¿Ya eran "novios"?

-Bueno, pues nada, a ver qué hago para dormirme, ya hablamos mañana...

-Vale, buenas noches -deseó Blanca con un tono más sosegado.

-Sí, buenas para quien las tenga... -suspiró Ángela - En fin... hasta mañana...

-Adiós, Ángela.

-Adiós.

Blanca colgó, cerro el libro que estaba leyendo, apagó el flexo, se levantó del escritorio y se metió en la cama.

La luz de la luna de aquella noche de mayo entraba en la habitación por la ventana de enfrente del escritorio y Blanca miraba su reflejo desde la cama intentando dormir, pero no podía. No paraba de darle vueltas a la cabeza sobre lo qué podía haber pasado o quizás lo que podría estar pasando y tampoco paraba de ponerse en lo peor... no podía haber salido bien tratándose de ese chico, esa banda y el motivo que Lucas iba a tratar.

Dieron las dos, las tres y las cuatro y Blanca ,a duras penas, se consiguió dormir por fin.

A la mañana siguiente, no se despertó con el despertador del móvil y Dani entró en el cuarto a despertarla.

-Blanca...¡Blanca! - decía moviéndola intentado que al menos contestara - Blanca, despierta, llegamos tarde.

Blanca abrió los ojos y se encontró de frente con la cara de su hermano.

-Ya voy Dani, ya voy - dijo adormilada.

-Pues ya puedes darte prisa, tenemos media hora para que te prepares y llegar andando hasta el instituto.

Blanca se incorporó y se frotó los ojos, tenía mala cara -Vale, me daré prisa.

Dani salió del cuarto y bajo a esperarla.

Se preparó rápido y justo cuando bajaba por las escaleras llamaron a la puerta, era Lucía, venía a buscarlos para ir al instituto. Blanca ni desayunó, cogió su mochila y salió por la puerta con sus hermanos.

Las niñas se adelantaron al colegio como siempre. Dani y Lucía no paraban de hablar y hablar mientras Blanca andaba cansada a su lado sin decir nada; seguía dándole vueltas a lo de la noche anterior.

Llegaron al instituto un poco pegados de tiempo y ni rastro de Lucas en todo el trayecto. 

Blanca estaba realmente preocupada. La mañana transcurrió con normalidad pero ella, al igual que Ángela, no se podía concentrar en ninguna de las clases.

El septiembre que nos sobra y el agosto que nos falta © TERMINADA | EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora