Capítulo 26

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-¿Interrumpo? –Dijo Lucas al ver la cara de sorpresa de Lucía.

-No, no lo haces –Lucía sonrió y dejó que el caballo cogiera la manzana de su mano, después se quedó rascando la frente de este con cariño - Buen chico.- Después de esto, ató al caballo a un árbol y recogió su mochila para poder ir al encuentro de Lucas - Bueno, ¿Qué haces tú por aquí sin Blanca?

Él, en lugar de contestar, suspiró y bajó la mirada.

-Vaya... –Dijo Lucía riendo para intentar reconfortable - Un mal día ¿Verdad?

-Yo diría que algo peor que eso.

-Ya, bueno... -Lucía se mordió el labio inferior y miró al suelo - Hoy tampoco es mi mejor día... - Lucía hizo una pausa para pensar unos instantes -¿Paseamos? –Dijo Lucía empezando a andar hacía el bosque.

-Claro  –Dijo Lucas caminando a su lado en un silencio incómodo.

-Bueno... -Dijo Lucía intentando dar pie a que hablara Lucas.

-¿Y tú? ¿Por qué un mal día? –Dijo mirándola.

-Digamos que... hay cosas demasiado complicadas –Dijo ella mirando fijamente a Lucas.

-¡Bah! Eso ya me lo sabía –Dijo él riendo a la vez que se hacía el interesante.

-Menuda suerte –Contestó sarcástica.

-Sí, la suerte siempre de mi lado. –Los dos rieron - Bueno, ahora en serio, ¿Por qué un mal día?

-Yo pregunté antes –Dijo Lucía titubeante.

-Está bien, empiezo yo –Lucas hizo una pausa, tragó saliva y empezó a narrar- Bueno...haber...

-Tranquilo –Dijo Lucía poniendo su mano en el hombro de Lucas dibujando una dulce sonrisa.

El chico le contó todo lo ocurrido a Lucía, la cual le escuchaba muy atentamente.

-Vaya... Lo siento Lucas, pero, tienes que ser fuerte –Lucía le sonrió compadecida y el subió la mirada- Puedes serlo, lo sé y ya verás como este nubarrón desaparece. Es cuestión de tiempo.

-¿Eso crees tú?

-Sí, nada es imposible. ¿Sabes? Yo tengo un remedio para los problemas.

-¿Cuál? –Lucas la miró intrigado.

-A mí me ayudan muchas cosas a olvidarme de los problemas: La música, mis mascotas, la naturaleza, la tranquilidad... pero la solución no es olvidarlos, porque los problemas siempre vuelven, la única forma de acabar con ellos es solucionarlos y para eso hay algo que siempre me ayuda.

-¿Él qué? -Dijo él impaciente.

-Me voy lejos, a un punto tranquilo, y me llevo papel y boli, escribo una lista de todos mis problemas y escojo uno de ellos, entonces rompo en trocito de papel donde esta escrito ese problema que he escogido y lo tiro a merced del viento y mientras observo como desaparece de mi vista, pienso en ese problema fijando en mi cabeza unos objetivos que me lleven a solucionarlo, a partir de ahí intento por todos los medios quitarme ese obstáculo del medio.

-Bueno, puede que sea un buen método.

-Sí, lo es. –Dijo ella sonriendo - Y... ¿Por qué Blanca no ha venido para estar contigo? Vamos, pregunto, si no es entrometerme demasiado... -Lucía miró interrogante a Lucas.

-No, tranquila, te lo contaré también. -Lucas volvió a suspirar -La llamé porque necesitaba estar con ella, pero... al contestarme, la oí reírse con alguien más... me dijo que estaba con Pablo estudiando. Antes yo ya le había contado que hoy Aitor vendría a por Cris pero quiero pensar que no se acordaba.

El septiembre que nos sobra y el agosto que nos falta © TERMINADA | EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora