Capítulo 16

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Caminó durante más de diez minutos hacía donde vivía Ricardo. Aquel era un barrio poco transitado donde se alojaba gente con pocos recursos además otros de la misma mala calaña que Ricardo. Blanca fue pasando por algunas calles estrechas con casas bajas a ambos lados. Las aceras de aquellas casas eran bastante estrechas, tanto que apenas podía caminar por ellas una sola persona. Las fachadas y las calles estaban bastante descuidadas por esa zona y apenas se veía una farola por calle.

Blanca por fin llegó a el principio de la calle donde vivía Ricardo. La casa de Ricardo limitaba con una carretera muy principal en el valle y que le atravesaba de punta a punta. No tuvo que adentrarse mucho en la calle y allí encontró la moto de Ricardo aparcada.

Blanca agarró la barra fuertemente con las dos manos y, sin pensárselo dos veces, dio un golpe al lateral de la moto con todas sus fuerzas, de modo que la moto quedó tendida en el suelo. Blanca estaba llena de rabia y no pensaba nada más que en calmar ese sentimiento con venganza. Blanca fue golpeando la moto una y otra vez hasta que esta quedó igual de destrozada o más que la camioneta de Bruno.

Blanca soltó la barra en el suelo y se quedó mirando a la moto mientras respiraba sofocada. No sabía ni de donde había sacado tanta fuerza para golpear aquella moto, pero lo había hecho y había quedado completamente destrozada. Blanca se agachó y se apoyó sobre sus rodillas. Aun no se creía lo que había hecho.

Se sentía aliviada de toda esa rabia que le había provocado el ver a su amigo tan mal. Había cristales por todas partes. Después de los golpes, no había quedado ni una sola parte de la moto sin un bollón o con la pintura sin descascarillar.

Sin duda, Blanca no era una chica que se anduviera con tonterías.

Aun estaba sin moverse respirando sofocada mirando rabiosa a la moto.

Para terminar, le dio una fuerte patada a la moto y dio unos pasos hacia atrás.

Su respiración se tornó entrecortada y comenzó a sentir una presión en la garganta, además de una sensación de miedo. ¿Que había hecho?

Blanca retrocedió unos pasos más atrás aun con la mirada clavada en la moto, se giró y comenzó a correr hacia la acera que daba a aquella carretera tan transitada y cercana a allí.

Blanca no paraba de correr y correr con los ojos cristalinos. En algunos momentos incluso llegaba a tener la sensación de que la perseguían pero no frenó ni un instante para comprobarlo.

Mientras la chica corría pasó por allí un coche negro que la adelantó y se paró.

-¡Blanca!-gritó Lucas abriendo la puerta trasera del coche y asomando la cabeza.

Blanca comenzó a reducir la velocidad. Estaba muy sofocada.

- ¿Pero qué has hecho?

-He hecho los que tenía que hacer.-contestó la chica aún sofocada.-Me he cargado su moto.

-¡¿Estás loca?!-Gritó con cara de cabreado mientras salía del coche.

-Me da igual.-dijo Blanca con rabia.-creen que pueden hacer lo que les dé la gana y siempre quedarse por encima intentando asustarnos y haciéndonos cosas como la de esta tarde, pero si ellos van a seguir así, quiero que se enteren bien de que nosotros también sabemos jugar a esto.

Lucas sabía que ella tenía razón pero, lejos de dársela, la miró con cabreo, se acercó, la cogió del brazo y la metió al coche.-Entra al coche que como vengan, la tenemos.

Al entrar en el coche, Blanca vio a la hermana de Lucas a su lado mirándola alucinada, la madre de Lucas también mirando desde el asiento del conductor con una media sonrisa pícara. No tenía idea de por qué le podía hacer gracia la situación.

El septiembre que nos sobra y el agosto que nos falta © TERMINADA | EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora