La mañana del martes transcurrió sin sobre saltos. Blanca estaba muy seria ese día, casi no había hablado a nadie. Tampoco había contado a nadie lo que hizo con la moto de Ricardo en aquel fuerte arrebato ni había visto a Lucas esa mañana.
A la salida, todos se disponían a ir juntos a sus casas pero cuando se pusieron en marcha, Lucas llegó para decirle a Blanca que tenían que hablar y se la llevó por otro camino.
Todos habían notado algo rara a Blanca y se quedaron mirando extrañados como Lucas y ella se alejaban.
-¿Qué habrá pasado? Se veía muy seria hoy a Blanca; y Lucas igual, menuda cara me traía... -dijo Ángela.
-Ni idea... -dijo Dani algo preocupado.
-Seguro que nos lo contaran en la pradera esta tarde -dijo Lucía.
-Sí, puede, pero a lo mejor se lo guardan y no dicen nada... mira Blanca, no nos ha dicho nada en toda la mañana de lo que le preocupaba -contestó Ángela.
-Bueno, pero no le demos más vueltas, vamos a dejarles, y no os quedéis ahí parados que tenemos que llegar hasta casa aún -dijo Ismael.
Los cuatro chicos se fueron hacía sus casas dejando aparte el tema de Lucas y Blanca, mientras que por el otro camino, estos iban hablando del tema que Lucas quería tratar.
-Lo que hiciste ayer no lo deberías haber hecho, encima creerán que fue Bruno -dijo Lucas aun molesto con Blanca.
-No pude aguantar más -contestó seria Blanca.
-Desde el principio supe que no tenía nada de bueno meterte en esto.
-¿Qué? ¿A qué viene eso ahora? -dijo Blanca ahora con tono de enfado.
Lucas miro hacia otro lado y no contestó.
-Puedo defenderme y ayudar de la misma manera que lo podríais hacerlo tú o Bruno.
-No creo que nosotros hubiéramos hecho eso.
-¡Tú mismo dijiste que si por ti fuera les partirías la cara, así que no me vengas ahora de pacífico y sensato!
-¿Y ahora por qué te pones así conmigo? -Lucas la miró y ella no le dio más respuesta que la de una mirada seria- Cálmate, por favor.
-Porque esto ya lo hablamos y no se a que viene.
-Yo lo digo porque no quería que esos tíos te conocieran ni que te metieras en problemas, además lo de ayer no creo que haya servido de mucha ayuda.
-Ya sabes porque lo hice así que no voy a repetírtelo.
-Sé cuáles eran tus motivos pero, te repito, que no deberías haberlo hecho y para la próxima piensa un poco y contrólate por que ya verás ahora... -dijo mirando a Blanca -Les has contestado y lo único que has conseguido es meternos el juego, así que ahora les toca a ellos responder a lo de la moto.
Blanca se paró, suspiró y se cruzó de brazos -Es que ya lo sé, casi no he podido dormir de tanto dar vueltas a la cabeza, debería haber pensado todo esto antes de hacerlo pero... -Blanca resopló y después continuó -no podía dejarles irse de rositas esta vez.
-No se van a ir de rositas, ya lo sabes, pero esta no es la manera.
-Es que... cuando te fuiste, no sé muy bien por qué pero Bruno se echó a llorar desconsoladamente.
Lucas se quedó mirándola perplejo sin saber que decir. Se podía ver una profunda pena en su mirada.
-Le dio varios puñetazos a la pared y se quedó apoyado en ella llorando... me daban tanta pena que por poco no lloré yo con él... -A Blanca se le quebró la voz.-Le abracé muy fuerte pero no paraba de llorar. Nunca le había visto así...-Blanca empezaba a tener los ojos cristalinos y algo enrojecidos.
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El septiembre que nos sobra y el agosto que nos falta © TERMINADA | EN EDICIÓN.
Подростковая литература¿Puede el amor convertirse en un arma? ¿Puede la amistad vencer a la muerte? ¿Puede tu mayor pasión convertirse en tu sentencia final? ¿Son los ángeles de la guarda tan idílicos como creemos? Descubre todos los rincones de esta impredecible historia...